Cayó al suelo, había perdido la estabilidad que al parecer, no era tan fuerte, se cubrió los ojos con las manos y lloró tratando de guardar silencio, claro que esto solo causo un mayor lamento en ella.

Kay no tardó en acercarse a la niña, no tenía palabras de consuelo, no era bueno dandolas, seguro que sí decía algo, la haría entristecer aún más, era demasiado torpe en ese aspecto. El emperador solo se agachó y puso su mano sobre el hombro de la niña, quien al sentir el peso a un costado, no tardó en mirarlo, él observaba con ojos firmes el proceso que llevaba la purificación de Valdovino. La pequeña no dijo nada, pero fue un alivio saber que no estaba sola. Levanto la mirada, y aunque era incómodo ver el sufrimiento de Valdovino, no se atrevió a apartar los ojos de nuevo, no quería que su familiar llegara a sentir que no tenía apoyo.

El gas negro se evaporaba en el aire y desaparecía con rapidez, como si nunca hubiera existido. Luego algo más sucedió, un gas tan blanco como la nieve hizo aparición, y así mismo comenzó un proceso de evacuación.

- Esa es...

- La magia sagrada - Kay completo las palabras de Fiama - Al parecer, también se alojó en su cuerpo. Es un problema que estos dos tipos de magia se hallan juntado.

- Es por esto que a su cuerpo le estaba costando tanto recuperarse - Fiama lo entendió de inmediato - La una estaba aferrada a la otra, y esto estaba impidiendo una recuperación completa.

- Así es.

Los ojos de Fiama se tornaron un tanto fieros, esto había sucedido no solo por su falta de fuerza e inteligencia, algún desgraciado los había puesto en este estado, y eso solo significaba que buscaban hacerle daño, no solo a ella, también a los que estuviesen a su alrededor.

"Es imperdonable... Quien quiera que haya hecho esto, juro que lo pagará caro. Haberse metido conmigo es el mayor error que pudieron cometer"

No mucho después, toda esa magia que no pertenecía a Valdo, fue expulsada por completo, el proceso que se supone llevaría unas semanas más había concluido en menos de unas horas.

Los quejidos habían cesado, y ahora solo habia una expresión tranquila en el rostro del familiar.

- Sir Mikhe, ¿dónde consiguió la princesa esa bendición?

El caballero no apartó sus ojos de la niña que no escatimó en mostrar su felicidad, sus ojos estaban encendidos con una chispa de vigor.

- Fue entregado por Alide, le conté lo que sucedió y le dió a la princesa la bendición que una vez salvó su vida.

- No es algo fácil de conseguir - murmuró Herminio curioso, conocía un poco la historia tras Kay, Mikhe y Alide, pero no tenía todos los detalles, más bien, le sorprendía que ellos lograran obtener algo como una bendición, pues esta solo puede ser otorgada por el mayor líder de los Siory y desde hace muchos años que la relación entre esta tribu y los Croix, se rompió. Dejo su curiosidad a un lado y se acercó al duende para revisar su estado - Puede estar tranquila princesa, su familiar está en buenas condiciones. Por ahora solo debe descansar e ir utilizando su magia de apoco, no debe ser demasiado apresurado.

La niña asintió ante las palabras del anciano, se aseguraría de cuidar bien de Valdovino, de ahora en adelante ambos entrenarian para que nadie podría volver a dañarlos.

Esos enemigos que se escondían en las sombras, todos ellos los destruiría sin piedad.

***

|Día 53 de la Luna Rafse, año 553.

No ha pasado mucho tiempo desde que el primer incidente cubrió la tierra de los Siory. Desde aquel ataque, los informes sobre más áreas afectadas llegaban uno tras otro y todos tenían algo en común; un mago de fuego era el atacante.

El destino de una princesaWhere stories live. Discover now