Don't You Remember... || Louis Tomlinson [Terminada/Editando]

Mi culpa.

Salimos del auto antes de que ninguno pudiera controlar la situación. Estamos en un hospital, para ser precisos en un estacionamiento público, no quiero perder mi virginidad en un lugar como estos. Louis toma mi mano y sé que intenta decirme algo pero no logro descifrar el mensaje, siempre que esto sucede él hace todo lo posible por pedirme una disculpa pero esta vez siento que lo único que quiere es que lo apoye, el necesita que yo esté ahí para él. Subimos al elevador y aprovecho el momento, mi mano suelta la suya y mis brazos lo rodean por la cintura, mi mejilla se pega a su espalda y dejo que su aroma varonil y fuerte penetre en mi sistema, inundándome. Lo amo. Mis labios besan su espalda de manera delicada y cierro mis ojos.

– Estaré aquí Louis, yo seguiré aquí para ti –él también debe saber que no pienso dejarlo, que lo amo y estaré para él. Un amago de sonrisa aparece en su rostro y con eso estoy satisfecha.

Llegamos a la habitación de las gemelas, ambas sonríen al ver a su hermano mayor. Louis corre y se queda en medio de las dos camas, sus pequeños cuerpos están cubiertos de pápulas, son pequeñas y rojizas. Me acerco a ellas y les entrego una bolsa de gomitas que logre introducir de manera ilegal, el detalle hace que las pequeñas se distraigan y ninguna de ellas pregunte por la ausencia de su padre. Ambas sabían que Louis lo buscaría, tarde o temprano preguntarían por él pero este no era el momento. Louis sale con su madre y con una mirada me pide que lo espere, necesita apoyo con sus hermanas, le regalo una sonrisa confortante y el me responde de la misma manera. Phoebe se atraganta con las gomitas y Harry se acerca ayudarla, mientras Felicite me pregunta si quiero saber la gran historia de cómo llegaron al hospital, acepto y ambas se emocionan, pelean por quien narra mejor la historia y quien fue la que tuvo un papel más importante en ella, al final Phoebe termina contándonos cómo fue que comieron las moras. La puerta se abre y Louis entra solo, en sus ojos se asoman lágrimas, Harry y yo intercambiamos miradas pero no es momento de hablar. Louis se sienta a mi lado y sonríe al ver a sus hermanas felices. Él es un gran hermano mayor y podrá con esto.

...

Mantener la casa limpia es un completo ritual, no sé cómo Ariana lograba tener todo en orden, sonrío de manera automática al recordarla, ella ahora está bien. Acomodo el último trasto, seco mis manos en la toalla de la cocina y tomo mi celular. Tengo un mensaje de Joseph.

"Te extraño Sophie, estoy por cerrar un negocio grande y organizare una pequeña reunión para celebrar, sé que no estas para grandes fiestas pero me gustaría tenerte aquí. En cuanto puedas comunícate conmigo, por favor no te vuelvas una desconocida. Te quiero".

Mi sonrisa crece al leer las palabras de mi único amigo de la infancia, me encantaría estar con él pero dudo mucho que Louis quiera viajar y no soy capaz de separarme de él por mucho tiempo. Decido que lo mejor es hablar de esto con Louis y devolverle el mensaje más tarde. Miro la hora, Louis estará aquí en una hora, aún tengo tiempo para bañarme y cambiarme de ropa. Han pasado dos semanas desde que las gemelas estuvieron hospitalizadas y Louis se ha hecho cargo de todo. Johanna le confeso a Louis que ella sospechaba algo, su padre llevaba buen tiempo sin aportar dinero al hogar. Tal vez no le afecto de la manera que esperábamos pero sin duda alguna algo dentro de ella cambio, conmigo ha sido más amable y diario me ha invitado a su casa para comer con ellos además de que ha permitido que Louis siga durmiendo aquí, Johanna cree que es mejor para mí estar acompañada, los ataques de pánico han desaparecido desde lo de las gemelas, pero ella cree que pueden volver. Subo las escaleras y hago un cronograma mental de lo que haremos cuando Louis llegue, mi teléfono vibra y el nombre de Debora aparece en la pantalla, dudo sobre si debo responder o no, sigo molesta con ellos por todo lo que está sucediendo, no he sabido nada de ellos y las pocas veces que hablamos no hemos pasado de saludos fríos y simples preguntas sin sentido. Respondo y me sorprende que el que conteste del otro lado de la línea sea mi padre.