36 · Todo lo contrario

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Lunes 25 de Diciembre, 2017

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Lunes 25 de Diciembre, 2017

DANIELLE

La mañana de Navidad me despierto en la cama de Bruno, envuelta entre sus brazos y apoyada contra su pecho. Después de que Benoît descubriera que estaba tomando antidepresivos de nuevo y que me había excedido, otra vez, con la cantidad, se negó a que durmiera sola. Me dio a escoger entre los dos hermanos y, ante la cara de asco de Ángel, no dudé en irme con Bruno a su cuarto. Me remuevo entre sus brazos intentando levantarme de la cama, pero solo consigo que me pegue más contra su cuerpo.

—Bruno... no me dejas respirar —le digo en voz baja.

Eso hace que afloje su agarre y que se mueva lo justo para que pueda escabullirme de entre sus brazos. Aparto las mantas con cuidado de no despertarlo y logro incorporarme hasta quedar sentada sobre el colchón. Me giro y observo a Bruno dormir. Así, parece todavía mucho más joven. Se estira un poco más y las mantas dejan a la vista una gran parte de su definido abdomen. Lo observo mordiéndome el labio inferior y, al final, acabo levantándome y andando hasta su lado para taparlo y que no coja frío. A pesar de que estamos en pleno diciembre y en este sitio hace un frío de la leche, Bruno siempre duerme sin camiseta. Y anoche lo agradecí, ya que el calor de su cuerpo fue lo único que logró calmarme lo suficiente como para poder cerrar los ojos y descansar.

Abro su armario y cojo una de sus sudaderas, poniéndomela encima del pijama. Me pongo mis botas y salgo fuera de la habitación, teniendo en cuenta que mis pintas deben ser bastante interesantes. Cierro la puerta con cuidado y recorro el pasillo, observando que todas las habitaciones siguen cerradas, incluida la de Ángel. Bajo por las escaleras hasta el comedor y, cuando llego, veo que la chimenea ya está encendida. En busca de un poco de calor que logre desentumecerme las manos, me siento enfrente. No pasa mucho tiempo hasta que escucho unos pasos detrás de mí. Me giro, pensando que se trata de Bruno, pero separo los labios con sorpresa cuando veo que no es él quien acaba de entrar al comedor, sino su hermano mayor.

—Buenos días —dice con incomodidad—. No sabía que estabas despierta.

—He salido hace un rato —contesto nerviosa—. Buenos días.

Lo último que esperaría es que quisiese pasar más tiempo del necesario a mi lado, por lo que no me espero que se siente a mi lado en el suelo. Cruza una de sus piernas y deja la otra flexionada, rozándome. Trago saliva. Lleva puestos unos pantalones vaqueros oscuros y una camisa de franela. Lo observo de soslayo de vez en cuando, dándome cuenta de lo mucho que ha cambiado. Está más grande, y eso que cuando nos conocimos ya tenía un cuerpo bien definido. Ahora que lo tengo más cerca, sin embargo, me doy cuenta de que su espalda es mucho más ancha que la de Bruno. Se ha cortado el pelo, ya no queda ni rastro de las suaves ondas que le caían por la frente. Por otra parte, se ha dejado barba. Envuelve su barbilla y sus mejillas endureciéndole todavía más las facciones y dándole un aspecto increíblemente sexi.

Alguien que te ame ✔️Where stories live. Discover now