Capítulo 26.

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Está ansiosa desde el momento que la azafata dijo que acomodemos nuestros cinturones porque el avión privado iba a aterrizar en breve. Un viaje que sería de Daniel conmigo terminó siendo un en donde Marena, Brandon y Francesco nos acompañaron porque ellos querían visitar a la familia que mi esposo negaba que fuera de él. Vanni se había quedado en Italia a resolver algunas cuestiones, además cuidando Camorra y Stidda mientras nosotros nos dábamos unas pequeñas vacaciones en la ciudad donde crecí.
Feliz era poco, necesitaba ver a mi mamá, estos meses me había mantenido en contacto con ella donde le conté la verdad de las cosas, mi boda, mi decisión de quedarme y aunque le dolía todo, ella me dijo que será feliz mientras vea que también lo soy.

— ¿Amore? — la voz de Daniel me hace salir de mis pensamientos.

— ¿Estás bien, Rachel? — me pregunta Marena preocupada.

Miro a ambos y le sonrió para tranquilizarlos, estaba ansiosa además que desde que salimos de Nápoles tenía el estómago revuelto, se que son los nervios de ver a mi familia de nuevo.

— Sí, vamos que hay mucho que debo mostrarles — declaro al levantarme del asiento y Daniel me sostiene cuando casi trastabillo.

— Rachel — me regaña mi esposo.

— Torpe — se burla Brandon.

— ¿Podemos dejarlo que el avión se lo lleve de nuevo? — le pregunto a Daniel que suspira.

— ¡Daniel no puedes elegir a ella! ¡Soy tu hermano! — reclama indignado.

— La niña parece más madura que tí — acota Francesco poniendo sus lentes de sol.

— ¿Alguno conocía Chicago? — pregunto mientras empezamos a descender del avión.

— La última vez que vine aquí secuestramos a tu hermana y al que es mi tío, ¿Cómo se llama el hombre? — habla Daniel mirando a sus hermanos.

— Nicholas, sabes cómo se llamas solo te gusta ser idiota — contesta Francesco bajando detrás nuestro.

— Si, ese — acota restándole importancia.

— Que linda familia, secuestrando la cuñada — bromea Brandon ayudando a Marena a bajar del avión. La adolescente mira todo con sorpresa que me causa ternura.

Seis camionetas negras entran a la pista de aterrizaje mientras veo como Alessandro y Cristóbal, los guardaespaldas de Daniel se pone adelante haciendo señas a los que venían. Al parecer nos moveremos sin llamar la atención, ironía de la vida.

— Ustedes suban en una y vayan a la casa que compramos ....

— ¿Compraste una casa? — pregunto sorprendida.

— Una casa es poco a la grandeza de esa mansión — comenta Francesco al acercarse a la primer camioneta negra.

— ¿Tú dónde vas? — consulta Brandon.

— Iremos a ver a su madre y luego los alcanzamos — responde entrelazando nuestras manos.

— Está bien, vamos niña — le dice y ella lo sigue.

Todavía seguía en contra de lo que estaban por hacer con ellos, ninguno tenía idea de lo que sucederá en un par de meses, no tienen poder para negarse porque después de todo Giovanni los obligará a qué lo hagan. Se que hay protegerla, pero es tan pequeña para enfrentar el desafío de un matrimonio sin conocer nada de la vida.

— ¿Qué piensas? — pregunta mi esposo mientras me ayuda a subir a la otra camioneta que nos esperaba.

— Estoy nerviosa — digo reconociendo que en verdad estaba un poco incordiosa porque no solo veríamos a mis padres sino que irá a la departamental para dimitir.

Esposados (3° SAP)Where stories live. Discover now