Capítulo 19.*

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Mientras mi mejor amiga terminaba de comer, Annabet y yo nos dimos una ducha. Ella jugaba con mi patito cuando la puerta de abrió y entró Bianca.

-¿ No ves que me estoy bañando?- dije tapándome con las manos, pero sin soltar a Annabet.

- Si, lo veo.- se sentó en el suelo, al lado de la puerta.

-Vete.

Intentaba taparme con las manos, pero una gordita que intentaba comerse a mi patito de goma me lo impedía.

- No. No me pienso ir.

Suspiré y busqué la toalla con la mirada.

- Pásame la toalla.

Ella miró la toalla y volvió a miarme.

-No, cógela tú.- negó varias veces con la cabeza.

Rodé los ojos y levanté a Annabet para que la cogiese. La envolvió en otra toalla y me sonrió.

Mala persona.

Me levanté tapándome con las manos y corrí hasta coger la toalla.

- Bonito pompis.- dijo Bianca riéndose.

-Gracias.

Salí del baño rápidamente, mientras escuchaba la risa de Bianca. Me vestí con unos vaqueros, una camiseta y una sudadera. Bajé al salón y me encontré con Bianca ayudando a Annabet a caminar. Me acerqué a ellas, y en cuanto la pequeña me vio, corrió hacia mí tirando de Bianca, quien se estaba riendo.

Me fijé en que estaban demasiado arregladas como para estar toda la tarde en casa.

-¿A dónde vais? Cómo estáis tan arregladas.

-De compras, y tu te vienes, no te vas a quedar aquí sin hacer nada.

-No quiero ir, estoy cansado.

-Me da igual. Tu te vienes.

Subí a mi habitación a por el móvil y la cartera. Bajé y Bianca estaba apoyada en el marco de la puerta con Annabet en brazos. Me acerqué y cogí al bebé.

-¿Vamos?

Ella asintió y empezó a caminar hacia el coche. Se subió en este mientras yo colocaba a la pequeña en su silla.

-¿Quieres ir a algún sitio en especial?

-Si, primero tenemos que ir a buscar a Eleanor, después vamos a por Sara y ya podemos ir al centro comercial.- me miró esperando una respuesta.

-¿Cres que soy tu chofer?

-Claro que no, eres nuestro chofer.- dijo señalándose a ella y Annabet.

Bufé y encendí el coche. Esta tarde iba a ser muy larga, creo yo.Fuimos a  por Eleanor, y me alegro de que viva con Louis, lo podré convencer para que venga con nosotros.

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-No.- me dijo por quinta vez.

-Por favor,Louis. No me dejes solo con ellas.

-Me debes una.- dijo cogiendo el abrigo.

Al llegar al centro comercial fuimos a por Sara, que nos esperaba enfrente de una tienda de bebés. Annabet al ver a Sara empezó a llorar en los brazos de Bianca. Sabía que era por Sara, pero no les dije nada, me mantuve al margen con Louis.

-Pobre Annabet.

-¿Por qué?

-¿No te lo dijoBianca? No vienen de compras por ellas, vienen de compras por la peque.

-Puff... Voy a rescatarla.

Me acerqué hasta ella y cogí a Annabet que seguía llorando. En cuanto la cogí, apoyó la cabecita en mi hombro y poco a poco dejó de llorar. Le sonreí a las chicas que me miraban sorprendidas por la reacción de Annabet, pero es normal, ella me adora y  volví junto a Louis, mientras ellas entraban en la tienda.

Minutos después salió Bianca con una sonrisa de oreja a oreja y se acercó a mí.

-Necesitamos tu ayuda, no sabemos que vestido escoger.

-¿Vestido para que?

-Para Annabet, no va a ser para tí.

Suspiré pesadamente mientras ella me cogía de la mano y me llevas hacia la tienda. Miré a Louis, quien solamente se reía mientras nos seguía. Al entrar, Sara y Eleanor estaban con un vestido en la mano. Eran iguales, la única diferencia era que el Eleanor era rosa con lunares blancos y el de Sara azul con los lunares blancos.

-¿Cuál te gusta más?- preguntó Eleanor.

-El rosa.

-¿Seguro?-  preguntó esta vez Sara.

-Bueno... Me gustan los dos.

Bianca se encogió de hombros y miró a las otras dos chicas.

-Pues los dos. -cogió los vestidos y los metió en una cestita.- Podéis seguir a lo vuestro.

Estuvimos viendo la tienda hasta que nos paramos en unos peluches que le gustaron a Annabet. Lo cogí con mi mano libre y lo miré. Era un oso normal, pero a la vez infantil.

-¿No eres muy mayor para eso, Zayn?- miré mal a Louis.

-Que gracioso eres Louis.

Annabet cogió el osito de peluche y lo abrazó, supongo que le ha gustado.

Después de casi tres horas de ir de tienda en tienda de bebés, por fin estábamos en casa. Lo primero que hice fue dejar rápidamente las bolsas en el salón para ayudar a Louis con la caja de la cuna. Si, cuna. Las tres se empeñaron en comprarla y por no aguantarlas acepté.

Louis y yo nos dejamos caer en el sofá mientras vigilábamos a Annabet. 

-¿Louis nos vamos?

-Si.- me miró.- ¿Nos llevas?

Le tiré las llaves del coche indicándole que se fuera y que ya me lo devolvería en otro momento.

Bianca se sentó a mi lado con un helado.¿Cómo puede tomar helado con el frío que hace?

-Zayn, tengo que decirte una cosa. Esta mañana me llamó mi padre y... Me dijo que teníamos que fingir ser una familia.

-Le habrás dicho que no.- la interrumpí.

-No, le dije que si.

-¿Por qué?- le pregunté enfadado.

-Pues... porque tú les dijiste lo mismo y no quería que te enfadaras, además, si aceptaste sería por algo.

-¿Qué? Yo les dije que no.

Pasé las manos por mi pelo con nerviosismo. ¿Qué se supone que tendríamos que hacer ahora?

-Bueno, tampoco es tan mala idea.

-¿Cómo puedes decir eso? Eso es engañar a un bebé y millones de personas.

-Lo siento, no pensé en eso. Mañana hablo con el y le digo que he cambiado de opinión, pero no te enfades conmigo, yo no sabía que me engañaría para que aceptase.- agachó la cabeza pero no dejo de comer el helado.

-No me enfado contigo.

Me recosté sobre el respaldo del sofá a la vez que Bianca apoyaba la cabeza sobre mi hombro y acariciaba mi brazo. Ojalá fuese todos los días así.

Sentí algo sobre mis piernas, y cuando miré, Annabet estaba con los brazos sobre ellas y con una muñeca en la mano. La cogí y la senté a mi lado, haciendo que se quedase dormida a los pocos segundos, igual que Bianca y yo.

Un bebé inesperado. (UBI #1)Where stories live. Discover now