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La Navidad en Rohan sería una semana llena de celebraciones, empezarían con la decoración de todo el reino en conjunto, después se instalaría un pequeño buzón para enviar pequeños detalles a una o más personas de forma anónima. El tercer día sería para los Rohirim, quienes desfilarían por todas las calles y recibirían los vítores de los pueblerinos.
El cuarto día se presentarían algunos músicos quienes acompañarían las voces del pueblo en una noche llena de villancicos. El quinto día habría una pequeña feria, juegos para los pequeños, algunos comerciantes ofreciendo sus mercancías y alguna que otra presentación musical.
El sexto día habría una pequeña demostración del combate del ejército y los Rohirim, al finalizar ambos lados estrecharían manos y entregarían algunos presentes a los asistentes. el séptimo día, y quizás el más importante estaba destinado a una cena con todo el reino. Cada familia traía algo para compartir. La familia real se les unía y entonces quienes enviaron regalos de forma anónima daban a conocer su identidad.
El Rey agradecía por el bienestar del pueblo y les pedía que siguieran confiando en él para avanzar en el camino. El baile y el alcohol estaban presentes todo el tiempo. Los fuegos artificiales aparecían ya entrada la madrugada y la celebración culminaba hasta que los rayos del sol comenzaban a aparecer.
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Para el Rey de Rohan, las fiestas significaban desastre. No era que no las disfrutara, pero cada que uno de los voluntarios ponía algún adorno, un niño lo destrozaba con una flecha, así que para que los niños no estuvieran sin nada que hacer, decidió que ellos serían los encargados de fabricar las decoraciones para el reino.
Al principio fue una mala idea, ya que el desastre se multiplicó horriblemente, al punto que todo el piso del palacio estaba manchado de pintura o de papel con resina. Éowyn se convirtió en su salvadora cuando empezó a organizar a los niños para que no hicieran tanto desorden. Cuando todo estuvo adornado, Theoden se sintió tranquilo y se alegró de que ahora los niños cuidaban celosamente de sus creaciones y no permitían que nadie les hiciera daño.
Esa semana las responsabilidades siempre las tomaban sus sobrinos para que él pudiera descansar un poco, ese tiempo lo empleaba en visitar la tumba de su hijo y en convivir con sus súbditos. El día de la celebración se retiraba con los fuegos artificiales y se dirigía a dormir, sin embargo si sus sobrinos le seguían se quedaba hablando con ellos hasta ya entrado el siguiente día.
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Estas fiestas eran probablemente cuando Éowyn más trabajo tenía, sobretodo con la idea de su tío de que los niños fueran los encargados de hacer las decoraciones. Pero no le molestaba, el ambiente era distinto y muy ameno, por lo que no quería amargarse por sus quejas del trabajo que tenía que hacer, así que con la ayuda de Eómer logró coordinar toda la semana de las fiestas.
En realidad la organización no era gran problema, todos trabajaban en equipo lo que permitía que su carga de trabajo se aligerará. Así que cuando llegaba la semana ella podía perfectamente coordinar y disfrutar de los eventos.
La gran fiesta siempre le resultaba un poco aburrida, hasta que entraban los fuegos artificiales. Su hermano y su tío no le permitían bailar con los demás jóvenes ni tomar así que su diversión consistía en hablar con algunas mujeres que pronto eran invitadas a bailar. Por eso siempre se retiraba junto con su tío o esperaba a que ambos hombres se fueran para poder bailar o tomar un trago.
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Eómer no era muy fan de la semana de celebración, eso significaba para él coordinar a un montón de soldados que se quejarían por tener que entrenas en estas fechas. No muy contento empezaba a planear todo con la ayuda de su mano derecha, pero ambos tenían ideas un poco diferentes, así que para estar en un acuerdo debían pelear. Claro, el ganador era el que tenía razón.
Escoger a los participantes del desfiles y de la demostración no era tarea sencilla, los nuevos reclutas siempre querían lucirse, pero eran los veteranos a quienes correspondía más ese derecho. No podían salir todos porque eso significaría dejar al reino sin protección y por lo tanto un enorme riesgo. Así que se hacían pequeñas competencias y los ganadores participaban en un evento u otro.
No podía descansar hasta que estaba en la fiesta y entonces bailaba y bebía hasta que se quedara dormido, se cansara o se aburriera y se fuera con su tío. Entonces al día siguiente permitía que todos los guardias se quedaran a descansar en casa.
Esta es la primera parte del especial, mañana la siguiente c;
