- Parece que no es una completa pared de hielo, al menos sabe rendirse ante tu encanto - el pareció más tranquilo al verla expresarse de una forma un tanto juguetona, es cierto que la idea de que forme un lazo con Kay le molesta, pero también sabía que sería bueno para ella - ¿Cómo está todo desde que me fui?

Fiama no tardó en platicar cada cosa y detalle que había ocurrido desde que se fue. Las expresiones de Ryu variaban, entre curiosidad, enojo y diversión, la verdad es que había pasado mucho y no quería ni imaginar todo lo que podría pasar después de que completara su travesía, le daba un poco de tristeza perderse de todas estas cosas. Y su mayor temor, era que Fiama lo fuera a olvidar, de alguna manera, le asustaba mucho que eso pudiera pasar; ella es solo una niña, el rostro de el podría perderse entre todo ese mar de caras que seguían apareciendo. Debía respirar hondo, era una cosa tonta, si pensaba tanto en ello, solo atraería malas energías, Fiama no lo olvidaría, de ningún modo eso pasaría.

La niña le platicó más que nada del plan que había para sacar a Luah de ese endemoniado lugar donde lo tenían.

Y por un instante el rostro de Ryu se volvió serio. Le fue un poco raro cuando Evan se acercó a Fiama, él conocé y entiende que es un buen niño, aún así, no podía evitar sentir celos y ahora, ¿aparecía otro de la nada? Una vez que volviera, se aseguraría de que no se atrevieran a sobrepasarse con la pequeña pelirroja, no iba a permitir que ninguno de esos dos cruzaran los límites.

- Mi hermosa princesa, ahora esos dos son niños, pero algún día se transformarán en hombre y eso los convertirá en lobos, debes tener mucho cuidado en la cercanía que tengas con ellos, de preferencias, es mejor que no los tengas cerca - advirtió con algo seriedad y rectitud.

Fiama no podía creer lo que estaba escuchando, trató de apretar los labios para no reír tan abiertamente, algo que fue imposible al ver la expresión solemne que mantuvo Ryu al decir esto.

- Eso significa que también debo mantener distancia del tío Ryu, porque también es hombre, eso significa que también es un lobo - acusó con la diversión bailando en su tono, solo quería molestarlo un poco.

Ryu se quedó callado por un momento sin saber que responder a eso, no lo pensó mucho cuando le dijo aquello, aunque no tardó en declarar un nuevo argumento.

- No puedes hacer eso, yo estoy fuera de esa lista. Porque soy quien te cuida, así que no puedes alejarte de mi aunque quieras.

La niña soltó carcajadas más fuertes después de eso, no tenía ni un solo argumento a su favor, aún así, ya no dijo más, poder reír así le hacía falta de vez en cuando; a veces era muy asfixiante todo lo que sucedía a su alrededor, por momentos solo quería olvidar todos los problemas y Ryu parecía lograrlo.

- Creo que ya es hora de que me vaya, aún hay mucho que hacer, pero volveré a pedir prestado el comunicador para hablar contigo tío Ryu.

- Llámame siempre que lo necesites, lo tendré cerca y estaré listo para escuchar cualquier cosa que tengas por decir - aseguró con una leve sonrisa.

Esas eran el tipo de cosas que le gustaba oír, podía estar más calmada ahora, Ryu siempre sabia como hacerla sentir mejor.

- Gracias tío Ryu.

La comunicación terminó y por unos instantes se quedó silencio, una lágrima silenciosa resbaló por su ojo. No tenía idea de que estaba tan acostumbrado a su presencia, claro, ya había hecho viajes antes, pero no tan largos. Limpió con rapidez el camino húmedo que quedo y sonrió, al menos ella estaba bien, eso es lo que le importaba.

- No te preocupes, querida princesa, voy a estar de regreso muy pronto.

***

Fiama sentía más aliviado su corazón, no se imaginaba sin hablar con el hombre que tanto la había cuidado desde su primer año de edad. Agradecía que Kay hubiese propuesto la idea de hablar con Ryu.

El destino de una princesaWhere stories live. Discover now