donde Louis, un detective del departamento de policía toma una llamada de ayuda, proveniente del centro de Londres. Al llegar, solo puede encontrar a un chico rizado atado a una silla, inconsciente y no estaba seguro de si estaba herido, así que, de...
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—No, Niall, ni lo sueñes — contestó el ojiazul al otro lado de la línea.
— Oh, vamos, no te cuesta nada enviar un mensaje — insistió el rubio.
— Si, si me cuesta si es alguien con quién trabajo, si quieres ganarte a Zayn, hazlo por tu cuenta, no me metas en tus ligues, gracias — respondió firme el castaño.
— Loueehhhh, nos conocemos desde los tres añitos, no puedes hacerle un pequeño favor a tu mejor amigo? — Niall puso ojitos de súplica y un puchero, aunque, sabía que Louis no podía verlo.
— ¡No podría mirarlo a la cara! — exclamó Louis ya frustrado.
— Porque no? Solo le dices: 'Hey Zayn, aquí Louis, recuerdas a Niall? el rubio lindo irlandés, mí mejor amigo, bueno, se pregunta si serias bueno en la cama' así de simple. —
—Oh por dios Niall...— el ojiazul se llevó las manos al rostro frustrado, antes de notar que alguien entraba a su oficina.
—Bueno quizas podrías decirlo más suave, pero...—
—Niall, debo irme, adiós — se despidió y antes de que el rubio pudiera decir algo, colgó.
Dejó el celular sobre su escritorio, y se acomodó sobre su silla giratoria, antes de ver a Zayn cruzar la puerta. Se levantó de su asiento y fingió acomodar unos papeles, para que el pelinegro no notara sus mejillas rosadas al recordar su conversación con su mejor amigo.
— Hey, Louis — saludó el moreno.
—Oh, hola Zayn — contestó fingiendo no haberlo visto —Puedo ayudarte con algo? — el ojimiel sobo su nuca con una de sus manos.
—De hecho... quería pedirte un favor —
—Dime —
— Bueno... quería salir con Liam hoy y quería saber si podrías cubrir mí turno en lo que queda del día. — Louis suspiró. De hecho, podría, ya que, no tenía ningún caso asignado y su día estaba muy tranquilo.
—Liam? Otra vez? Zayn, no entiendes que lo único que te hace es daño? — Zayn suspiró está vez, esperando la misma charla de siempre.
— Lo se... yo, solo...decidí darle una segunda oportunidad — se excusó el pelinegro.
—¿Segunda? ¿Tú crees? más bien la décima. —Louis estaba un poco cansado de tener que explicar siempre lo mismo, y estaba cansado de ver a su amigo llorando y buscando consuelo con él. Zayn agachó la cabeza. — Es solo que...no entiendo porque la gente siempre vuelve a dónde más les daña —
—Lo se... se que al final saldré herido, y aún así... no puedo alejarme. No sé que está mal conmigo. —confesó con un tono cansado y triste. Louis se compadeció e intentó entender.
