Mi cuerpo dolía por la resaca. Abrí los ojos y la luz del día ya me deslumbraba, calculaba que eran casi las 12 del día y ya debía despertar. Me senté al borde de mi cama y mire hacia mi ventana. Para ser honesto esperaba ver a Sophie en su balcón. Pero para mi suerte no estaba y además dudaba que ella quisiera hablar conmigo después de lo que dije ayer. Primero tenía que pedir ayuda de Niall para lograr que ella charlara conmigo y poder pedirle perdón. Ayer pensé en intentarlo, pero cuando salí en busca de ella la vi marcharse con Harry y aunque la idea no me agradaba del todo sabía que esta vez era lo mejor. A estas alturas ella debía saber que eso era mentira. Pero vaya tontería que hice. Solo que detestaba que las chicas se burlaran de mí, suficiente tenía con Jade.
Tomé una ducha rápida con el agua lo más fría posible, necesitaba aclarar mis ideas y crear una buena excusa para que ella me perdonara. Estaba segura de que los chicos me ayudarían en eso. Tome un pantalón de mezclilla y la primer playera que estaba a la vista. Baje y tome un poco de cereal, no quería comer más. La resaca me dejo nauseabundo y si comía más vomitaría todo.
Mientras tomaba el cereal la puerta se abrió y al escuchar las risas de Liam y Zayn supe que eran los chicos. Harry sabía dónde guardábamos la llave de emergencia.
-Pensé que seguirías dormido, ayer tomaste demasiado- Fue lo primero que dijo Niall al verme, ni siquiera recibí un hola. Estaba molesto.
-¿Cómo te sientes? -Pregunto Harry- Toma la dejaste en mi casa- Me entrego el jersey que ayer me había dado Sophie.
-Bien ¿tu? -El solo medio sonrió- ¿Ya hablaste con Leigh?- Negó con la cabeza.
-Me gustaría tener el valor de insultarla, pero la quiero demasiado -Dijo mientras llevaba sus manos a su cabello- ¿Tu hablaste con Sophie?- Preguntó. Ayer los chicos lo pusieron al tanto sobre lo que había pasado y la razón por la que ella se fue.
-Tampoco, no me atrevo a ir solo- Musite. Niall comenzó a preparar avena, era lo que hacía cada que veía a alguno de nosotros decaído, darnos de comer. Todos guardamos silencio.
-Hoy debemos continuar con las clases de fútbol -Inquirió el rubio- Sophie está emocionada- Agrego mientras recogía nuestros trastos.
-¿De verdad quieres arreglar las cosas?- Pregunto Liam y me miro.
-Sí, no quiero que Sophie crea eso -dije- Yo de verdad...-todos me miraron, esperaban a que dijera lo que sentía, pero honestamente no sabía.
-Te ayudaremos, solo no seas un imbécil esta vez- Inquirió Zayn y continúo con su avena.
-¿Les agrada?- Pregunté.
-¿Cómo tu novia? -Niall arqueo una ceja- Si, mucho- Concluyó.
Después de comer la efectiva avena de mi amigo nos dirigimos a casa de Sophie. Niall sería el que hablaría primero, después me dejarían con ella. Por suerte mis amigos no se interesaron más en el tema, solo necesitaban ver mi expresión para saber que en verdad estaba interesado en Sophie. Niall tocó el timbre y esperamos un momento. Mis nervios hacían que todo tardara más, esperaba que Sophie abriera la puerta, pero fue su Nana la que nos recibió.
-Buenos días muchachos -Comento- ¿Se les ofrece algo?- Preguntó amable.
-Venimos por Sophie -Dijo Niall- Debemos continuar con sus lecciones de futbol- Su nana frunció el ceño. Algo me decía que eso no era buena señal.
-¿No les aviso?- Preguntó. Sabía lo que estaba por decir, esto no iba bien. No debí haber venido.
-¿Avisarnos qué?- Hable. Mis nauseas aumentaron en un nivel impresionante.
-Su padre vino por ella en la madrugada -Musito- Tenían que ir a Paris. Lo siento chicos- La expresión de su Nana era impasible. Recordé lo que dijo Sophie, después de Paris volverían a Londres.
-Pero regresa en una semana ¿Cierto?- Cuestionó Harry. Mis amigos podían ver mi expresión.
-Les seré honesta chicos -Dijo- Su papa vino ayer porque después no podría hacerlo y me comento que de Paris viajarían directo al crucero. No quiere tomar demasiados vuelos, Sophie sufre de acrofobia (miedo a las alturas) así que entre menos vuele, mejor- Comento. Mi mente procesaba todo lo que la señora decía.
-Pero tal vez vuelva después de su cumpleaños- comento Zayn.
-No lo creo chicos, Joe menciono algo sobre establecerse en Irlanda o Italia por algunos meses -Me miro, supongo que estaba más pálido de lo que amanecí- De verdad lo siento- dijo.
-Muchas gracias, sí sabe algo ¿podría avisarnos?- La Nana accedió y me regaló una sonrisa amigable.
-¿Quieres llamarla Lou?- Pregunto quedito. Todos sabían que debían tener algo de precaución en lo que comentaran sobre ella.
-Tal vez apenas aterrizo y no sabemos el cambio de horario- Dije. No necesitaba explicar más, no estaba preparado para que lo nuestro terminara tan rápido.
Era tonto lo que sentía y hacia, Sophie era una chica que apenas llevaba una semana de conocer, pero su partida me hacía sentir como si hubiera perdido a una amiga de la infancia que conocía de toda mi vida. Pero es que lo nuestro fue... tan... fugaz. No encontraba otra palabra para describirlo. Lo único que sabía era que el maldito vacío en mi estómago no era hambre, era por Sophie. Me encontraba encerrado en mi habitación, solo. Entre mis manos y sobre mi estómago sostenía mi jersey, el mismo que Sophie había usado y estaba más que agradecido de que no lo lavara. Aún conservaba su aroma. Cerré mis ojos y pensé en ella, en nuestro beso y en lo que pudo ser. No podía seguir más con esto. Ella me lo dijo. No estamos hechos para ser.
{♥}
-Sophie, linda, despierta -Alguien me sacudió por el hombro, mis parpados pesaban- ¡Joe despierta!-Grito Debora. Abrí del golpe los ojos y aun veía borroso. La turbulencia del vuelo me hizo darme cuenta donde estaba. Mi ánimo se apagó, lo más probable es que estuviera en Paris.
-¿Ya llegamos?- Mi padre se tallaba los ojos con sus manos. Ambos siempre dormíamos durante cualquier vuelo, era parte de la terapia que me habían dado. Aún tenía sueño y un vacío en la panza, tenía hambre, creo.
-Estamos por aterrizar -Anuncio la azafata- Es momento de abrochar sus cinturones y acomodarse Familia Lewis- La señorita volvió a su cabina que estaba justamente detrás de la del piloto, la vi sentarse y abrochar su cinturón. Mi padre y Debora hacían lo mismo. Mientras yo sentía como los nervios estaban por todo mi sistema, recorriendo cada parte de él. Tenía fobia a las alturas, detestaba volar, por eso siempre mi padre evitaba los vuelos, usualmente viajábamos en barco o por algún medio que involucrara tierra firme. Pero para llegar a Paris no había otra forma más que volar. Mi padre se acercó a ayudarme con las cintas y me ajusto el broche. Sonrió y tomo mi mano mientras con sus dedos masajeaba el dorso de esta. Ya había tomado algunas terapias y asistido a muchos ejercicios para esto, pero aun así tenía miedo, y esto no era nada comparado a hace unos seis o siete años, donde lloraba y temblaba por subir a un avión.
El aterrizaje fue bueno, debo admitirlo, uno de los más tranquilos que he experimentado. Ya íbamos camino al hotel. Nuestra reservación se llevó a cabo el hotel Ritz. Miraba a través de la ventana y mi ánimo no podía aumentar, ni por más que lo intentara. Pensaba en las múltiples actividades que podía llevar a cabo en Paris, pero por más que lo intentaba no surgía alguna que involucrara un "Ojala Louis y los chicos estuvieran aquí".
-Vamos a ir a almorzar -Mi papá llamo mi atención- ¿Están de acuerdo?-
-Sí Joe, Sophie no ha comido nada, la trajimos así- Dijo Debora preocupada.
-Gracias Debbie.No tengo hambre -Mentí- Creo que el Jet-lag de verdad me afecto- Dije, sí tenía hambre y mucha, o al menos sentía un vacío en mi estómago, temía que ese vacío no desapareciera luego de comer, así que mejor evitaría esa actividad hasta que de verdad mi cuerpo lo necesitara.
-Pediremos servicio a la habitación- Concluyo mi padre. Me conocía a la perfección como para saber que algo andaba mal. Me alegra saber que no pregunto la razón. Porque ni yo sabía cómo explicarla, era ilógico estar enamorada de un chico que con apenas conocía de una semana.
Llegamos al hotel y me encerré en la suite que me correspondía. Vaya que era hermosa, una de las mejores en las que solía hospedarme. Mi padre siempre la reservaba para mí. En el lugar ya había algunos de los vestidos que usaría en las múltiples cenas a las que debía asistir, los colores y el diseño siempre eran exclusivos y ajustados a mí. Debbie solía escogerlos. Mi acerque a la ventana y mire la ciudad que estaba ahí fuera. ¡Era Paris! Y podía ser toda mía si quería. -Estas vacaciones serán diferentes Sophie- Me dije a mi misma. Louis no iba a estar pensado en mí, en si volvería o no, él lo dijo, me tenía lastima y yo sufría por no poder verlo. Negué con la cabeza. Tenía un mejor propósito que pensar en Louis. Esta vez disfrutaría y conocería Paris de una forma que jamás lo hice. Fui hasta la suite de mi papá y llame a la puerta.
-Cambio de planes. Desayunamos abajo- Dije y me encamine al restaurante. Ya conocía el hotel y aunque era enorme no me perdería.
-Llegamos en 5- Dijo papá y me guiño el ojo.
Debido a que fui a la primera en llegar al restaurante decidí desayunar en la zona al aire libre. El mesero, que para ser honesta fue demasiado amable para mi gusto, me guio hasta la mejor mesa. Ordene primero, algo básico y sencillo como una hamburguesa con papas, durante toda esta semana mi paladar probaría comidas que no le eran del todo agradables.
-¿Lista para todas las sorpresas que preparé?- Mi padre me distrajo del paisaje.
-¿Sorpresas? ¿Son más de una?- Interrogue.
-Ya te veo más alegre- Comentó Debora
-Sí y diría que las amaras- Dijo mi padre. El mesero llego y tomo el resto de la orden, esperamos cerca de quince minutos y llegaron nuestros alimentos.
-Me sorprende que siempre pidas hamburguesas -Musito mi papá- La primer sorpresa, como ya sabes es que tu cumpleaños lo celebraremos en un crucero. Como segunda es que todos los vestidos y ropa que usaras durante esta semana llegaron hoy y como de costumbre son diseños exclusivos para ti, Debora ayudo a escogerlos -dijo.
-Son hermosos. Gracias Debbie- Respondí, ella amplio su sonrisa y se sonrojo un poco.
-Otra de tus sorpresas te espera hoy a las 5:00 de la tarde en el salón principal del hotel -Mi padre sonrió, algo tramaba- Y la otra es esta -De la bolsa de su traje saco una cajita negra y me la entrego- Yo conocí a tú madre cuando estaba a casi 2 semanas de cumplir 18 años, igual que tú, desde ese momento supe que sería la indicada, a los pocos meses nos tomamos la fotografía que tienes y luego tus abuelos nos separaron, pero al final de cuentas el amor nos unió de nuevo, es por eso que te entrego esto amor, quiero que seas muy feliz -Susurró. En mis manos sostenía un sencillo pero hermoso anillo de compromiso, era el que Joe le dio a mamá cuando se comprometieron- Recuerda que debes estar a las 5:00 en el Jardín mi amor, Te amo- Concluyó.
Revisaba todo el guardarropa que habían traído. La ropa no solo era de las mejores marcas, era hermosa y era la clase de ropa que todas las modelos les gustaría tener. Pensaba en el regalo de mi padre. Me había dado el anillo de mamá, algo que siempre guardo para él. No era el anillo más caro ni mucho menos el más lujoso, pero sabía que cuando ambos se fueron de Estados Unidos no contaban con una gran solvencia económica y mi padre solo pudo comprar este. También sabía que ellos nunca se casaron, no entendía porque, pero el resumen de mi padre siempre era el mismo, mis abuelos siempre los quisieron lejos. Me preguntaba por qué papá jamás se casó. Supe que en el paso de los años hubo muchas pretendientas y tal vez ninguna me agradaba, pero el necesitaba a alguien, así como yo una figura materna, trabajo que después de mi Nana, Debora asumió. Como una señal del destino Debbie entro en mi suite y sonrió.
-¿Qué tal la ropa?- Pregunto mientras se sentaba en la silla que miraba hacia donde estaba mi ropa.
-Es muy hermosa Debbie. Me encanta. Gracias- Agradecí.
-De nada, sabía que te agradaría- Dijo y confirmo mi punto. Tal vez lo que mi padre y yo necesitamos siempre ha estado frente a nosotros.
-Debbie -llame su atención- ¿Puedo hacer una pregunta personal? -Ella asintió y frunció el ceño- ¿Te gusta mi papá?- Pregunte directa. Debora abrió sus ojos y me miro detenidamente. Abrió su boca y la cerro de inmediato. No sé cómo no me había dado cuenta antes.
-¿Por qué preguntas eso Sophie?- Ella estaba nerviosa, lo noté por la manera en la que jugaba con sus dedos.
-Me gustaría que tú y mi padre se casaran -Me encogí de hombros y me acerque a ella- Desde pequeña he visto cómo muchas hijas de otros empresarios salen con sus madres de compras, van al Spa, platican cosas de mujeres -Tome su mano- Y para eso siempre has estado tú, para mí -Sus ojos se cristalizaron- ¿Recuerdas la primera vez que me llego el período? -Debbie soltó una risa- Mi papá se volvió loco, no sabía qué hacer. Ese día tú tenías descanso pero luego llegaste a ayudarme, me explicaste lo necesario y al final te quedaste conmigo, ya que me puse demasiado sensible. Desde ese día te he visto no sólo cómo la Asistente de mi padre, para mi eres parte de la familia- Noté cómo unas lágrimas salieron sus ojos, ella había tenido un pasado no muy agradable, sabía que estuvo a punto de casarse y la dejaron, además de que Debbie no podía ser madre.
-Gracias Sophie, yo también te quiero muchísimo, sé que no soy tú madre, pero te veo cómo una hija, como los hijos que nunca pude tener y tienes razón -Con el dorso de su mano limpio unas cuantas lagrimas- Amo a tú padre, sé que él también me tiene cariño, pero no me importa no estar casada con él, aun así sigo estando junto a ustedes. Para el su única prioridad es su hija y eso nunca cambiara, pero por esa razón me enamoré de él- Inquirió Debora, sabía que era honesta.
-¿Y si hablo con el Debora? Sé que él también te corresponde- Comente. Si mi papá y Debbie se amaban merecían ser felices.
-Todo llega a su tiempo pequeña- Musito y se levantó para darme un abrazo. Sí, Debora era sin duda, lo más cercano a una mamá.
Por fin estaba lista, usaba uno de los atuendos que me habían regalado, una falda negra con un polo a rayas blancas y negras, adorne el atuendo con un cinto café y use un par de medias del mismo color de mi falda. Sencillo pero elegante. Faltaban 10 minutos para las 5:00 tomé mi reloj y el anillo que mi padre me dio, era hermoso, me los puse, luego tomé un bolso de mano, guardé lo necesario y salí de mi habitación. A pesar de que muchas veces estuve hospedada en este hotel nunca visite el salón principal. Pregunte a una trabajadora y me indico el camino. Pasaba sobre un gran ventanal y me distraje mirando mi atuendo. De verdad que Debora habida escogido ropa muy bonita. Gire mi cabeza al frente y se encontró con el brazo de un chico. El tonto color durazno nació y cerré mis ojos. -¿Por qué siempre eres tan torpe Lewis?- Me regañe a mí misma y mire al adonis que tenía frente mío. Un chico de apenas unos dos o tres años más que yo. Traía puesto un pantalón negro de vestir con una camisa del mismo color. Y vaya que el negro si era su color. El tipo tenía tez morena que más bien decía que su bronceado era perfecto, labios delgados y una sonrisa con hoyuelos. Era guapísimo.
-Vaya mi amor, veo que ya encontraste tú otra sorpresa- La voz de mi padre me distrajo del chico que tenía frente a mí. Me gire a verlo. Joe venía en compañía de otro sujeto, muy parecido al chico con el que había chocado, y Debora venía con ellos. Mi segunda sorpresa, ¿acaso me compró un novio mi papá? El chico y yo nos mirábamos extraño, ninguno comprendía nada.
-Hija, ¿Recuerdas a mi amigo Paul Ross y a su hijo Joseph?- Dijo mi padre, no podía creerlo, él era Joseph, mi único amigo de la infancia.
-No puedo creerlo, estoy con la mismísima Sophie Lewis, has cambiado tanto- Inquirió, ambos nos miramos y sin dudarlo nos abrazamos. Joseph y yo nos conocimos de pequeños, su madre es una señora muy agradable, cuando Debora debía viajar a ver algún negocio ella me cuidaba, Joseph y yo fuimos los mejores amigos, pero después a él lo mandaron a estudiar a Irlanda, a un internado, más sin en cambio a mí no.
-Joe dejemos que platiquen a solas, tiene que ponerse al tanto- Dijo Paul.
Comenzamos el paseo por el Jardín, la tarde era muy agradable, ambos íbamos caminando en silencio, teníamos demasiado tiempo sin vernos, no sabía que preguntar o que decirle, esperaba a que el iniciara la plática, pero no decía nada, solo me veía de reojo y sonreía. Comencé a jugar con el anillo de mi madre. Nos sentamos en una banca y Joseph sonrió nuevamente.
-¿Te vas a casar?- Preguntó sorprendido y miraba detenidamente en anillo que traía puesto.
-¿Lo dices por el esto?- Dije mientras retiraba el anillo de mi dedo. Él lo tomo y lo examino detenidamente. Con eso basto para que nuestra platica se animara y ambos habláramos sin parar.
{♥}
Ya habían pasado tres días desde que Sophie se marchó a París, y yo aún me sentía igual, como si algo muy importante me faltara. A diario veía hacia su casa, tenía la esperanza de que volviera, pero sabía que eso no sucedería. Los chicos y yo estábamos sentados en la sala de la casa de Harry, mirábamos la televisión, para distraernos un rato. Hoy era uno de esos días que no había nada bueno que hacer. Niall pasaba los canales cuando de pronto vimos una foto de la chica de ojos marrón en la televisión...
-¿Esa es Sophie?- Preguntó Niall, todos estábamos boquiabiertos, estaban pasando miles de fotos de ella con vestidos hermosos, al mismo tiempo que pasaban las de otro tipo, era un galán de primera, parecía modelo. Pero lo ignore por un momento. Sophie se veía hermosa de esa manera.
-¡Shhhhhhh! Dejen oír- Dijo Harry, todos guardamos silencio y escuchamos a la reportera.
-Así es Edward, la idea de fusionar ambas empresas tal vez sea un hecho, en especial ahora que ambas familias han decidido unirse, pues al parecer la señorita Sophie Lewis y el joven Joseph Ross están comprometidos- Dijo la chica con más entusiasmo de lo normal, en la pantalla enfocaron una foto de ambos, estaban sentados en una banca, él tenía un anillo en la mano y se lo ponía a ella, después pasaron otras fotos de Sophie en la piscina, en un restaurante, en la torre Eiffel y en todas estaba con el mismo tipo y con el jodido y supongo que carísimo anillo en su dedo.
-Así es Mary al parecer estos jóvenes enamorados se van a casar, aunque bueno, el chico tiene apenas 18 y la chica 17, lo que todos nos preguntamos es sí no están demasiado jóvenes ¿Sus papás estarán de acuerdo?- Dijo el otro reportero. Mi mente procesaba esas palabras.
-Ambos son herederos a una enorme fortuna, por eso no hay que preocuparse y todos sabemos que sí ambas empresas se fusionan dominaran el mercado- El tipo mantenía su sonrisa estúpida y la chica continuo hablando- En cuanto a sus padres supongo que sí, ya que a ambas familias han estado conviviendo mucho, se les ha visto muy juntos y alegres- Concluyo. En la pantalla se ampliaron múltiples fotos de una Sophie sonriendo junto al mismo chico de antes.
-Y bueno, esa es la noticia relevante, en cuanto haya más información sobre la feliz pareja los pondremos al tanto- La chica guiño el ojo y las estúpidas y malitas fotos aparecieron de nuevo. Apague la TV y me desparrame en el sofá. Genial, se va y decide casarse.
-Deben ser rumores. Sophie no se casaría así nada más- Dijo Niall y los demás se giraron a verme.
-Necesito hablar con Jade- Musite. Niall iba a protestar pero Harry lo fulmino con la mirada. Si ella se casaba, lo nuestro, fuese lo que fuese que tuvimos termino y no fue importante para ella, yo podía tener novia y seguir mi vida normal. Borraría esa semana de mi mente. Sophie Lewis nunca había entrado en mi vida.