La niña se sintió un poco culpable por las palabras de Kay, antes de que el emperador estuviera cerca, ella volvió a dirigir su paso hacia Alide.

- Mmm, yo... ¿Puede tomar mi mano? - lo más inteligente para no ser herida, era estar cerca de la invocadora, si la bestia percibía el olor de la peliceleste junto al de ella sería más fácil lograr este objetivo.

La dama no pensó que la niña ignoraría por completo la preocupación de Kay. No tardó en adelantarse un poco, envolvió la pequeña mano de la niña en la suya, y solo pudo pensar en lo frágil que era.

El gran felino olfateaba el aire, observó a la pequeña humana en un largo análisis. El aroma que desprendía era distinto al de otros humanos, de algún modo, fue como si le debiera un gran respeto. Con cuidado de no asustarla, se recostó de forma que ella pudiera alcanzar mejor su cabeza. La propia Alide no imagino que la criatura haría eso por su cuenta, estaba segura de que tendría que pedirlo, sin embargo, le alegro ver que Yashiel no estaba poniendo resistencia.

Fiama que por lo general se veía muy pequeña ante los ojos de Kay, ahora mismo se veía diminuta; por un instante pensó en lo adorable que se veía.

Estando tan cerca de la criatura, el corazón casi se le salió del pecho, nunca se imaginó a sí misma frente a una animal tan grande, un elefante de la tierra se le quedaba corto a este enorme Puma. Se concentró un poco en la boca del animal, los grandes dientes aún sobresalían un poco, pero no parecía tener intenciones de atacar, de hecho, los ojos del animal parecían un tanto necesitados. Con su tamaño apenas fue capaz de tocar la nariz, era suave y mojada, el aire que salía de las fosas era tibio.

La peliceleste estaba un poco conmovida por la escena, era extraño, pues aparte de ella, Yashiel nunca se dejó tocar de nadie más, pero le gustaba ver algo así. Si la princesa creaba un vínculo con el puma podría ir a verlo de vez en cuando, y él ya no pasaría solo en esa sala.

Mikhe no podía creer que el puma se dejara tocar tan fácil de Fiama, cuando él mismo o el propio Kay intentaron hacer algo como Fiama en sus tiempos de adolescencia, no recibieron más que un fuerte rugido y una gran advertencia de ataque. Esto solo aumentaba las dudas sobre quien era Fiama.

- ¿Puede...? - la niña estaba un poco avergonzada de pedirle a Alide que la cargara, aunque quería acariciar la cabeza del animal.

Alide no le permitió terminar de hablar, murmuró un 'permiso' y la tomó en brazos. Fue demasiado raro, ella estaba sosteniendo a una infante, por un instante pensó que era un sueño, no lo había hecho desde que cargó a uno de sus hermanos en el pasado, aunque era diferente de ahora, en ese momento solo tuvo entre sus brazos peso muerto.

Fiama estiro los dedos con cuidado y de forma lenta colocó su mano sobre la frente del animal, pronto el ronroneo de la bestia lleno la habitación, parecía disfrutar de que ella tocara aquella zona. Hasta empujo un poco su cabeza, claro que sin hacerlo demasiado fuerte, sabía lo débiles que eran los cuerpos humanos.

"No es más que un gato enorme" penso algo divertida.

***

No mucho después, los cuatro se separaron, Kay prometió darle al día siguiente el primer pergamino, por hoy tenía la orden de disfrutar del festival, aunque estar allí rodeada de personas estiradas era una de las cosas más aburridas que había hecho.

Aunque ahora, yendo junto a Alide no estaba tan mal, además Evan estaba esperando por ella.

Las miradas de los presentes cayeron sobre ambas tan pronto volvieron al salón.

Busco con los ojos el uniforme inconfundible de Beth y no tardó mucho en encontrarlo. La mujer estaba parada en una esquina con rostro inexpresivo, aunque Fiama podía leer en sus ojos, que estaba avergonzada y molesta. Se podía considerar que no haberla enviado con Benjamín era un castigo por el comportamiento que tuvo con Luah.

El destino de una princesaWhere stories live. Discover now