Capítulo 8.*

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Después de cenar fuimos a la sala para ver a las pequeñas jugar y hablar de la gira, de las notas de Bianca, entre otros temas.

Se estaba haciendo tarde y mi madre no daba señales de querer irse, miré a mi mejor amiga en busca de ayuda pero ella solo se encogió de hombros. Volví a dirigir mi mirada a mi madre, quien seguía hablando. 

Después de otra interminable hora de charla, Bianca decidió ayudarme.

-Trisha, será mejor que nos marchemos para que Zayn pueda descansar.

Mi madre la miró por unos segundos y después asintió.

Cogió a Safaa que seguía jugando con Annabet y se despidió de mi con fuerte abrazo y de Bianca con dos besos. En cuanto se marchó los dos suspiramos y nos dejamos caer sobre el sofá. Annabet estaba jugando con un peluche junto al sofá.

Recordé por que había invitado esta mañana a tomar un chocolate. Seguro que Eleanor ya lo sabe.

-Tengo una sorpresa para tí.

Ella se giró y me sonrió como una niña pequeña.

-Qué sorpresa?- se acercó a mi.

Antes de contestarle subí hasta mi habitación y cogí unas llaves del cajón de la mesilla de noche. Bajé las escaleras lo más rápido que pude y me volví a sentar en el mismo sitio de antes. Tomé aire y le dí las llaves a Bianca.

- ¿De que son?

-De tu nueva casa.

-No entiendo.

Pensé que era más lista.

-Que te vienes a vivir conmigo y Annabet.

Se quedó callada mirando las llaves, y después de unos minutos, que para mi fueron interminables, levantó la cabeza y me sonrió.

-Gracias Zayn, pero ¿y Eleanor?

-Ella estará con Louis.

-Ah. Vale.

-¿Por que te llevas mal con Louis? El es buena persona.

-Ya lo se, pero de un día para otro me empezó a tratar mal y... No se. Yo no le he hecho nada.- dijo agachando la cabeza.

-Ya hablaré yo con el. Voy a acostar a Annabet.

-Vale, te ayudo.

Me acerqué a la pequeña que ya estaba dormida y la cogí en brazos con cuidado de no despertarla. Con la bebé en brazos subí las escaleras con Bianca detrás.

Al llegar a mi habitación la tumbé en la cama y empecé a sacarle la ropita con cuidado de no despertarla. En cuanto le había quitado todo la metí en cama y me giré hacia Bianca que me miraba con los brazos cruzados.

-¿Qué pasa?

-¿No le pones pijama?

-No tiene, y no he tenido mucho tiempo para comprarle nada. Ya si tal mañana. La tapé bien, apague la luz y salimos de la habitación. Bajamos al recibidor para así poder despedirme de Bianca.

-Bueno, hasta mañana.- dije rascándome la nuca.

Sinceramente, no quería que se marchase.

-Si, hasta mañana.- miró las llaves que aún tenía en la mano y las alzó.- ¿Lo dijiste en serio?

-Si, y espero que mañana empieces con la mudanza.- sonreí ampliamente.

-Claro. Mañana te llamo para que me ayudes. ¿Sí?

-Si. Hasta mañana.

Le dí un beso en la mejilla y se marchó. Subí a mi habitación en silencio, me quité la ropa y me metí en cama abrazando el pequeño cuerpo de Annabet.

Horas después seguía despierto observando la cara angelical de Annabet. Me levanté y le saqué una foto para después ponerla en Twitter, quería saber que pensaban las Directioners de Annabet. Dejé el móvil sobre la mesa de noche y me metí en cama, a  pesar de que no tenía nada de sueño.  Las horas pasaban y yo seguía igual. No dejaba de pensar en que pronto tendría Bianca  todos los días en casa. He de admitir que llevo dos años enamorado de ella, al principio solo me parecía guapa, pero con el tiempo he empezado a cogerle cariño y a quererla, pero demasiado. Igual es eso lo que me mantiene toda la noche en vela. Me volví a levantar para darme una ducha. Abrí el grifo dejando que la ducha se llenase y cuando estaba por meterme escuche los lloros de Annabet en mi habitación. Fui a por ella y como no era capaz de que se volviese a dormir, le quité el pañal y la metí conmigo en la bañera.

 Me senté y a ella la puse sobre mis piernas mirando hacia mí. Empezó a chapotear en el agua y a jugar con mi patito de goma. Si, tengo un patito de goma llamado Luk. Tampoco es tan raro ¿No?

Después de estar casi una hora como peces decidí salir. Me puse rápidamente una toalla alrededor de la cintura, para tapar a Annabet lo antes posible.

La tumbé en la cama envuelta en la toalla. Parecía una oruga. La sequé, le puse un pañal limpio y la volví a acostar. Ahora si que tenía sueño. Nada más tumbarme los dos nos quedamos profundamente dormidos.

Me desperté por los rayos del sol que entraban por la ventana. Annabet estaba con los brazos y piernas estiradas ocupando la mayor parte de la cama, para tener 8 meses aún ocupa. Le puse unos cojines a su alrededor y la tapé bien. Bajé a preparar el desayuno y en cuanto la leche estaba caliente, la saqué del microondas con ayuda de un paño. No pensaba volver a quemarme. Subí en busca de la pequeña, quien ya se encontraba despierta y la baje para desayunar.

Mientras desayunábamos sonó el timbre, pero sabía que Bianca no podía ser, ya que no me había llamado. Me levanté con Annabet ya que no podía dejarla sola en la cocina y fuí a abrir la puerta.

-¿Zayn Malik?- preguntó un hombre de unos 40 años, que se me hacía familiar.

-Soy yo.

-Soy Mario, el padre de Bianca.

Que yo sepa la familia de Bianca no sabe que somos amigos, y mucho menos donde vivo. Me hice a un lado para que pasara. Puse a Annabet a jugar donde estuvo ayer con mi hermana y me senté junto a Mario en el sofá.

-Quería hablar de tu relación con mi hija Bianca.- me miró fijamente.

Un bebé inesperado. (UBI #1)Where stories live. Discover now