Esposados (3° SAP)

Capítulo 24.

Daniel.

Me gusta jugar con la cabeza de los demás, la mafia irlandesa pensaba que nos estábamos relajando, pero ellos no tenían ni la puta idea que nosotros somos más inteligentes y que estamos un paso por delante de ellos. Josefina es nuestra traidora, es la que juega con la doble intención y nos había entregado con bandeja hace unos meses atrás, fue la que alertó a ellos sobre mi esposa, que con mi historial de culpa podrían usar a Rachel de señuelo para derrocar mi mandato en Camorra, la idiota nunca imaginó que con la ayuda de la Bratva habíamos accedido a tener al consejero del capo de la mafia irlandesa, un par de horas en manos de Gavriel Sokolov y el pobre hombre cantó todo como un gallo. Nos dió nombres precisos, punto estratégicos donde nos iban a atacar y demasiados datos que nos sirvieron para saber con qué clase de traidora estábamos enfrentándonos.
Mi problema era la mafia irlandesa, yo iría por ellos mientras que Pia en compañía Giovanni hacían un trabajo fino para destrozar a Josefina lentamente.

La perra pagará su traición y pobre de ella, porque Pía es despiadada.

— ¿Hablaste con ella? — le pregunto a Vanni. Ambos estamos reunidos en mi despacho, solo nosotros dos sabemos sobre que la loca de Pia está viva, nadie más que nosotros y il Capo de tutti Capi manejamos está información, mientras menos personas lo sepan mejor será ejecutado el plan que tenemos organizado.

— Sí, pero lo que le dije le entró por un oído y le salió por el otro — acota mi hermano chasqueando la lengua.

— Bueno, pero sabemos que eso traerá problemas en un futuro — aseguro suspirando.

— Serán sus problemas, Daniel. Ya bastante con los nuestros — dice mi hermano mirando su teléfono. — Debo volver a Sicilia, Brandon se quedará unos días contigo y después mándalos con la niña — me pide.

— ¿Quién le dirá que se van a casar en cinco meses? — inquiero.

— Es mi obligación, pero por el momento solo queda entre nosotros ...

— Rachel lo sabe, no tengo secretos con mi esposa — lo interrumpo.

— Tienes secretos que ella no sabe, solo eres selectivo con lo que le dices así que pídele que no diga nada por el momento — comenta Vanni justo cuando la puerta de mi despacho se abre y vemos como Rachel se asoma achinando sus ojos.

— Estoy con mi hermano, amore — me burlo, porque se que venía a curiosear ya que Francesco soltó que Cala vendría a cerrar negocios con nosotros.

— La señora Salvatore resultó ser una celopata — bromea mi hermano.

— Estoy enojada contigo — le dice mi esposa.

— No recuerdo haberte hecho nada — contesta Vanni con su ceño fruncido.

— ¿Cómo es eso que quieres casar a Brandon con Marena? — inquiere molesta. — Ella es tan inocente y el es un diablo en potencia, vas a joder su vida — asegura haciendo que ruede los ojos.

— Rachel — murmuro.

— No, Daniel — me contesta molesta. — ¿Por qué los quieres casar? Ella es muy pequeña y no disfruto nada de la vida, a diferencia de Brandon que lleva su vida de libertino hace años ...

— Rachel, debemos cuidarla. Tú dijiste Stidda y Camorra lo deben hacer, eso estoy haciendo. La protegemos con ustedes hasta que cumpla su mayoría de edad y luego Brandon se casará con ella por unos meses hasta darle medios para que sobreviva sola, su padre le debe a muchos y a todos esos cobradores le había ofrecido como medio de pago su hija — niega su cabeza. — Brandon tendrá todos los defectos, pero sabe que lo mejor que hizo fue traerla con él, quién sabe que pudo haber sucedido si no lo hacía — agrega suspirando.