Don't You Remember... || Louis Tomlinson [Terminada/Editando]

Efecto Sophie Lewis.

El camino al gran salón fue tedioso y un tanto molesto, nada haría que mi humor mejorara y menos en esta situación, lo único en lo que podía pensar era en el estúpido chico de sonrisa perfecta y en mi hermosa chica de ojos marrón bailando juntos toda la noche. Refunfuñe y mire a Harry, me miraba divertido y yo no entendía por qué. Rodeé los ojos y solo sirvió para que el ampliara su sonrisa.

-Quien diría Louis- Musito.

Entramos en el salón y nos quedamos boquiabiertos. Esto de verdad era lujoso, nada comparado a las películas o tontos estereotipos, esto de verdad eran lujos. Un señor alto con smoking tomo nuestro nombre y nos guio hasta una mesa frente a la pista, justo a un lado de la mesa principal donde supongo estaría Sophie. Otro chico, apenas unos años mayor que yo, nos ofreció a cada uno una copa de vino. Di un sorbo y la sensación del líquido bajando por mi garganta era más que placentera, frio, seco y delicioso. Una ola de aplausos me distrajo de mi momento de dicha. Me gire hacia la entrada y no pude ver nada más que a ella. Sujetaba el brazo derecho de su padre, tenía una hermosa sonrisa en el rostro cubierta por un ligero toque de brillo labial, 'El mismo que probaste' dijo una vocecita en mi mente y al recordar el momento sonreí como estúpido. No me cansaba de decirlo, Sophie Lewis era la chica con más belleza natural que cualquiera ha conocido. El ligero rubor en tono durazno nació en sus mejillas y solo logro que se viera más hermosa. Sophie modelaba un vestido largo y exactamente ajustado a su cuerpo, a la altura de sus rodillas nacieron regazos de tela que daban volumen al final del vestido, pero lo mejor era el color, un tono rojo intenso que en cualquier chica se vería extravagante, pero ella no era cualquiera, era Sophie Lewis, mi chica. El escote era discreto y quedaba perfecto con el pequeño diamante que colgaba de su cuello que al parecer hacia un juego perfecto con el anillo de su mano. Su cabello estaba perfectamente recogido en un moño, con algunos rizos colgando. La música empezó y su padre saco a Debora a la pista. Sophie busco con la mirada a alguien y recordé lo que Joseph dijo, el bailaría con ella. Mide detenidamente entre los invitados, el guapo y estúpido amigo de Sophie no estaba por ninguna parte. Harry se acercó a mí.

-¿Qué esperas Tomlinson?- Susurro cerca de mi oído. Niall me indico con su cabeza que debía acercarme y sin dudarlo lo hice. Rápidamente llegue hasta donde estaba Sophie y sonreí.

-¿Me concede esta pieza?- Pregunte con una ligera reverencia. Las mejillas de Sophie se tornaron del mismo color de su vestido y eso la hizo ver más hermosa. Respondió con un simple 'Si' y antes de que respondiera la reverencia tome su mano y la lleve al centro de la pista. Me sentía estúpido haciendo esto, porque no sabía bailar, de todos era el menos indicado, pero me limite a imitar los pasos de su padre. Ella sonreía y por alguna extraña razón mi estúpida sonrisa no desaparecía, si era ella.

-Eres hermosa Sophie- Murmure cerca de su oído y solo respondió depositando un ligero, pero más que necesario beso. Todo mi cuerpo se relajó, me sentí tranquilo, como si ella fuera mi hogar. Ese era el 'Efecto Sophie' era la única que podía provocar que 'la cosa' surgiera en mi estómago provocando un ataque de nauseas compulsivas junto a una felicidad infinita. Solo mi chica de ojos marrón.

Ambos continuamos bailando al ritmo de la segunda pista, supongo que el encargado de la música noto lo maravillosa que se veía Sophie en la pista y no quiso romper el encanto. Me atreví a un poco más y la hice girara sobre su eje. Ella solo amplio sus sonrisa y volvió a mis brazos. Encajábamos como si fuéramos solo uno. En un momento de descuido visualice a Scarlette, me fulminaba con su mirada reprobatoria y honestamente no quería preguntar la razón, porque la sabia, Jade. Sentí una punzada de miedo y mire a Sophie, ella noto mi cambio y acerco sus labios a mi oído.

-¿Todo bien?- Pregunto en un susurro. ¡Madre mía! su voz, de esa manera, sonaba mágica, como el canto de las sirenas y su vestido la hacía ver como una.