La boda: despedida de soltera

1.3K 137 86
                                    

Maratón 1/3

Si, así es, maratón.

¿Por qué? Pues pronto entraré a la muerte segura y quería dejarles estos capítulos, ya que no creo que pueda actualizar muy seguido de ahora en adelante.

Quéjense, lloren, hagan sus teorías, saquen las antorchas, busquen mi búnker, pero por sobre todo, disfruten <3

***

Febrero 2024

—Y estos son tus vestidos. La modista ajustó el tuyo, te quedará bien —indica Sara. Le sonrío.

—Ya veremos. Mi panza crece todos los días, te juro que pronto seré una bola rodando —bromeo. Sara me mira seria.

—No te estoy preguntando si te queda, te tiene que quedar —dice entre dientes.

—Bueno, bueno, hagamos un brindis. Por fin este día llegó —se acerca Zendaya, intentando bajar la tensión. Creo que el estrés de la boda le ha pasado la cuenta a Sara.

—Suena bien —sonrío. Sara entrecierra los ojos.

—No puedes beber, ¿Cómo va a estar bien? —pregunta. Daya me entrega una copa de agua y la cojo.

—No necesito alcohol para pasarlo bien.

—O para hacer un desmadre —susurra Zendaya. Le doy una mirada asesina, pero logra que Sara se ría.

—Muy bien —digo, levantando mi copa—. Por tu última noche de soltería.

—Y puteria —agrega Zendaya, haciéndonos reír.

—Eso nunca —dice Sara, rodando los ojos. Arqueo una ceja.

—¿Quieres que te recuerda la apuesta asquerosa que hiciste con tu ahora prometido? —pregunto. Me fulmina con la mirada.

—Salud —dice Zendaya. Chocamos nuestras copas y bebemos.

Solo doy un sorbo, al igual que Zendaya. Pero Sara es otra cosa, termina bebiéndose todo el Rosé de un sopetón. Deja la copa en la mesa, Zendaya y yo nos miramos.

—Pero que intensidad —bromeo. Sara sacude la cabeza.

—No volveré a embriagarme una vez casada. Debo madurar —sentencia. Estallo en risas y Zendaya también. Sara nos mira con mala cara—. Pero que buenas damas de honor tengo —bufa.

—Sara, una vez casada, lo único que cambia es el anillo en tu dedo y tu apellido, si así lo quieres —explico—. Es justamente eso lo que mantiene un matrimonio, nada debe cambiar.

—Vaya ¿ahora eres experta en matrimonios? —pregunta Sara con sarcasmo. Frunzo el ceño y me cruzo de brazos.

—Sara —le reclama Zendaya. Sara cierra los ojos y respira hondo.

—Lo siento. Estoy nerviosa —se disculpa.

—Lo sé. Por eso, es hora de salir y ahogar esas preocupaciones en alcohol —sonrío. Sara niega con la cabeza.

—Si hago eso, la resaca no me dejará levantarme. Mañana me caso, no puedo hacer nada que pueda poner eso en peligro —dice asustada. Miro a Zendaya y ambas sonreímos.

—¿Crees que tienes la opción de negarte? —le pregunta mi amiga, tomando su brazo. Me acerco y tomo el otro.

—¿Recuerdas lo que hiciste en mi despedida de soltera? —pregunto. Abre los ojos de manera desorbitada—. Hora de pagar.

¿Cuánto dura un para siempre? (Tom Holland y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora