12 · La persona indicada

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Jueves 6 de Agosto, 2015

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Jueves 6 de Agosto, 2015

DANIELLE

Esta noche me encargo yo de cerrar el café. Ya tengo casi todas las luces apagadas, solo me queda terminar de anotar en una libreta lo que tiene que hornear mañana por la mañana Benoît y fregar el suelo. Me duele la espalda y tengo un sueño que me caigo. Solo tengo ganas de llegar a casa, quitarme la ropa y tumbarme sobre la cama a dormir. Supongo que por eso, mientras escribo, acabo dando cabezadas. Mis ojos se cierran con insistencia y acabo quedándome dormida sobre el mostrador. Me despierta súbitamente el sonido de la campanita de la puerta. Levanto la cabeza con tanta violencia que estoy a punto de caerme del taburete en el que estoy sentada. El corazón me golpea el pecho con fuerza y, cuando mis ojos se encuentran con los suyos, logro tranquilizarme.

—Joder, eres tú —digo aliviada.

—Son las doce y media, ¿qué haces aquí? —pregunta Ángel desconcertado.

—Me he quedado dormida —respondo un poco incómoda.

Cojo la libreta, la cierro y la dejo debajo del mostrador. Esta noche el suelo se queda sin fregar. Cojo mi bolso y mis cosas y me preparo para irme.

—¿Tú qué haces aquí? —le pregunto de espaldas.

—Acabo de salir ahora del taller.

—¿Tan tarde?

—Tenía que acabar un par de coches para mañana.

—¿Y pasas por el café porque...? —digo con cierta molestia.

—Porque tengo el coche aparcado en esta calle, he visto las luces encendidas a estas horas y me ha parecido raro, teniendo en cuenta que cerráis a las nueve y media.

—Ya, bueno.

—¿Ya, bueno? ¿Qué significa eso ahora?

—Nada, Ángel, no significa nada —digo en tono cansino.

Detrás de mí, lo escucho resoplar.

—¿Puedes decirme ya de una vez qué te pasa conmigo? —pregunta cortante—. Llevas toda la semana rara. Cada vez que te diriges a mí es como si te debiera dinero. ¿Puedes explicarme qué narices te he hecho para que estés tan cabreada?

—No has hecho nada.

—¿Entonces?

—¿Entonces qué, Ángel? —digo con poca paciencia.

—¿Puedes dejar de repetir mi nombre, por favor? Me estás empezando a poner nervioso —dice molesto.

Me giro, dejo el móvil sobre la barra y me cruzo de brazos.

—Es tu nombre, ¿no?

—Sí, pero lo dices como si estuvieras enfadada conmigo —insiste.

—No estoy enfadada.

Alguien que te ame ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora