donde Louis, un detective del departamento de policía toma una llamada de ayuda, proveniente del centro de Londres. Al llegar, solo puede encontrar a un chico rizado atado a una silla, inconsciente y no estaba seguro de si estaba herido, así que, de...
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Algunas semanas pasaron y hasta ahora todo va bien, Harry se ha hecho cargo de las medicinas y cremas que Louis debe tomar, cumpliendo con los horarios.
Aprendió a cocinar para que el ojiazul no tenga que hacer un esfuerzo que pueda poner en riego la sutura y hasta se podría decir que es mejor que Louis en este ámbito. Agradecía cada día a los tutoriales en YouTub. 'Aunque lo olvidaste, estoy seguro que fuiste chef o algo así' fue lo que dijo el ojiazul al probar la primer experiencia culinaria de Harry; pollo enrollado con jamón, puré de papas y salsa.
Por otro lado, la relación de Niall y Zayn estas últimas semanas, se basó en trabajo. Hablaban, pero, profesionalmente y siempre sobre temas del trabajo, cosa que a Zayn le estaba rompiendo el alma en dos.
Parecía como si nada hubiese pasado, pero, no faltaban esas miradas entre ambos cuando estaba todo el equipo reunido. La mirada penetrante de Niall cuando veía al pelinegro hablando con Liam, a veces hasta riendo.
Ya había llegado el fin de semana y Louis decidió preparar la cena. Harry se negó rotundamente, diciéndole que podría lastimarse si hacia algún mal movimiento y abrir su sotura, pero, en realidad, Louis se sintió más que bien este día y ya casi no dolían los puntos al estirarse, así que, se salió con la suya y preparó la famosa receta de su madre; guiso de lentejas.
Harry estaba tan encantado con el platillo, que terminó repitiendo tres veces, mientras le imploraba a Louis por el secreto de la receta. En fin, vieron la película de Marvel que seguía en el orden; Guardianes de la Galaxia y se dirigieron cada uno a su habitación a dormir.
Pero la noche tenía algo más bajo la manga.
El viento rozaba sus mejillas y despeinaba sus rizos. La calle estaba vacía a excepción de Harry, cuando de repente la imagen de una muchacha se hizo presente frente a él.
Ella era morocha y sus ojos eran verdes, muy similares a los del rizado, de hecho. Estaba vestida con un vestido blanco y unos borcegos del mismo color. El blanco de su piel relucía dónde la ropa no tapaba y sus cabellos voleteaban un poco por el viento.
El clima alrededor era espantoso, el viento hacia que la hojas volaran a su lado, nubes negras se dejaban ver encima de ellos y sin embargo, la chica mostraba una hermosa sonrisa.
Harry tenía una expresión neutral y ninguno de los dos se movían, aunque, estuviesen a unos cuantos pasos de distancia.
De repente, de los ojos de la muchacha comenzó a brotar sangre. Lágrimas de sangre dolorosas, que hicieron que la expresión de la morocha cambiara totalmente a una de dolor y comenzara a gritar y llorar desconsoladamente. Cayó sobre sus rodillas mientras rasguñaba su piel con sus uñas porque no había nada que pudiese hacer para detener el dolor.
