ÚLTIMO CAPÍTULO.
Estábamos en pleno verano, yo muriéndome de calor y éramos cuatro durmiendo en la misma cama; Annabet, Bianca e Ian.
Os cuento:
Annabet ya tiene dos años, por lo que está más grande y ya habla bastante.
Ian es hijo de Bianca y mío, no, no es adoptado, este es de verdad. Bianca se enteró de que estaba embarazada poco después de que Annabet cumpliese un año, por lo que él ya tiene unos meses.
Y Bianca que sigue siendo la misma. Se le siguen quemando los pastelillos.
Me levanté para salir a tomar el aire, y mientras me vestía vía a Annabet despierta.
-¿Vienes a tomar el aire ?- le pregunté en susurros para no despertar a la bella durmiente y su príncipe.
-Sí.- dijo estirando sus pequeños bracitos hacia mí.
Me terminé de vestir y la cogí sin despertar a los demás. Ella se agarró fuerte a mí y apoyó la cabeza sobre mi hombro. Desde que nació Ian estamos mucho más unidos que antes. Supongo que en el fondo está algo celosa.
Bajamos al patio y me senté sobre el césped. No fuímos los únicos en salir. Ed estaba a unos metros mirando hacia el cielo.
Annabet estaba empezando a andar, se puso de pie con mucho esfuerzo y, tropezando con sus pies pero sin caerse, llegó hasta Ed y le dio un beso en la mejilla.
-Hola, peque.- le sonrió y la sentó sobre sus piernas.- ¿Qué tal?
-Ben.- eso se traduce por "bien".
Sonreí al verlos hablar tan animadamente. Me tumbé y cerré los ojos por unos segundos. Cuando los abrí Mario se acercaba a nosotros con Ian en brazos. Me levanté y lo cogí.
-¿Y Bianca? ¿Sigue durmiendo?
-Sí, está muy cansada.
Asentí y nos acercamos a Ed y Annabet.
-Hola.- saludó Mario.- ¿De qué habláis?
Ed se puso en pie con Annabet en brazos y se encogió de hombros.
- Hablábamos de cosas sin importancia, como gobernar el mundo, conseguir que Bianca deje de quemar la comida y esas cosas.
Negué con la cabeza mientras me reía y puse a Ian a mi derecha y estiré el brazo que me quedó libre para coger a Annabet. Una vez que los tuve a los dos en brazos le di un beso en la frente a cada uno y le sonreí a Mario y Ed. Nuestra relación mejoró mucho cuando les dejé quedarse a vivir con nosotros. Ya no me dan tanto miedo como antes.
-Buenas noches.- les dije acomodando a los dos bebes que no dejaban de jugar entre ellos.
-Buenas noches.- respondieron al unísono.
Entré de nuevo en la casa y subí hasta la habitación de Annabet. Puse a Ian en el suelo y metí a Annabet en su cuna, la tapé con una fina sábana y le dí un beso en la frente.
-Buenas noches, enanita.
Le di otro beso en la frente y cogí a Ian, que seguía en donde lo había dejado antes. Se estaba quedando dormido. Apoyó su pequeña cabeza en mi pecho y bostezó ruidosamente. Fui a su habitación, era igual a la de Annabet, pero en vez de ser rosa, era azul y amarillo claro. Lo metí en su cuna, lo tapé con la pequeña sábana y encendí el móvil que tenía muñecos con forma de estrellas.
-Buenas noches campeón.- le di un beso en la mejilla, haciendo que el me sonrió con cara de dormido.
Salí y fui hacia mi habitación. Bianca estaba despierta mirando por la ventana. Me acerqué por detrás y la abracé.