Don't You Remember... || Louis Tomlinson [Terminada/Editando]

Our second chance.

Titubeo, mi voz tiembla, Javier se impone y el temor crece dentro de mí. Ellos no tendrán piedad, no quieren a nadie más, soy yo a la que buscan, no dudo que Cassandra este con ellos.

– ¿Sigues ahí? –Su voz es firme, severa.

– S... Si –Siseo, un escalofrió me recorre, debí decirle a Joe de esto antes de marcar.

– El plan es muy sencillo, más de lo que crees –escucho ruidos distorsionados– Necesitamos que te alejes de todos –Espeta, mi ceño se frunce, dejo de morder mis uñas no me percate que lo estaba haciendo.

– ¿Alejarme? –Mi voz es débil pero me las arreglo para que suene lo más tranquila posible.

– Eres inteligente, algo se te ocurrirá –Y finaliza la llamada.

Mi mirada esta fija en el techo mientras las lágrimas acarician mis mejillas, no comprendo lo que ellos quieren de mí, ni siquiera entiendo su venganza, pero al menos de algo estoy casi segura, ellos no se detendrán hasta que sea yo la que pague la muerte de Carol, mi madre. Pienso en todas las posibilidades de solucionar esto, incluso creo que lo mejor es contarle a Joe lo que sucede, pero algo dentro de mí me detiene, es el miedo. Si Louis esta así por mi culpa ellos pueden ser capaces de más, pueden lastimar a la gente que me rodea. Sé que no soy tan valiente como mi madre, nunca lo he sido y probablemente no llegue a serlo, pero al menos debo ser astuta. No permitiré que lastimen a nadie por mí.

La llamada de Javier me mantuvo en estado de alerta y un poco paranoica, incluso el sábado la pase mal. Harry vino a casa desde la mañana con algunas pruebas que Gemma había conseguido para nosotros, recuerdo que la semana pasada nos repartió algunas copias a cada uno para que practicáramos para el examen de mañana pero yo las olvide en mi locker y por eso Harry vino a estudiar conmigo. Su presencia me mantuvo distraída por un rato, aunque en momentos divagaba, por supuesto que él lo noto pero me justifique hábilmente, comente innumerables veces que temía ser rechazada, en toda mi vida jamás había hecho una prueba semejante a esta y entonces algo estallo dentro de mí. Es de mañana, es un domingo soleado y hermoso, pero mi situación ha empeorado, no logro concentrarme en nada, ni por más que Harry me ayude, ha intentado persuadirme para que los chicos se unan al grupo de estudio pero no se lo permito. No quiero que vengan a mi casa por un tiempo, debo mantenerlos alejados de todo esto. Así que el continua leyendo las preguntas y explicándome como realizar cada ejercicio según Gemma se lo ha dicho a él.

Son las seis de la tarde, no han pasado tanto tiempo pero me doy por vencida, salgo corriendo al baño, me miro en el espejo, estoy más pálida que un Cullen, la prueba de mañana y la presencia de Javier en mi vida me ponen de esta manera. Todo mi mundo gira y para cuando Harry llega vómito, probablemente si yo fuera él hubiese salido corriendo o vomitado aquí mismo, pero el solo sujeta mi cabello y espera a que el vómito cese. Una vez que las arcadas se detienen, toma mi cepillo de dientes, coloca un poco de dentífrico en él, me lo entrega y va hasta la cocina por un vaso de agua. Es entonces cuando veo su rostro, me regala una sonrisa de esas que hacen que suspire y acaricia mi mejilla.

– Será todo por hoy –murmura– Veamos películas, mañana todo saldrá bien –Besa mi mejilla y me alejo, huelo asqueroso– Tranquila, por favor Sophie confía en mi –Me extiende su mano y agrega esa sonrisa que me gusta de él, trato de no pensarlo tanto y dejo que él me guie.

...

Es lunes y debo ir a la escuela, hoy tendremos la primer prueba de admisión para las Universidades, es la prueba psicológica. Muevo todo en mi tocador en busca de mis maquillajes, no soy la clase de chica que suele usarlos habitualmente, pero todo el fin no pude dormir. Solo ayer por la tarde estuve relajada, mientras Harry me abrazaba al mirar la televisión, pero al momento en que se fue la angustia volvió. Un hueco en mi pecho incrementaba poco a poco y una vocecita dentro de mi cabeza no para de repetirme que no tengo ni la más mínima idea de lo que me estoy enfrentando. Muy dentro de mí sé que esto puede terminar de la peor manera pero me las arreglo para pensar que todo se solucionara, por primera vez me encargare yo sola de esto y las cosas saldrán bien. Me miro por última vez en el espejo, todo está por cambiar, lo siento. Me armo de valor y salgo de mi habitación, hoy hare esa prueba.