Capítulo 2.

30.6K 2.5K 687
                                    

Nunca imaginé que cuando llegamos a Nápoles y bajaramos de ese avión, un helicóptero nos estaría esperando para acercarnos a la casa, sin olvidar el hecho que al bajar había demasiados hombres vestidos de negros protegiendo al jefe de la mafia y a su esposa, es decir a mí.
Pensaba que si mi padre supiera de esto, le daría un infarto, sigo diciendo que parece irreal que una chica que viene de una larga historia familiar de policías fue y se casó con un peligroso mafioso, ni quiero imaginar la reacción de mamá a todo esto, sin dudas tengo que buscar la forma que nada de esto llegue a sus oídos, no quiero estresarlos con mis estupideces de borracha, solo unas semanas y luego volvería con mis papeles de divorcio, para hacer como que nada pasó.

— ¿Tú casa está muy lejos? — pregunto cuando me ayuda a subir al helicóptero.

— Nuestra casa, Rachel, está alejada de la curiosidad de los humanos — responde abrochando el cinturón de mi lado.

— Lo que me faltaba que no seas un humano, mafioso y vampiro — acoto irónicamente. Él me mira detrás esos lentes de sol y sonríe de gran manera, haciendo que apoye mi mano en su barba tocándole.

— Eres graciosa, amore mío — comenta dejando un beso en mi mano y se sube al helicóptero.

Nunca en mi vida había subido a un helicóptero, era la primera vez y vaya que tenía demasiado miedo, Daniel pone unos audífonos grandes en mis oídos explicándome que son para disminuir el ruido que hace en el interior.
Jadeo de sorpresa cuando nos ponemos en alto y tomo su mano, su sonrisa se agranda más y lleva esa mano a sus labios para dejar un beso.

— Mira, la vista es mágica —  acota.

No sé equivoca, nunca había viajado más allá, está era mi primera vez en Italia y lo que estaba viendo al sobrevolar por Nápoles, no se podría describir porque el paisaje era maravilloso, o como dijo él mágico.

El helicópteros aterriza en un castillo, estilo medieval y jadeo al ver desde ahí arriba el magnífico jardín que hay. Baja primero y luego me ayuda después, no se  porque lo hago, pero quitó sus lentes para poder ver sus ojos que hoy estaban de ese color aqua que recordaba de esa noche en qué nos conocimos hace tres años atrás.

— Me los quedaré — comento mientras me lo pongo en mis ojos.

— Quedatelos, tengo muchos más — comenta mientras entrelaza nuestras manos y comenzamos a caminar por el techo para bajar. — Lastimosamente están mis hermanos, quieren conocerte — agrega rodando sus ojos.

— ¿Cuántos hermanos tienes? — le pregunto mientras seguimos bajando por esas largas escaleras rústicas de piedras.

— Tres hermanos menores, son insoportables — masculla rodando los ojos.

— Yo tengo dos, Jared y Jessica. Los amo, además somos muy unidos — cuento sintiendo un poco de nostalgia.

— Los míos son insoportables, cuando los conozcas verás que tengo razón — asegura.

Cuando salimos nos encontramos con ese precioso jardín y con tres hombres, bien bronceados, dos se parecían entre ellos, el tercero era el hombre que había visto a través de la pantalla y era el que más estaba enojado al vernos venir.
Toda la vida pensé que los mafiosos eran feos, tipo estilo el chapo Guzmán o Escobar, pero esos tres sumado al que tenía a mi lado parecían modelos de Armani y no líderes de mafia.

— Benvenuto fratello mio — dice uno de ellos.

— Buongiorno fratelli — los saluda.

Definitivamente debo aprender italiano, no entendí un comino de lo que dijeron.

Esposados (3° SAP)Where stories live. Discover now