Capítulo 34.

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Nunca pensé que el amor se podía multiplicar tanto, con solo cargar a Enzo en mis brazos, me enamoré perdidamente de mi pequeño hombrecito. Ser padres fue una de las mejores dichas que nos pudo pasar a Daniel y a mí, amamos a ese niño que nos manipula no solo a nosotros sino que también a sus babosos tíos.
Solo tiene seis meses y nos puede a todos, con solo llorar tiene a todos a su lado mirando que le sucedió, después de todo como dice mi esposo es el futuro líder de la mafia napolitana así que supuestamente ya con esos mínimos meses el señor nos manejaba a su antojo.

Hijo de su padre tenía que ser.

Según mis cuñados, afirman que sacó el lado gruñón de Daniel, puede que sea un poquito, pero no hay nada más lindo que verlos a los dos juntos, son un calco uno del otro, solo había sacado el color verde de mis ojos, pero lo demás era una copia exacta de mi esposo.

— ¿Por qué seguimos está idea? — pregunta Daniel entrando a nuestra habitación.

— Ellos lo organizaron, no podemos ser mal agradecidos por su gestos — acoto meciendo a Enzo entre mis brazos.

— ¿Por qué Brandon? — inquiere bufando.

— Es tu hermano, dijo que quería organizar tu despedida de solteros — comento encogiendo mis hombros.

— Ya estamos casados, esto es innecesario — dice bufando.

— Solo es un gesto de ellos, en tres días es nuestra boda con la familia y bueno ellos querían participar — le recuerdo.

— Mala idea, terminaremos en problemas — sentencia molesto.

Pía y Brandon había organizado nuestras despedidas de solteros, la mía fue anoche, algo tranquilo dónde tuvimos las diversión de varios hombres bailando casi desnudos, aunque era la supuesta novia, ellos tenían un límite donde acercarse. Parecía que ellos sabían bien quien es mi esposo, temían por su vida y estaba segura que si Daniel se enteraba que alguno restregó su paquete muy cerca de mi piel, iría a matarlo sin dudarlo, amo a mi esposo cuando es así de posesivo.

— No seas malo con tu hermano — digo pasando a Enzo a sus brazos.

— Mío figlio — murmura dejando un beso en su frente.

Daniel, es un maravilloso padre.
Enzo es muy afortunado de tenerlo como su papá y se que nuestro hijo será un gran líder en el futuro, porque llevará con mucha honra el apellido Salvatore.

Dejamos a nuestro hijo en su cunita, a lado de la cama y acompaño a Daniel para despedirme de él. Ya Brandon lo esperaba en la puerta de la casa, estaba perdido en su teléfono que no había notado nuestra presencia.

— Pórtate bien — llamo su atención.

— Ya escuchaste a tu esposa, nada de tocar ...

— Confío en mi esposo, no lo hago en ti — interrumpo a mi cuñado.

— Si, soy una buena influencia — se defiende.

— Mala influencia — aseguro.

— Terminemos con todo está mierda — masculla mi esposo tomando mi cintura para besarme de manera brusca.

— Te amo, vuelve pronto — musito en sus labios.

— Apúrate Daniel — se queja su hermano menor.

— Pórtate bien — le repito a Brandon.

— Que esté casado no significa que no pueda disfrutar de otras mujeres — contraataca.

— Me llegó a enterrar que le estás siendo infiel a Marena, juro que te corto el pene y te lo meto por el culo — digo mirándolo de la peor forma.

Esposados (3° SAP)Where stories live. Discover now