Capítulo 38.*

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Unas voces me despertaron, cuando abrí los ojos Bianca y Annabet estaban sentadas sobre la cama mirándome.

- Buenos días.- me saludó alegre Bianca.

-Hola.  - Me senté en la cama y le dí un beso a cada una.- Tengo hambre.

-Nosotras también. Pensamos que por ser navidad, podrías invitarnos a chocolate caliente.

- Vamos, que os estáis auto-invitando.

-Si. - dijo esta vez Annabet. Que no hable. No quiero que hable y se convierta en una cotorra como Bianca.

- Vale.- me levanté con mucho esfuerzo y me vestí.

Cuando bajé estaban en el salón esperándome, también estaban los chicos y sus novias.

-Zayn - me llamó Liam.- Nos dijo Bianca que nos invitabas a chocolate caliente.

Que he hecho para merecer esto.

Nos sentamos en el reservado de una cafetería para que las fans no nos molestaran. Todos hablaban entre ellos, y yo observaba a Bianca hablar con las pequeñas sobre los regalos que habían pedido por Navidad. Antes de salir de casa los puse debajo del árbol con ayuda de Ed y Mario ya que eran los únicos que sabían dónde los escondí.

Bianca movió su silla y se acercó a mí con Annabet sobre sus piernas.

- No pienses tanto, te sale humo. - se río por su propio chiste haciendo que todos la mirasen.- Dejadme ser tonta felizmente.

- Al menos admite que es tonta. -dijo Sara, a quien se le empezaba a notar un poco la barriga. Según Harry el bebe esta muy sano y ambos están felices por ello.

Bianca apoyó la cabeza en mi hombro y aproveché para coger a Annabet.

- ¿Les gustaran nuestros regalos?

- Claro que sí, sé lo que le gusta a mi hermana así que si.

-¿Y los demás?- me pregunto entrecerrando los ojos.- Es la primera navidad que celebro sin mama y se me da mal. Ya se que desde el día que fuimos al cementerio estoy deprimida, pero es que todo me recuerda a ella.

-No pasa nada, yo también echo de menos a mi padre.

-Ya, pero tu padre no está muerto, mi madre si.- dijo a la defensiva.

- Lo siento. Yo solo quiero que te diviertas, seguro que a tu madre no le haría gracia que te deprimieras a los demás.

Se separó de mí y me miró entrecerrando los ojos.

-Yo no estoy deprimida.- se cruzó de brazos.

Creo que es bipolar. Hace un momento dijo todo lo contrario. Habrá que llevarla a un médico para personas bipolares.

-Bien, como tu digas.

Se volvió a apoyar en mi hombro y empezó a hablar con los demás.

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Todos observábamos como Annabet abría sus regalos con dificultad. Ya habíamos abierto los nuestros; todos teníamos ropa, menos Bianca y Safaa. A Biancale regalamos un viaje a Italia para cuando terminase las clases y un día de compras conmigo, ya que hoy me había librado se lo debía, y a Safaa un peluche de una jirafa tan grande como ella y un par de muñecas.

Annabet empezó a llorar cuando no fue capaz de abrir el regalo, lo cogí y rompí un poco el papel para ella pudiese seguir, y así hasta que terminó con todos.  Un montón de peluches achuchables y peludos y un gato fueron sus regalos. El gato fue cosa mía y de Bianca, no tenía más de un mes y congenio rápido con Annabet. Le pusimos de nombre Flufi, ya que la imaginación de mis amigos y de mi novia no da para más.

Los chicos se fueron poco antes de que se hiciese de noche, mi madre y Safaa subieron para cambiarse y Mario y Ed se fueron a descansar ya que anoche se fueron a dormir tarde.

-¿Qué hacemos?- pregunté mientras jugaba con Annabet y Flufi que estaba casi dormido.

- No se.- apoyó la cabeza en mis piernas y sonrió.

-¿Por qué sonríes?- acaricié su mejilla.

-Me gustó lo que hiciste ayer. No esperaba que me hicieras caso, y mucho menos que quedase mejor de como me lo imaginaba.

-Ya se que superó tus expectativas.  Todo lo que yo hago es perfecto.

-Alguien tiene que bajarte el ego.- se levantó para coger a Annabet.

-No, no te la lleves.- hice un puchero.

-Necesitamos una noche de chicas. En la guardería un niño no deja de preguntar por esta pequeña.

-Annabet es solo mía.

Me levanté del sofá fingiendo enfado y subí con ellas, que acabaron por quedarse en mi habitación con la excusa de que es mejor que las demás.

Entré en el baño para cambiarme y cuando salí vi a Bianca haciéndole cosquillas a Annabet. Que tiernas. No, no son tiernas, tengo sueño y ellas están ocupando mi cama. Las voy a echar.

Me acerqué a paso decidido y cuando estuve junto a la cama las dos me miraron atentamente y con cara de perro mojado, Perras. Lo hacen para que me vaya, eso es juego sucio.

-Si os vais, mañana os compro todo el chocolate que queráis.- negaron.- Bueno, pues lo que queráis, pero iros.

-Tus chantajes no funcionan.

Annabet estiró los brazos hacia mí y la cogí, poniendo su cara enfrente de la mía.

-Quiero dormir, pequeña fábrica de babas con pañales.- ella me miró, claramente sin saber de qué hablaba y sonrió.

Esto es jugar sucio, ponen caras adorables y es así como me ablandan. Así no se puede vivir. La dejé en la cama y suspiré. Paciencia; eso necesito.

-Si tienes sueño puedes dormir en mi habitación. La cama es cómoda.

-No, tus mantas púrpuras con purpurina me dan pesadillas.

-Se encogió de hombros.- Tú mismo, nosotras vamos a trasnochar.

-Seguro que en media hora Annabet está en quinto sueño.- asentí varias veces dándome la razón a mí mísmo.

-Verás que no. Haremos una cosa, si no se duerme tienes que dormir en mi cama y si se duerme me voy.

-Bien.- estiré la manos y Bianca me la estrechó.

En un rato podré dormirme.

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-No Annabet, como me puedes hacer esto, pensé que estabas de mi lado, me has fallado.- le dijo una chica de 20 años a un bebe dormido de, apenas, 11 meses.

-Deja de gritarle a Annabet.

-La llevaré a su habitación.

Asentí y salió de la habitación. Sonreí al ver mi cama vacía. Quité los cojines que estaban de más y aparté las mantas para poder taparme. Estaba acomodándome cuando la puerta se abrió y entró Bianca. Me sonrió e hizo lo mismo que yo, se metió en la cama y me miró.

-Apaga la luz. ¿No tenías sueño?

-Ya no.

La cogí de la cintura y la acerqué a mí para besarla cada vez con más intensidad. Bianca entendió el mensaje y sonrió sin separar sus labios de los míos. De un momento a otro mi camiseta desapareció y poco después el resto de nuestra ropa. Solo espero que no nos escuchasen, sería un poco... vergonzoso. 

Hola!!

Antes de nada, solo quedan dos capítulo más y el epílogo. Me da pena terminarla, pero bueno. Lloremos juntas. Además estoy en mi mundo por que el 25 vi a The Vamps y y y morí y eso. Pero espero subir el siguiente pronto. Los quince minutos que tengo de recreo dan para mucho :)

Y os dejo una foto de Flufi. ¿A qué es mono?

Un bebé inesperado. (UBI #1)Where stories live. Discover now