Capítulo 32.

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Definitivamente estábamos en nuestro mejor momento, el más pleno y felices de la llegada de nuestro primer hijo. Hace unos días la doctora nos había dicho que todo estaba bien y por eso hoy sería el día que le contaremos a toda la familia sobre nuestro pequeño.
¿Ansiosa?
Sí, lo estoy. Cursaba mi cuarto mes de embarazo y estaba bastante ansiosa por conocer a mi bebé, Daniel sentía lo mismo, solo que sabía disimular un poco más las cosas, está ahí para calmar esos días dónde siento que seremos un desastre de padres, pero estos desastres amamos mucho al pequeño que crecía en mi vientre.

Habíamos organizado para traer a mí familia a Nápoles, nadie de mi parte sabía lo del embarazo, solo los hermanos de mi esposo porque él no pudo contener su genio de controlar todo y es por eso que ellos ya sabían. Queríamos darle una sorpresa a todos cuando estén aquí, mis padres se volverán locos con la llegada de su tercer nieto.

— ¿Cómo estás Rachel? — me pregunta Marena al verme.

— Bastante bien, mini Salvatore me ha dejado de dar náuseas — respondo sonriendo.

— Mejor entonces, te hice tu jugo de sandía y fresas — dice mostrando en vaso con entusiasmo.

— Gracias linda — contesto a tomar el vaso. Mi primer antojo del embarazo es la sandía y las fresas pero en forma de jugo con mucho hielo es una completa delicia.

— Las chicas de la cocina prepararon muchas cosas, te estaba esperando para desayunar no me gusta hacerlo sola — acota sonriendo.

Se escucha un alboroto en la sala, pero me siento en mi silla esperando que los hermanos Salvatore dejen de discutir. Ya estaba acostumbrada a sus malos días dónde hasta llegan a agarrarse a golpes cuando no están de acuerdo en algo. Tan impulsivos, tan ellos que solo hay que dejar que se las arreglen entre los cuatro.

— ¡Daniel, están gritando mucho!  — exclamó suspirando.

— Parece que es complicado el problema — acota Marena riendo.

— Tema de mafia — rudo lo ojos.

Los gritos se vuelven más intensos, se escuchan cosas que se hacen añicos y cansada de todo, porque perturban mi ganas de comer tranquila me debo levantar. Por eso furiosa camino a la sala para encontrarlos en una especie de guerra, Brandon tenía del cuello a Francesco, Daniel y Giovanni trataban de apartar a su hermano menor del otro.

¿Qué demonios les sucede?

— Me duele el vientre — miento apoyando mi mano en la zona con total dramatismo.

— Rachel — dice Daniel corriendo a dónde estoy parada para ayudarme.

— ¿Estás bien? — escucho que pregunta Brandon también llegando a dónde su hermano mayor me obliga a sentarme.

— Ponen al bebé nervioso que todos griten como lo estaban haciendo, me hace mal — fingia mirando la cara de preocupación de los cuatro.

— Lo siento, Rachel — se disculpa Francesco.

— Somos unos pésimos tíos — declara Giovanni.

— Los quiero a todos fueron de mi casa — masculla mi esposo tomando mi mano.

Los tres hermanos salen de la sala para perderse por la casa, chasqueo la lengua al ver el desastre que habían causado rompiendo jarrones, algunos cuadros y si pudiera los pondría a los cuatro a limpiar todo el caos que generaron.

— ¿Estás bien? — pregunta dejando un beso el palma de mi mano.

— Gritaron mucho, me duele la cabeza y mini Salvatore tiene hambre, pero el drama de su padre con sus tíos impedía que pueda llevar algo a mi boca —

Esposados (3° SAP)Where stories live. Discover now