Capítulo 22.*

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Me acerqué a ellas con rapidez. Eleanor estaba junto a Bianca, quien se encontraba en el suelo junto a un charco de sangre. Me agaché junto a ellas y miré a Bianca con preocupación.

-¿Qué paso?

-Vino Mario, pero no vino solo. Le pregunto a Bianca si ya se había decidido y le dijo que se quedaría contigo- paro para tomar aire-. Le empezó a gritar que era una mala hija y los dos hombres con los que vino le pegaron, pero se fueron en cuanto os escucharon bajar.- terminó de contarme entre sollozos.

Louis abrazó a Eleanor. Cogí a Bianca en brazos y me levanté.

-¿Podéis subir a por Annabet?

Eleanor asintió y subió las escaleras corriendo. Con ayuda de Louis, metí a Bianca en el coche dejando sitio para Eleanor.

Nada más llegar al hospital, los médicos atendieron en seguida a Bianca. Annabet no había dejado de llorar desde que subimos al coche. Louis y Eleanor salieron a tomar el aire, ya que ella estaba demasiado nerviosa, mientras que yo intentaba calmar a Annabet que seguía llorando. No lloraba tanto como antes pero no paraba. La acuné entre mis brazos, recorrí todo el hospital con ella y hasta le canté, pero seguía llorando, así que decidí salir afuera con Louis y Eleanor.

-Hola.

-¿No dejó de llorar en ningún momento?- me preguntó Louis y yo negué.

-La voy a llevar hasta el parque, si los médicos os dicen algo me llamáis.- ellos asintieron.

Caminé hasta el parque, y como siempre estaba lleno de niños. Puse a Annabet en el suelo y la agarre de las manos para que andase, era algo que hacía mucho con Bianca.

Nos acercamos a unos columpios y la subí al de bebés. Le puse bien la bufanda para que no se le cayera y empecé a empujarla.

Un grupo de madres que estaba a unos metros de mí empezaron a cuchichear en voz baja, por lo que agudicé el oído para poder escuchar, así como un vampiro.

-Los jóvenes de ahora son cada vez más irresponsables.- dijo la que parecía ser más mayor.

Si supiera...

-Si, cuanto más jóvenes más hijos.-dijo otra.

Viejas chismosas, si se metieran en sus asuntos.

-Papá.- me giré y vi a Annabet llorar mientras estiraba los brazos hacia mí. La cogí y me senté tras un árbol para que nadie nos viese.

No quería volver al hospital, sabía que si volvía me iba a poner peor de como estaba. Biana me importa, y mucho, y si le llega a pasar algo no sabría que hacer. Mi móvil empezó a sonar, lo saqué del bolsillo y ví el nombre de Louis en la pantalla. Le contesté mientras buscaba a Annabet con la mirada. Hace unos se encontraba conmigo.

-Hola.

-Zayn, ya podéis venir, Bianca está bien. Los médicos nos dijeron que despertaría en unas horas.

-Ya.- dije aún buscándola con la mirada.

-¿Qué pasa?

-Perdí a Annabet.- dije en un susurro

-¿Cómo que la has perdido?

-Pues eso, hace un momento estaba aquí y ahora no está. Tampoco creo que se hubiese ido muy lejos, es un bebé.

-Llamaré a los demás para que vayan a ayudarte.

-Bien, me harán falta.

Guardé el móvil otra vez en el bolsillo y empecé mi búsqueda. Al rato llegaron Harry, Niall y Liam, quienes me ayudaron. 

Pasadas unas horas nos cansamos de buscar. Me senté bajo el mismo árbol en el que estuve antes y me tapé la cara con las manos, mientras me insultaba mentalmente. Sentí una mano sobre mi hombro y miré hacia arriba. Era Liam.

-No te preocupes, la encontraremos.

-Ya.- dije seco.

Me levanté y dí un paseo por dentro del parque. Un par de niños se chocaron conmigo, pero siguieron corriendo. Seguí caminando hasta que escuche unos lloros. Miré a mi izquierda, y debajo de un tobogán estaba Annabet. Me acerqué rápidamente, la cogí para que dejase de llorar y la abracé tan fuerte como pude pero sin hacerle daño.

-¿Cómo llegaste hasta aquí?

-Zayn.- aparté la vista de Annabet y ví a los chico correr hacia mí.

-Ya la encontré.- dije con felicidad.

-Ya vemos. ¿Dónde estaba?- dijo Harry.

-Debajo del tobogán. A saber como llegó hasta ahí.

-Bueno, lo importante es que ya apareció. Vamos al hospital a ver a Bianca.- dijo Liam feliz.

-Si, vamos.

En cuanto llegamos al hospital, Annabet volvió a llorar. No le gusta estar aquí, a mi tampoco, todo este blanco hace que me sienta sucio. Vi a Louis y Eleanor en la sala de espera y me acerqué a ellos seguido por los demás.

-Ya volvimos.- dije sobre los llantos de Annabet.

-Está en la habitación 207. Nosotros ya la vimos.

-Vale.

Dejé a Annabet con ellos  y fui en busca de la habitación. Una vez la encontré, me paré en frente de la puerta. Me daba miedo entrar; no sabía si lo que vería me iba a gustar o no. 

Decidí entrar. Al verla solo me dieron ganas de matar a Mario por lo que hizo. Le pegó a su propia hija. Yo no le pegaría a Annabet, aunque no es mi hija de verdad.

Me acerqué poco a poco a la cama. Una vez estuve a su lado le cogí la mano. Me sentí mal por ella. Bianca no hizo nada malo, ella es demasiado buena. Le dí un beso en la frente y salí de la habitación, si pasaba un solo minuto más dentro de esa habitación no podría aguantarme las lágrimas. Cerré la puerta, me apoyé en esta y me deslicé hasta quedar sentado en el suelo con la mirada baja.

-¿Estás bien?- levanté la cabeza y vi a Harry.

-Si. No, no estoy bien. Me siento culpable por lo que le pasó a Bianca. Si desde un principio no le hubiese dicho que se viniera a vivir conmigo, no habría pasado nada de esto.- una lágrima se deslizó por mi mejilla.

-No es tu culpa. El padre de Bianca aún no entiende que ella ya es mayor y tiene su vida medio hecha.

-Tienes razón. ¿Y Annabet?

 -Está con los demás. Y no deja de llorar, tienes que hacer que pare; ya nos llamaron la atención dos veces.

-Bien, voy.

Nos levantamos y volvimos a la sala de espera, donde varios pacientes y médicos intentaban calmarla.

-Zayn haz que se calle.- dijo Niall desesperado.

Me acerqué a Liam, que era quien la tenía en brazos y la cogí. Inmediatamente dejó de llorar, por lo que todos me miraron sorprendidos y a la vez suspiraban aliviados. Nadie calma a las bestias como yo.

Después de esperar unas horas a que Bianca despertase, decidimos volver a casa. Sara, que había venido por petición de Harry, se ofreció a ayudarme a cuidar de Annabet mientras Bianca no se despertaba, pero le dije que no, ya bastantes problemas me había causado la única vez que la cuido.

Annabet y yo nos encontrábamos en el jardín viendo las nubes. Ya nos habíamos cansado de ver la televisión y jugar con los peluches, así que un poco de aire no nos vendría mal.

-Esa tiene forma de conejo.- Annabet miró al cielo y señaló la nube haciendo ruidos extraños, como siempre.

Mi móvil vibró, y al sacarlo del bolsillo ví que era un mensaje de Liam:

Ven al hospital, Bianca despertó y no quiere ver a nadie que no seáis tú y Annabet.

¿Por qué él se enteró antes que yo?

Un bebé inesperado. (UBI #1)Where stories live. Discover now