Los chicos me miraban sorprendidos después de que les contara todo.
-No creo que acepte.- habló Louis.- Es una pesada y pija, pero no es tonta.
-Louis tiene razón. Menos en lo de pesada y pija.- comentó Liam rodando los ojos en el final de la frase.
-Espero que esté de acuerdo conmigo.- cogí a Annabet y le di un beso en la mejilla.
Suspiré. Miré la hora. Faltaba poco para que Bianca saliese de clase.
-Chicos, me voy. Tengo cosas que hacer.
-¿Cómo conquistar a alguna chica?- me guiño un ojo Harry
-Claro, como tú y Sara.
Me despedí de los chicos y empecé a caminar hacia casa. Normalmente, Annabet se queda quieta en mis brazos, pero hoy tenía el día rebelde y quería pisar tierra firme. Después de varios intentos para llegar al suelo, acabé cediendo. Me eché hacia un lado para que una pareja de ancianos pasara y puse a la pequeña en el suelo, agarré sus diminutas manos y empezamos a andar. Al principio se tropezaba con sus propios pies, pero en cuanto le cogió el truco, parecía toda una experta.
Por el camino, había personas que nos miraban mal, otras nos miraban bien y otras que nos miraban como si fuese un espectáculo. Claro, sus vidas son tan aburridas que tienen que meterse en la mí.
En cuanto llegamos a casa, la cogí en brazos, por lo que protestó, pero tenía que abrir la puerta.
Al entrar busqué a Bianca con la mirada. Nada. Aún no había llegado, pero tendría que haber llegado hace media hora. Igual se quedó cotilleando con Eleanor.
Fui a la cocina y preparé la comida, mientras hablaba con Annabet, aunque sin recibir su respuesta.
-¿Te parece normal que Bianca aún no haya llegado? Seguro que está de cotilla con Eleanor, espero que tú no hables tanto.- dije dándole el biberón.
Me senté para comer yo también, después de guardar lo de Bianca. En cuanto terminamos de comer, recogí todo y llevé a Annabet al salón para que se entretuviese con los pocos juguetes que tenía.
Miraba entretenido una película cuando sonó el timbre. Annabet enseguida empezó a gatear hacia la puerta, pero la cogí antes de que saliera del salón. Fui a abrir la puerta y Bianca entró corriendo y cerró con un golpe.
-¿Estas bien?
-Si.
Respiraba con dificultad, por lo que supongo que había corrido.
-Están locas.- dijo caminando hacia la cocina.
-¿Quiénes?
-Vuestras fans. Piensan que Annabet es nuestra hija.
-¿Hoy estuviste con tu padre?
-No.- se rascó la nuca mientras miraba al suelo.
Miente. Siempre que miente hace lo mismo, baja la mirada al suelo y se rasca la nuca, es muy predecible.
-Vale.- levanté las manos y me giré.
Si ella no me decía la verdad, yo no le contaría lo de la reunión de esta mañana.
