Capítulo 2.*

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Mientras Bianca jugaba con el bebé, yo preparé el desayuno, hice tostadas con zumo de naranja, lo puse en una bandeja y lo llevé al salón. Dejé todo sobre la mesa y me senté. Noté a Biancamirándome y me giré hacia ella.

- ¿Pasa algo?

- ¿El bebé no desayuna? - preguntó dándome un golpe en el brazo.

- Auch. Es que no sé que comen los bebés.

-Piedras, comen piedras. Zayn ¿Tú que crees que comen? Leche.

- ¿Solo leche? ¿Nada más? - dije un poco perdido.

- Si Zayn, solo leche. Ya la preparo yo.

Bianca se levantó dejándome al bebé sin nombre sobre las piernas, teníamos que ponerle nombre, es decir, yo, yo tenía que ponerle nombre. No puedo llamarle "el bebé" durante toda su vida, no creo que fuese muy bien con ese nombre.

A los pocos minutos Bianca entró en el salón con un biberón lleno de leche.

- Bianca, ¿De dónde sacaste el biberón? - dije extrañado mientras la miraba sentarse junto a mí.

- De la bolsa, ahora dáselo.- me pasó en biberón.

- Pero no sé como Bianca- suspiré-. Lo mío es cantar, no cuidar bebés.

-Zayn- dijo Bianca con paciencia.- cuando empecé en la guardería yo tampoco sabía cuidar a los bebés, y con el tiempo fui aprendiendo, y nadie me ayudo. Tu tienes la suerte de que yo te puedo ayudar. Así que le pones el biberón en la boca hasta que esté vacío, no hay más ciencia, tampoco es tan difícil.

Y así hice, le puse el biberón en la boca y contemplé como comía. Poco a poco la leche iba desapareciendo, haciendo que fuera cerrando sus pequeños ojos verdes.  Biancase levantó y cogió sus cosas. El biberón quedó vació y lo dejé sobre la mesa.  Puse a la pequeña bebé sobre el sofá para que siguiera durmiendo y miré a Bianca.

- Zayn, me tengo que ir, tengo muchas cosas que hacer.

Mentira, ayer me dijo que no tenía nada para hoy. Se acercó a mí y me dió un beso cerca de los labios seguido de un abrazo al que respondí.

- No te vallas, no sé que hacer cuando se despierte y los chicos llegaran en un rato y si se toman a mal lo del bebé, no quiero estar solo.- la abracé con más fuerza.

- No creo que se lo tomen a mal, y si lo hacen es su problema.

- Quédate, ayer me dijiste que no tenías nada que hacer.

- Vale, pero tienes que ponerle nombre.- se separó de mí.

- Bien, tendré que pensarlo.

Mientras esperábamos a que llegasen los chicos, estuvimos hablando de nombres para el bebé, y los dos llegamos al acuerdo de llamarla Annabet.

Annabet se despertó cuando sonó el timbre, la cogí en brazos y fui a abrir la puerta, cuando los chicos me vieron con un bebé en brazos se sorprendieron, pero no me dijeron nada, simplemente entraron y se sentaron en el salón mientras saludaban a Bianca, la cual notó sus caras de sorpresa y se estaba aguantando la risa. Yo me senté con ellos y les conté todo lo que me había pasado esta mañana. 

Un bebé inesperado. (UBI #1)Where stories live. Discover now