Escrito en las estrellas (Cor...

By LucyMellark

86.3K 3.9K 766

Lucy Gray es coronada vencedora de los Décimos Juegos del Hambre, mientras el joven mentor Coriolanus Snow, r... More

BOOKTRAILER / SINOPSIS
Personajes
Fanfics Lunus/Snowbaird
Contenido multimedia
Banner
PRIMERA PARTE
1. Nuestra Victoria
2. Reencuentro
3. Un nuevo comienzo
4. Hospital
5. Buena suerte (Reeditado)
Ideas para portada
Portadas
6. Capitolio (Reeditado)
Aviso
7. Familia (Reeditado)
8. Mansión Snow (Reeditado)
9. Confesiones (Reeditado)
10. Nuevo día
11. Primera salida
12. Pareja
13. Pasados revelados (Reeditado)
14. Tigris (Reeditado)
15. Cita (I) (Reeditado)
15. Cita (II) (Reeditado)
16. Ciudad (Reeditado)
18. Cena (Reeditado)
19. Snow
20. Análisis
21. Preparación
22. Cambios
23. Estrategia (Reeditado)
24. Futuro
25. Cafetería
26. Lucy
27. Canto (Reeditado)
28. Atardecer
29. Romance público
SEGUNDA PARTE
30. Equipo de preparación
31. Escándalo Nacional
32. Amor
33. Momentos previos
34. Entrevista individual
35. Lucky Flickerman
Aviso importante
BODA DE ROSAS (Capítulo futuro)
36. Escenario
37. ROMANCE
38. Juegos
39. Sorpresas
40. Discurso (Reeditado)
41. Descanso
42. Compañeros
43. Reunión
44. Reflexión
45. Regalos
46. Secretos
47. Doctora Gaul
48. Inesperado
49. Música
50. Chocolate
51. Delivery
52. Desayuno
53. Madame
54. Restaurante
55. Tiresias
56. Previa
57. Baird
58. Padres
59. Ravinstill
60. Almost star-crossed lover
61. Primos
62. Contrato
63. Sesión de fotos
64. Ambientación
65. Crisis
66. Protector (Reeditado)
The First Victory Tour (Propos)
67. Snow Western Hognose
68. 24 de octubre
69. Cumpleaños
Material gráfico Snowbaird
Extra Capítulos 48-50 (IG account)
70. Tranquilidad
71. Amigos
72. Sorpresas

17. Parque

933 57 19
By LucyMellark

CAPÍTULO 17: PARQUE

POV CORIOLANUS

Tras un largo paseo por la ciudad, decido llevar a Lucy al parque antes de que se sienta muy agobiada. Mientras caminamos por el sendero del parque rodeados de árboles y plantas, ella observa todo.

−Se siente como estar en casa.

−Lo imagino.

−¿Por eso vinimos aquí?

−Por eso y porque estaremos más tranquilos.

Caminamos alrededor de una laguna artificial, hasta que encontramos un buen lugar sin gente para estar y empiezo sacar todo lo que traje de la mochila.

−Tenías todo planeado ¿no? –observándome parada y sonriendo.

Coloco una manta sobre el pasto cerca de las piedras a orillas de la laguna y mientras veo a Lucy meter la mano en el agua.

−Es hermoso. ¿Hay peces?

−Sí, aunque no tantos como antes. Hay personas que se encargan de cuidar este lugar y los animales acuáticos en particular. Teóricamente, está prohibido pescar, pero hay gente que lo hace, en ocasiones los he visto.

Temiendo que caiga en el agua por lo cerca que está de la orilla, tomo su mano y la guío a la manta.

−Ten cuidado, dicen que es bastante profunda.

Nos sentamos uno al lado del otro.

−No te preocupes, Coryo. Incluso si me cayera, sé nadar. Mi madre y los otros adultos me enseñaron desde pequeña y en el Distrito Doce hay una pequeña laguna, a veces voy a nadar allí. Te voy a llevar –anuncia.

−Como quieras, pero no creo arriesgarme a nadar.

−¿No sabes?

−Sé nadar, solo que hace mucho que no lo hago.

−¿No te gustaría retomarlo? No permitiré que te pase nada –promete.

−¿Por qué lo haría?

−Porque es bueno perderle miedo al agua y saber qué hacer en algunas ocasiones. Como por ejemplo que te caigas aquí por error.

−Lo pensaré luego de ver el lugar que mencionas.

−De acuerdo.

−¿Tienes hambre o sed?

Hemos estado caminando por horas, debe estar cansada.

−Con los cafés que compramos estuve bien, pero no te rechazaré comida.

De la mochila saco unas bolsas y tapers con cubiertos, emparedados, budines y frutas. Y dejo unas botellas con juego frente a ambos.

−¿Budín de pan? –pregunta ella.

−Le pedí a Tigris que me enseñara a hacerlo, ya que es tu favorito. Traté de seguir sus indicaciones, espero que haya quedado bien.

−¿Solo por mí? Lindo detalle, Coryo.

Lucy sonríe, pero no es suficiente. Le saco rápidamente las gafas y el sombrero, luego me quito mis propias gafas y las dejo junto a la mochila.

−Ya no te ocultes, no hay nadie.

−Casi me había olvidado que tenía todo eso puesto.

−Mucho mejor, prefiero esto... Me gusta verte.

Nos quedamos viéndonos a los ojos por primera vez en horas.

−¿Y hay algo más que te guste hacer?

−Admirarte, escucharte y mantenerte cerca de mí.

A luz de sol puedo ver como se ruboriza violentamente y sonrío en respuesta.

−Eres hermosa, sin importa que uses, o como te arregles.

−¿Tanto así?

−A decir verdad, creo que me quedo corto.

−Tú si sabes cómo subirle la autoestima a alguien.

−Solo contigo soy sincero en ese aspecto.

Suelo repartir halagos a todo el mundo por cortesía, ninguno que sienta en realidad. Con Lucy es diferente, definitivamente. Mis sentimientos por ella van más allá de cualquier cosa que haya sentido antes y crece cada día que paso a su lado.

−Debo ser una chica muy afortunada.

−Deberías sentirte de esa forma.

−Lo hago.

Comemos y bebemos durante los siguientes minutos. He buscado otra manta para cubrirla y que no se manchara la ropa, pero Lucy está decidida a compartirla conmigo. Está terminando su emparedado, cuando algo llama su atención.

−¿Qué es eso, Coryo? Lo que lleva el hombre en el palo.

Miro en la misma dirección y a pocos metros veo un hombre que se detuvo para venderle dulces a una pareja de niños junto a sus padres.

−Eso grande espumoso y colorido se llama algodón de azúcar y debe tener otras cosas. ¿Quieres que vaya a conseguir algo?

La curiosidad de Lucy debe ser demasiado grande, porque acepta. Yo también quiero ofrecerle algo que probablemente no haya probado nunca en su vida, como una especie de iniciación.

−Mi color favorito es el azul –dice simplemente.

No me extraña, porque debe ser por el cielo. Como el día que mencionó que lo nuestro estaba escrito en las estrellas.

−Cuida nuestras cosas mientras tanto.

Beso su frente y voy hasta donde se encuentra el vendedor.

Le pido que me entregue dos o tres bolsas de cada cosa que vende, para llevarle a mi familia, como un agradecimiento por el apoyo; y porque hace años que Tigris y yo hemos renunciado a este tipo de dulces que adorábamos de niños. Seguramente mi prima lo va a adorar. Me entrega todo en una bolsa grande y vuelvo con Lucy.

Dejo la bolsa en medio de nosotros.

−¿Por qué tanto?

−Llevo para Madame y Tigris.

−Me parece justo, aunque me hubieras dicho y yo también pagaba.

−Hasta donde sé, las chicas no pagan nada en una primera cita.

−Se ve que no sé nada sobre primeras citas.

−Solo eres independiente –aclaro.

−No. En realidad, nunca tuve una cita –reconoce.

¿No era que salía con alguien en su distrito? ¿Cómo no pudo tener citas con el chico de la canción? Aunque si él fue tan malo con ella, no es de extrañar. Probablemente nunca tuvo un gesto cariñoso con ella y fue algo unilateral, más de su parte, que de parte de él.

No importa, no quiero saber los detalles ahora y arruinar nuestro momento.

−¿Hablas en serio?

−Al cien por ciento. ¿También es la primera vez que sales con una chica?

−Sí, tú eres la primera –le aseguro–. De hecho, siempre me enfoqué en mi familia y los estudios hasta ahora. Ni siquiera se puede decir que salga demasiado con mis compañeros de La Academia. Mi vida personal es menos interesante que la tuya.

−No tiene nada de malo, Coryo. Cada uno tiene sus tiempos –dice apoyando su mano en mi mejilla–. Ahora que me tienes a mí, trataré de hacerte salir de esa zona segura. Y si no lo haces, puedes divertirte conmigo.

−¿No te importa que sea del tipo aburrido?

−No eres aburrido, cariño –contesta amable.

−Lo sé. Pero, comparándome contigo, sí.

−Pues, yo no lo noto. Me divierto mucho contigo, en serio. También, me haces sentir segura. Me gusta esa versatilidad tuya. Puedes ser serio, amable, protector y divertido conmigo. Todo al mismo tiempo y según el momento. Y cuando me besas siento que el tiempo se detiene y que el mundo deja de existir. ¿Cómo podría cansarme de ti?

Sonrío en el momento justo que sus labios se encuentran con los míos por unos instantes. Yo también siento lo mismo cuando la beso, el resto del mundo deja de importarme, porque solo consigo pensar en ella y sus suaves labios. Tal vez todos estos años estuve esperando a Lucy sin saberlo y ahora que la tengo a mi lado no la dejaré ir.

...

Le recomiendo que primero coma lo que he traído, ya que no hemos almorzado y luego vaya por los dulces y ella acepta.

Tomando un tenedor de postre pruebo el budín que hice y yo empiezo a sentirme nervioso por su mirada persistente que no abandona la mis ojos. 

−¿Y?

−Está delicioso, y que lo hayas hecho tú, es incluso mejor. Gracias.

Luego me da el cubierto restante mientras sigue comiendo una o dos porciones más, esperando que la imite con tranquilidad. No lo siento tan diferente de los que hace Tigris, lo que resulta ser un alivio para mí, le comento que le pedí a mi prima que no me ayudara, aunque, de todas formas, estuvo vigilando y dando indicaciones cada tanto.

Cuando empiezo a repartir todo lo de la bolsa en la manta y decirle sus nombres, los distintos tipos de maní, los confites, las gomitas, el pochoclo, las manzanas caramelizadas y el algodón de azúcar que fue lo que primero llamó su atención, ella parece sorprendida y fascinada como una niña que ve por primera vez esto.

−¿Por dónde empezamos? –pregunta.

Resulta tierno que ella no sepa qué hacer con todo. Hasta en la misma arena se ponía a seleccionar y separar por tipo y color la comida que le enviaba detenidamente, cuando cualquier otro tributo hubiera comido lo que sea que le sirvieran sin pensarlo ni un segundo.

−Difícil elección. Vayamos con calma y no nos excedamos. Eso nos evitará una indigestión por la noche. Te confesaré algo, no he probado nada de esto desde los seis años.

−¿Por tu situación familiar?

−No solo por eso. En realidad, el Capitolio la pasó muy mal durante muchos años, había escases de todo, sin mencionar la guerra y sus secuelas. Incluso conseguir la materia prima para hacer ciertos alimentos era casi imposible y un desperdicio. En ese tiempo, existieron personas que, ante la desesperación y la locura, fue capaz de...

Trato de bloquear la imagen de Persephone y su padre comiendo carne humana del cadáver de una inocente mujer.

Me pregunto si algún día superaré ese trauma. Dudo que sea posible hasta que esa chica no desaparezca de mi vista para siempre; con suerte, ella no irá a misma universidad que yo.

−Olvida lo que dije, Lucy. No quiero arruinar el ambiente –ni traumarte–. La cuestión principal es que recién ahora nos estamos recuperando y volviendo a la normalidad.

−No sé qué ibas a decir, igual no insistiré.

−Gracias –digo acariciando su mejilla.

Para desviar el tema, escojo entre todo lo más liviano, la bolsa alargada de maní dulce, comenzando así nuestro propio festín.

...

Lucy se apoya en mi pecho dándome la espalda, permitiendo que mis brazos la rodeen. Ella come alternativamente su nube azul, como le llamó, y también me da cada tanto. Juega a darle forma al algodón de azúcar sin aplastarlo demasiado, antes de dármelo en la boca. Corazones, flores o formas geométricas.

−Si estás cosas las hicieran en los distritos a menudo, los niños se volverían locos.

−¿Incluyéndote? –bromeo viendo cómo sigue llevándose más a la boca.

−No te burles, es la primera vez en años que como snacks como estos. Por alguna razón, creo que he probado esto cuando era pequeña, el sabor y la forma me resulta familiar.

−Probablemente lo has comido. ¿Por qué no? Igual es mucha azúcar, cariño. Déjalo para más tarde.

−Pero es muy rico.

−Lo sé, y también adictivo. Pero luego de todo lo que comimos es como una bomba. Recuerda que también tenemos que cenar.

−Coryo, no creo que quiera comer hasta mañana –reconoce.

Haciendo su cabeza para atrás y apoyándola en mi hombro me mira a los ojos de forma lastimera que curiosamente tiene efecto en mí. Es adorable.

−Ya veremos.

Me hace caso y cierra las bolsas con nudos dejándolas a un costado. Sonrío, no deseo ver a Lucy con dolor de estómago más tarde. Busca la botella de agua, bebe para pasar toda la comida.

−¿Quieres?

Acepto la botella y bebo un poco antes de dejarla de lado. Lucy estira para tomar su bolso y sacar algo de allí.

−Tigris me dejó esta cámara, dijo que era que nos tomáramos todas las fotos que quisiéramos.

Ella me muestra la vieja cámara digital de mis padres, casi sin uso en esta década.

−Se supone que tú sabes cómo funciona.

Espero que la haya cargado antes de dársela.

−Déjame verla.

Con mi mano libre, tomo la cámara y la enciendo, esperando que se inicie y aparezca el menú inicial. Me sorprende que siga funcionando. La batería está casi al máximo y la memoria aún con espacio vacío.

−¿De verdad quieres tomar fotos?

−Podríamos tenerlas de recuerdo.

−Cierto y las podemos imprimir. Te enseñaré como usarla.

Luego de un par de intentos, consigue sacar unas fotos decentes del paisaje a nuestro alrededor y algunos pájaros que andan por la zona como prueba.

−Muy bien, así. No debes mover la cámara mientras tomas fotos o saldrán corridas, como esta.

Le enseño también como descartar la foto que captura en el momento y no le gusta; e incluso ver las anteriores, elegir las mejores y eliminar algunas. Mientras voy retrocediendo más, sé que encontraré algunas de la familia. Pero no es un tema que quiera hablar ahora, razón por la vuelvo atrás y decido que mañana se las mostraré.

−Eso es todo. Ahora úsala tanto como quieras.

Sigue practicando hasta que toma confianza, luego se aleja para tomarme fotos.

−¡Hey! ¿Qué haces?

−¿No es evidente? Solo deseo tomarte fotos a ti –explica con completa naturalidad.

−Elimina las últimas, me tomaste por sorpresa.

−No, te ves hermoso, simplemente luces relajado en esas. Si te avisaba, no hubiera conseguido tan buenas tomas.

Me pongo de pie y trato de arrebatarle la cámara sin éxito, porque la tiene firmemente aferrada en la muñeca. Y decido recurrir a otra técnica, la sujeto de la cintura y acerco mis labios a los suyos para besarla, tomándola desprevenida. El contacto de sus labios con un aroma y sabor dulce, me queman por dentro, y casi consigo olvidarme de mi objetivo principal. Con el paso de los segundos, el agarre que ella ejerce sobre la cámara se hace más débil y aún besándonos aprovecho para quitársela. Finalmente, me alejo unos metros de ella sonriendo triunfante, mostrándole la cámara como si fuera un trofeo.

−¡Caíste, Lucy Gray!

−¡No es justo! Estás jugando sucio, Coriolanus Snow.

−Truco sucio o no, lo disfrutaste. Ahora déjame ver las fotos.

Veo todas las que me tomó y elimino dos que no me favorecieron para nada y dejo las otras para que ella no se moleste. Lucy suspira derrotada, ¿pero que hace una de nosotros besándonos tomada desde abajo, pero con una buena vista de nuestros rostros?

−¿Qué presionaste, Lucy?

Ella se acerca a mí asustada y mira la pantalla.

−Yo no lo hice, tonto. ¡Debiste ser tú mientras me la quitabas! –me acusa molesta.

Es probable, ya que tuve forcejear un poco para recuperarla. Me río.

−No está mal –reconozco–. La dejaré como recuerdo.

Luego la miro a los ojos.

−Lucy Gray, eres una luchadora bastante osada, mira que hablarle así a tu mentor dos años mayor que tú.

−No sé si sentirme halagada u ofendida. Pero dijiste que a solas no serías mi mentor.

−Lo recuerdo y es un cumplido. No te pareces a nadie que haya conocido, lo que te hace aún más especial a mis ojos. En otras palabras, eres autentica conmigo.

−Te he contado hasta mis secretos más dolorosos, eso no lo sabe cualquiera y te mostré mi lado más vulnerable.

−Y por esa razón, estoy decidido a protegerte para que nadie más te lastime –aseguro, recibiendo una sonrisa de su parte en respuesta.

Pasamos la siguiente media hora tomándonos fotos el uno al otro, o juntos.

Finalmente, demasiado cansados como para seguir, nos recostamos sobre la manta, improvisamos almohadas con nuestros tapados y nos cubro a ambos con la manta restante, sobre todo porque el vestido de ella es corto y empieza a sentirse el aire más frío. Nos miramos apoyados de costado a pocos centímetros de otro, hablando de todo y siguiendo nuestras propias bromas. Lucy es ingeniosa, divertida y capaz de contagiarte su energía positiva tan particular.

−Respecto a lo que dijimos más temprano –le digo y llamando su atención–. Yo también me siento el más afortunado por haberte conocido.

Ella acaricia mi rostro con sus manos, el tacto se siente frío, pero no me importa.

−Somos dos afortunados. ¿No podemos detener el tiempo aquí y ahora? Digo, estamos al aire libre, solo disfrutando de la compañía del otro, sin preocuparnos por nada más. Es un momento perfecto.

−Ojalá fuera posible, me gusta la idea de nosotros solos sin que nada nos perturbe, podríamos hacer cualquier cosa y a nadie le importaría. Nadie nos juzgaría.

Ella cierra los ojos tratando de imaginarlo; y yo aprovecho para tomar una de sus manos entre la mía.

−Tienes razón, pero ¿qué tal si hoy pretendemos que el resto del mundo no existe?

−Solo tú y yo –acepto y cierro los ojos acompañándola en su fantasía.

Lucy busca refugio cerca de mi pecho y la rodeo con mis brazos. Tras unos minutos de silencio me sorprende con su voz y abro los ojos encontrándola cantando algunos versos de una canción en mi oído. Pero me tapa los ojos con su mano para que no la vea y obedezco. Al notar que entendí el mensaje y volví a mi posición anterior, dejo de sentir la presión de su mano, pero mantengo mis ojos cerrados y ella besa mi mejilla, y empieza de vuelta.

Su voz me envuelve, al estar concentrado solo en las sensaciones de su cuerpo contra el mío, sus suaves caricias y lo que escucho, ignorando todo lo demás. Su canto se combina en una armonía perfecta con el de los pájaros que debido a la hora ya deben estar buscando un refugio para pasar la noche.

Siento como si ella me estuviera diciendo que olvide de los problemas y me centre en lo siento en este preciso momento, en el presente.

Tú elevas mi corazón
cuando el resto de mí está cayendo.
Y tú, tú me fascinas,
incluso cuando no estás cerca.

Si existen, si existen límites,
intentaré derrumbarlos.

Estoy aferrada a ti, cariño

ahora sé lo que estaba buscando.

Siento que estamos lo suficientemente cerca
Quiero contener tu amor...
Siento que estamos lo suficientemente cerca
Quiero contener tu amor, tu amor...

Ahora que te tengo en mi espacio;
no me voy a alejar de ti.
Me encadenas cuando me abrazas,
estoy aferrada a ti.

Me siento tan cautivada
Me tienes envuelta en tu tacto
Me siento tan enamorada
Sostenme fuerte dentro de tu abrazo.

Dime... ¿cómo lo haces?
Me haces perder todo el aliento.
¿Cómo me diste el poder de sentir
mis latidos fuera de mi pecho?

Ahora que te tengo en mi espacio;
no me voy a alejar de ti.
Me encadenas cada vez que me abrazas,
estoy aferrada a ti.

Estoy aferrada a ti.
Oh, oh, oh, oh
Estoy aferrada a ti.

Ahora que te tengo en mi espacio;
no me voy a alejar de ti.
Me encadenas cuando me abrazas,
estoy aferrada a ti.

...

"Latch" (KODALINE)

You lift my heart up when the rest of me is down

You, you enchant me even when you're not around

If there, there are boundaries

I will try to knock them down

I'm latching on babe

Now I know what I have found.

I feel we're close enough

I wanna lock in your love

I feel we're close enough

I wanna lock in your love, your love.

Now I've got you in my space

I won't let go of you

You got me shackled in my embrace

I'm latching on to you.

I feel so encaptured

Got me wrapped up in your touch

Feel so enamored

Hold me tight within your clutch.

How did you do it?

You got me losing all my breath

How did you give me

To have my heartbeat out my chest?

Now I've got you in my space

I won't let go to you

Got me shackled in my embrace

I'm latching onto you.

Now I've got you in my space

I won't let go of you

Got me shackled in my embrace.

I'm latching onto you

Oh oh oh oh oh

I'm latching onto you.

Now I've got you in my space

I won't let go of you

You got me shackled in my embrace

I'm latching onto you.

Casi toda mi vida fui demasiado racional, como para siquiera pensar en modos de liberar todas las preocupación y tensiones que me dominaban. Pero mi chica es demasiado buena para conseguir esa sensación de paz entre en mí. Por otro lado, ¿esta es su forma de decirme lo que siente? Porque me agrada. Sorprendentemente me encuentro a mí mismo cantando algunas líneas, aquellas que se repiten más a la par de ella. Le permito cantarme todas las canciones que quiere y se le vienen a la mente, sin interrumpirla ni una sola vez. Cuando ya no escucho nada por varios minutos, me atrevo a hablar, porque estoy tan relajado que las palabras brotan de mi boca naturalmente, sin esfuerzo.

−Te amo, Lucy Gray.

Ella se sienta rápidamente y yo abro los ojos, para ver la sorpresa en sus lindas facciones.

Me siento para quedar más o menos a su altura.

−Y sé que probablemente es demasiado pronto, pero es lo que siento. No soy bueno escribiendo, componiendo o cantando como tú, pero te lo puedo decir en palabras simples. Te amo y resulta un poco extraño para mí reconocerlo en voz alta ahora, incluso cuando es verdad –repito.

Mi corazón es el ahora empieza a salirse de mi pecho. Estoy nervioso, aunque dudo que me rechace. La sorpresa en el rostro de Lucy, pasa a convertirse en alegría y ella sujeta mis hombros.

−Estuve esperando que me dijeras eso por días o semanas, más bien.

−Entonces, debo ser un monstruo, por hacerte esperar tanto tiempo.

−No, solo me ponía nerviosa, porque a pesar de lo demostrabas con acciones, te costaba decirlo.

−No soy un libro abierto como tú en cuanto a sentimientos. Pero haré mi mejor esfuerzo por ti. Ahora te lo diré cada día, en lo posible.

−De acuerdo. Yo también te amo, Coriolanus Snow, como nunca he amado a nadie.

Que me diga eso bajo sus propias circunstancias y su pasado, tiene incluso más valor.

Me inclino más y tomo su rostro entre mis manos.

−¿Esto es suficientemente especial para ti? –quiero que entienda que organicé toda esta cita solo para complacerla, y que lo seguiré haciendo mientras me lo permita. Sé que ella entiende lo que quiero decir cuando asiente–. ¿Quieres ser mi novia? No por tres semanas solamente, pensémoslo a largo plazo, como una relación duradera, un vínculo fuerte entre dos personas imposible de romper. Prometiéndonos que más adelante, podamos construir una vida diferente juntos.

−¿Te refieres a casarnos y tener hijos?

−Por supuesto, cuando sea el momento apropiado, me encantaría. Y entonces, trataremos de ser felices a pesar de ese pasado que en ocasiones nos atormenta. Lo superaremos.

−Quiero lo mismo que tú. Mientras podamos estar juntos, no importara como, cuando, ni dónde.

−Lo mismo digo.

−Y sí, me encantaría ser tu novia.

−¿En serio?

−Sí, seamos novios de forma oficial a partir de ahora.

Sonrío, antes romper la distancia entre nosotros para besarnos y nos dejarnos caer sobre el piso y cubriéndonos hasta la cabeza para no llamar la atención.

Hago una lista mental sobre ha cambiado mi modo de verla

Mi tributo, mi chica arcoíris, mi pájaro cantor, miamiga, mi confidente, mi Lucy, mi vencedora, mi primer amor y mi novia.

Continue Reading

You'll Also Like

36.3K 1K 6
Smuff y limones everywhere.
34.2K 2.2K 9
"Siempre he sido un experimento, y en mi mente seguirán pasando las imágenes de todas esas personas, hombres, mujeres, ancianos, niños...para ellos e...
47K 3.8K 37
Segunda parte de "The Red Shaodw: the gobernment agent", sucesos ocurridos un año después. Amaia Val Barnes Romanoff continua su vida lo más normal...
308K 20.2K 196
Leia Organa se entera de que es la hermana de Luke Skywalker justo antes de ser enviados en una misión sumamente importante. Obi- Wan Kenobi y Yoda h...