donde Louis, un detective del departamento de policía toma una llamada de ayuda, proveniente del centro de Londres. Al llegar, solo puede encontrar a un chico rizado atado a una silla, inconsciente y no estaba seguro de si estaba herido, así que, de...
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El fin de semana de Harry y Louis se pasó volando y se basó básicamente en comer y ver películas juntos en el sofá con pochoclos. Louis se sorprendió al enterarse que Harry no sabía lo que era el universo de Marvel.
Luego recordó que es amnésico.
El punto es que comenzaron a ver todas las películas de Marvel en orden cronológico y para Harry, cada película era aún mejor que la anterior. Su favorita era la primera, El Primer Vengador, la de Chris Evans.
Como sea, ya es lunes y ambos tienen que desayunar para ir a trabajar, pero, en cambio, Harry levantó a Louis TRES HORAS ANTES, para ver la tercer película de Iron Man.
Casi lo mata.
De todas maneras, el ojiazul cedió y encendió la televisión, pero, se estaba quedando dormido a la mitad de la película. Es que es muy temprano, pero, parece que el rizado no logra entender eso.
— ¡Louis! — exclamó Harry. El ojiazul levantó la cabeza de golpe, mirando para todas partes.
—¿¡Que?! — el ojiazul brincó sobre su lugar.
— No te duermas. — dijo.
— Harry, la puta madre. — suspiró pasando sus manos por su cara para quitar algún rastro de sueño. — Por favor, déjame dormir, te prometo que está noche hago pochoclos y la vemos completa. — prometió el ojiazul. El rizado suspiró, pero, finalmente asintió, tomando el control remoto y apagando la televisión.
El ojiazul iba a volver a su cama, de verdad que si, pero su cansancio lo vencía. Tal era ese cansancio, que estuvo a punto de cerrar los ojos, cuando Harry pasó una mano por su abdomen y acomodó su rostro en el pecho del ojiazul. Louis, de repente olvidó como respirar. El rizado soltó un suspiro de relajación y se acomodó más cerca.
— Se que no puedo decirte nada sobre mí, bueno...por obvias razones ¿no? Pero me gustaría que me contaras algo sobre ti. — pidió el rizado. Louis estaba petrificado, pero, intentaba regular su respiración para que Harry no lo notara.
Sentía su corazón latiendo, sus piernas temblaban y el intento por respirar adecuadamente resultaba lo contrario.
— ¿Que quieres saber? — preguntó el ojiazul, implorando por que su voz no temblara.
— No lo sé... ¿tienes novia? —
—En realidad yo...no, no tengo novia — contestó. Tener a Harry sobre su pecho no era un buen momento para confesarle su sexualidad, ¿cierto?
—¿Que hay sobre tus padres? ¿Cómo son?— murmuró el rizado contra la camiseta de Louis.
— De hecho, ellos fueron los mejores, siempre. Agradezco todo lo que me han dado y como me educaron, pero, sobre todo, agradezco que me hayan enseñado a respetar al resto, no importa como sean. — explicó el ojiazul. — Lo agradezco porque se que hay personas que no tienen esos tipos de padres. — el rizado simplemente asintió.
