NARRA BIANCA
Después de la llamada de Zayn, me vestí y le dejé una nota a Eleanor para avisarle de iba a ayudar a Zayn con Annabet y que no se preocupara si al llegar no me veía. Cogí las llaves, el móvil y la cartera, los metí en el bolso y salí del piso asegurándome de que todo estaba cerrado y en su lugar. Estaba llegando al estudio, y a medida avanzaba me cruzaba con más directioners. La mayoría me miraban mal, pero agradecía que algunas, muy pocas, me sonrieran.
Una pelirroja me paró a escasos metros de la entrada del estudio, me miró con asco y después se rió burlonamente.
-¿A dónde crees que vas? -Me empujó- Que me respondas.
Estaba demasiado asustada como para contestarle; seguramente sería mucho más pequeña que yo, pero mucho más alta, para ser exactos me sacaba dos cabezas.
Me volvió a empujar, esta vez con más fuerza y así, haciendo que cayera sentada.
-Mira, será mejor que te alejes de Zayn. No sería agradable para él recibir cada semana un dedo tuyo.
Conseguí levantarme, con ayuda de una chica a la cual no pude ver bien porque tenía la vista nublada gracias a las lágrimas, que empezaron a salir antes de que me hubiese dado de cuenta. Le di las gracias a la chica que me ayudó y fui por la parte de atrás del gran edificio en el que se encontraban los chicos, encontrándome con Zayn. Lo abracé tan fuerte como pude y él me correspondió al abrazo. Me separé de él lentamente y fuimos con los demás. Les conté todo lo sucedido y ninguno, y cuando digo ninguno también hablo de Annabet, tenía buena cara, todos tenían cara de estar bastante enfadados y la pequeña Annabet parecía estar a punto de llorar.
Los managers aparecieron para buscar a los chicos, y su humor cambió al ver a Annabet sobre las piernas de Zayn. Uno de ello cogió a la pequeña de mala gana, haciendo que llorara, y la puso sobre mis piernas. Me miró de mala gana para después dirigirse a los chicos.
-Id ya a ensayar, os están esperando.
Se fueron levantando uno a uno y salieron de la habitación, quedando Zayn de último.
-Mira Bianca, no es por despreciarte, pero no puedes traer a tu hija aquí y así entretener a los chicos.- no pude evitar que se me escapara una carcajada.- ¿Qué es tan gracioso?
-No es mi hija, no es nada mio, es de Zayn.
Me levanté con Annabet en brazos y salí dejándolos con la palabra en la boca.
NARRA ZAYN
Empezamos los ensayos lo antes posible y así terminar rápido, había pensado en llevar a Bianca y a Annabet a tomar chocolate caliente y contarle la sorpresa que Louis y yo teníamos para ella y Eleanor.
En cuanto nos sentamos y pedimos los chocolates, unas fans se acercaron a nosotros ignorando por completo la presencia de Bianca, en esos momentos Annabet se encontraba sentada en mi regazo y, al ver a las fans acercarse se asustó, lo que hizo que empezase a llorar. La giré hacia mi y apoyé su cabecita sobre mi pecho, ella agarró mi camiseta con sus manitas llorando cada vez menos. Alcé la vista encontrándome con una Bianca asustada, tenía la mirada fija en una chica pelirroja que me pedía una foto junto a sus amigas. Volví mi vista a Annabet, quien ya había dejado de llorar pero seguía en la misma posición de antes. Me levanté y la deje sobre las piernas de Bianca y a la vez acercándome a su oído.
- ¿Fué la pelirroja la que te empujo antes?- dije a lo que ella asintió levemente.
Me erguí y fui directamente hacia la pelirroja, le pasé el brazo por los hombros y le sonreí.
-¿Por qué empujaste a Bianca esta mañana?
La sonrisa se borró de su rostro a lo que yo volví a sonreír victorioso. La pelirroja susurró un "Lo siento" y salió corriendo seguida de sus amigas, menos una que se quedó mirando a Bianca y se acercó a ella.
- De nada.
-¿Qué?
- Que cuando Marta, la pelirroja te empujo, fui yo quien te ayudo.
- Cierto, muchas gracias.
-De nada.
En cuanto se fue, me volví a sentar. Mientras nos tomábamos el chocolate, Annabet no dejaba de mirarme y le puse una pajita al vaso para que Annabet lo probase. Al principio no le gustó, pero lo volvió a probar y yo me quedé sin chocolate.
-¿De qué te ríes? - miré a Bianca
-De nada,¿Quieres? Yo no quiero más.- me dió su vaso.
-Vale, ya que me lo han robado.
Por la tarde estuve con Annabet y Bianca. Estábamos viendo Dora La Exploradora, Annabet se reía y al parecer le hablaba a Dora, mientras que Bianca y yo nos aburríamos.
Tocaron al timbre y me levanté para abrir. Abrí la puerta y me encontré con mi madre un poco, bueno, muy enfadada.
