ᴄᴀᴘ 51: ᴇʟ ᴀsᴇsɪɴᴏ ᴅᴇᴛʀᴀ́s ᴅᴇ ʟᴀ ᴍᴀ́sᴄᴀʀᴀ

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—¡As no va a venir!

—Te aseguro que sí. —Miro a mi alrededor.

—¿Dónde estamos?

—¿No lo sabes? —Observo con más atención, y muestro sorpresa al reconocer el lugar.

—¿Por qué estamos aquí? —pregunto sin entender.

—Él dijo que era el lugar perfecto.

—¿Cómo sabía él de este lugar?

—No lo sé.

—¿Cómo es que terminaste aliado con Jared?

—No estoy aliado con él.

—Debe haber una razón para que aún no te haya matado.

—Quería usarme para llegar a ti y así ponerle una trampa a Dominik.

—Y tú muy obediente.

—Me ha tenido bajo amenaza todo este tiempo, ya te lo dije.

—Claro. No entiendo por qué tiene que usar estos trucos. Sé que fácilmente podría dar con Dominik. No sería la primera vez.

—Dijo que quería darle una lección, que quería hacerlo sufrir.

—¿Por qué? ¿Qué es lo que tiene en contra de As?

—No lo sé. Yo solo vi la gran oportunidad de entregarlos a ambos.

—No debes entregar a Dominik.

—Sí debo y lo haré. Aunque lo que espero es que se maten entre ellos.

—¡No, Zac!

—No lo defiendas más, por favor. Él es un asesino. Jared lo odia tanto que desea destruirlo, por eso ha hecho todo esto. Han muerto tantas personas derivadas del orgullo de Dominik. Él tiene la culpa de todo.

—¡Pero no quiero que muera!

—Es lo que merece.

—¡No!

—Tranquilízate, Aisa, ya verás que las cosas estarán mejor después de que todo esto termine

—¡Nada estará bien!

—¡Seremos felices de nuevo! Como antes de que Dominik apareciera en nuestras vidas.

—¡Desátame!

—Aisa...

—¡Debo advertirle a As!

—¡Ya basta! —grita, enojado—. ¡Eres tan tonta!

Me muevo cuando intenta colocarme de nuevo la venda en los ojos. Empiezo a gritar hasta que me pone una cinta en la boca. Se aleja, y después de escuchar la puerta cerrarse, sé que estoy sola de nuevo.

As

Marc da vueltas por todo su departamento como un loco desesperado, cosa que logra hartarme. Bufo ante esta situación; esto es mi culpa por bajar la guardia. Por estar tan entretenido en cosas de poco interés me desvié de mi objetivo principal. En estos momentos no hay nadie hacia quien sienta tanta rabia como hacia mí mismo.

—¡Deja de moverte que desesperas! —grita Gretel a Marc.

—¡No me grites, mocosa!

—¡Aisa no volverá solo porque des mil vueltas por todo el lugar!

—¡Todo esto es tu culpa! —dice Marc, con su dedo hacia mí.

—Fuiste tú quién la dejó salir en busca de su amigo Zac.

Besos con sabor a muerte© (18+) ¡DISPONIBLE EN FÍSICO!Where stories live. Discover now