Dornstrauss

PrinceLendav द्वारा

11.4K 1.8K 3.6K

Todos piensan que un buen doncel no puede ser un soldado. Eso rompería con todas las reglas de conducta: los... अधिक

Dornstrauss
Introducción
Introducción (2)
La Historia de Einar, Parte I: Un doncel mal educado
La Historia de Einar, Parte I: Un doncel mal educado
La Historia de Einar, Parte I: Un doncel mal educado
La Historia de Einar, Parte II: Un novato sospechoso
La Historia de Einar, Parte II: Un novato sospechoso
La Historia de Einar, Parte III: Un gran aspirante a ser soldado
La Historia de Einar, Parte III: Un gran aspirante a ser soldado
La Historia de Einar, Parte III: Un gran aspirante a ser soldado
◈Valkar◈
La Historia de Einar, Parte IV: Un soldado excepcional
La Historia de Einar, Parte IV: Un soldado excepcional
La Historia de Einar, Parte IV: Un soldado excepcional
La Historia de Einar, Parte IV: Un soldado excepcional
La Historia de Einar, Parte IV: Un soldado excepcional
La Historia de Einar, Parte IV: Un soldado excepcional
La Historia de Einar, Parte IV: Un soldado excepcional
La Historia de Einar, Parte IV: Un soldado excepcional
La Historia de Einar, Parte IV: Un soldado excepcional
La Historia de Einar, Parte IV: Un soldado excepcional
La Historia de Einar, Parte V: El mejor guerrero de Valkar
La Historia de Einar, Parte V: El mejor guerrero de Valkar
La Historia de Einar, Parte V: El mejor guerrero de Valkar
La Historia de Einar, Parte V: El mejor guerrero de Valkar
La Historia de Einar, Parte V: El mejor guerrero de Valkar
La Historia de Einar, Parte V: El mejor guerrero de Valkar
La Historia de Einar, Parte V: El mejor guerrero de Valkar
La Historia de Einar, Parte V: El mejor guerrero de Valkar
La Historia de Einar, Parte V: El mejor guerrero de Valkar
La Historia de Einar, Parte V: El mejor guerrero de Valkar
La Historia de Einar, Parte V: El mejor guerrero de Valkar
La Historia de Einar, Parte V: El mejor guerrero de Valkar
La Historia de Einar, Parte V: El mejor guerrero de Valkar
La Historia de Einar, Parte V: El mejor guerrero de Valkar
La Historia de Einar, Parte V: El mejor guerrero de Valkar
La Historia de Einar, Parte V: El mejor guerrero de Valkar
◈Celebración◈
La Historia de Einar, Parte V: El mejor guerrero de Valkar
La Historia de Einar, Parte V: El mejor guerrero de Valkar
◈Für Elise◈
La Historia de Einar, Parte V: El mejor guerrero de Valkar
Valor
Valor (2)
Valor (3)
Fuerza
Fuerza (2)
Fuerza (3)
Lealtad
Lealtad (2)
Lealtad (3)
Lealtad (4)
Lealtad (5)
Sabiduría
◈Anuncio◈

La Historia de Einar, Parte IV: Un soldado excepcional

162 31 24
PrinceLendav द्वारा

Parte C


Por fin llegó el día: Era el momento de salir del castillo con el General Volksohn y dirigirnos hacia Frizgal, la zona que nos correspondía vigilar, al sur de Valkar.

Empaqué mis cosas en un dos por tres: guardé mi ropa, el dinero que aún tenía desde que me fui de mi casa —pues había ahorrado bastante y casi no lo había usado—, las cosas que había juntado durante mi estadía en el castillo y todas las cartas y regalos que había recibido en los cuatro años que pasé allí. Mi familia no me escribía, pero solía encontrarme de vez en cuando con Tarrant y él me mantenía al tanto de lo que pasaba con ellos. También, en algunas ocasiones, mi amigo de la cervecera me llevaba cosas que Alainn y Parsifal mandaban con él; normalmente eran cartas, plantas o medicinas, pero también solía recibir pequeños juguetes que Parsifal me fabricaba. Eran las únicas personas que mantenían contacto conmigo después de irme de Tryuna, por lo cual hice lo imposible por enviarles una carta y decirles que dejaría el castillo por un tiempo.

El día de nuestra partida salí de mi habitación antes que todos; no me tomé la molestia de observar por última vez el castillo antes de dejarlo, y mucho menos de esperar a nadie. Lo que más quería en ese momento era unirme a las tropas que nos estaban esperando fuera del castillo y sentirme un soldado de una vez por todas.

Ese día muchos de los nuevos soldados partiríamos junto con el resto de las tropas a lugares distintos de Valkar, por eso había varios carros, carretas y caballos esperándonos fuera. Ubiqué con presteza el grupo liderado por el General Volksohn y me uní a sus soldados, dejé mis cosas en una carreta sin demora y me paré junto con los varones que estaban ahí, algo impaciente.

—Cuánta puntualidad, Einar Dornstrauss —escuché que alguien decía a mis espaldas—. Se nota que estás ansioso por que salgamos de aquí.

El General Volksohn se paró junto a mí y se recargó en una de las carretas que se encontraban al lado de nosotros, tal vez con demasiada confianza, pues esta se movió un poco y casi lo hizo caer. Él soltó una carcajada que estuvo a punto de provocar que yo también me riera, pero me obligué a contenerme. No estaba seguro de cómo reaccionaría el General si me reía de él.

El varón con el que estaba hablando recobró su compostura, como si no hubiese pasado nada.

—Ansgar de seguro va a regresar a su habitación miles de veces antes de dejarla, con tal de asegurarse de que no olvida nada. Podría apostar que va a ser el último en llegar.

Para sorpresa del General, quien llegó al último con nosotros fue Rustam. Tardó un poco en dejar sus cosas y pidió montones de disculpas por su demora. Cuando le preguntamos por qué se había tomado tanto tiempo, solo nos contestó con una sonrisa.

Nos preparamos para salir, subiendo junto con el General Volksohn a una de las carretas que nos llevarían hacia Frizgal. Todos los grupos salimos al mismo tiempo, como si fuéramos en caravana; desde mi lugar pude ver cómo se alejaba la tropa de Dogvar Wieczorek, separándose de nuestro grupo poco a poco. Después de un rato, nos encontramos solos en el camino hacia nuestras primeras batallas.

Nos tomó cerca de una semana llegar hasta el lugar donde montaríamos guardia. El viaje fue silencioso, la mayor parte del tiempo, a pesar de que el General Volksohn hiciera lo posible por que habláramos o bromeáramos un poco. Cruzamos varias aldeas pequeñas, con habitantes hospitalarios que salían de sus casas a vernos pasar y saludarnos; a lo largo de nuestra ruta se corrió la voz de que los soldados del rey Gunnar se dirigían al bosque, y por eso en algunas de nuestras paradas fuimos recibidos con comida y provisiones para el camino.

Hicimos nuestro último descanso en Drunizgal, la aldea gemela de Frizgal. Ambos lugares estaban separados por un río, y solo los unía un pueblo pequeño, pero bastante bonito. Cruzamos Frizgal tan rápido como pudimos, listos para instalar el campamento tan pronto como llegamos a la frontera con el bosque.

La vista era maravillosa en el lugar donde colocamos nuestras tiendas: había miles de árboles frente a nosotros, imponentes, resguardando montones de misterios sobre los Ferig que cada vez me daba más curiosidad descubrir. El bosque empezaba por una línea poco definida de árboles y arbustos, pero se volvía denso entre más lejos se observaba. Detrás de él se podían ver las siluetas enormes de las montañas que se confundían con el cielo; eran como las barreras que ocultaban nuevos mundos, lugares fantásticos esperando a ser descubiertos. Tal vez más allá del gran bosque y de las montañas se encontrara el océano; en Tryuna había escuchado que, si se iba lo suficientemente lejos, atravesando el bosque y las montañas, se encontraría un lago enorme de agua clara con sabor a sal que golpeaba las rocas con frenesí y que era infinito como la tierra misma.

A pesar de lo alentador que sonaba emprender un viaje y explorar tierras desconocidas más allá de las montañas, era una locura siquiera pensar en cruzar el bosque, con los Ferig acechando. Recordé las historias de los ancianos de la ciudad en donde nací; decían que había personas valientes que se atrevían a rodear el bosque y cruzar las montañas. Tardaban años, pero volvían con montones de cosas que contar; a partir de lo que esas personas relataban se creaban las leyendas que se narraban a los niños en las noches de fiesta.

Nunca creí que me emocionaría tanto estar frente al bosque hasta ese momento. Había tantas cosas por descubrir que el día en el que llegamos no pude siquiera hablar con mis amigos, por más que ellos preguntaran qué era lo que me pasaba. Estaba abrumado.

Se nos dio trabajo tan pronto como tuvimos listo el campamento. Teníamos que mantenernos alerta, pues las noticias que recibíamos sobre ataques a los pueblos cercanos a Frizgal nos hacían saber que no tardaríamos en tener que movilizarnos y defender nuestra zona. Algunos soldados montábamos guardia durante las noches, alternando entre personas para que todos pudiésemos dormir un rato. Cuando era mi turno de estar despierto, contemplaba los árboles y las montañas coronadas por las estrellas, esperando; el lugar donde nos habíamos instalado era muy ventajoso: se encontraba sobre un ligero relieve, con una pendiente poco pronunciada a unos cuantos pasos del campamento, por lo cual podíamos ver hacia el bosque sin ningún problema.

Pasaron poco menos de dos semanas para que sucediera el primer ataque en nuestra zona.

Era mi turno de dormir durante la guardia nocturna. Rustam y Ancel estaban vigilando junto con otros soldados cuando el General Volksohn pasó a despertarnos.

— ¡Soldados, arriba! ¡Todos en línea frente al campamento! Los Ferig han salido del bosque.

Me coloqué la armadura tan pronto como pude y salí de mi tienda, listo para formarme con el resto; Ansgar se unió a nosotros unos instantes después y se paró junto a mí, acomodando su cabello con la mano izquierda y sujetando su espada sin desenvainar con la otra.

—Buenos días —bromeé al notar su pelo enmarañado.

Mi amigo solo me miró por un momento y sonrió, volviendo a concentrar la vista en los árboles que protegían a los Ferig con su sombra. A nosotros solo nos alumbraban unas antorchas, así que no podíamos ver muy bien a lo lejos. Todavía era de noche.

—Estaba durmiendo muy bien —añadió Ansgar—. Odio que mi cabello se enrede así en los peores momentos.

Volví a observar la cabeza del chico a mi lado para comprobar que estaba en lo correcto: su cabello era un desastre. Me pareció algo gracioso; a mí nunca me había pasado algo por el estilo, a pesar de que yo también tenía el cabello largo.

—A mí me agrada cómo se te ve —comenté, inconscientemente.

No tuve tiempo de arrepentirme de mis palabras, pues alguien gritó desde lejos de donde estábamos, ordenando que nos cubriéramos.

Empezaron a caer flechas alrededor de nosotros. Se escuchó el sonido seco de éstas impactando el suelo y los cuerpos de algunos soldados.

Gritos y luego silencio.

— ¡Apaguen las antorchas!

Los que estábamos cerca de las luces cumplimos con la orden justo antes de que las flechas volvieran a volar hacia los soldados. Una de ellas aterrizó frente a mí y se clavó en el suelo haciendo que diera un respingo; mi corazón empezó a latir con fuerza, no sabía si por la emoción o por el miedo.

Volví a mi formación y esperé en silencio junto con el resto de la tropa. Pasó un buen rato sin que detectáramos movimiento nuevamente, pero nos mantuvimos en guardia.

Silencio.

Horas de silencio y agotadora espera.

No volvimos a recibir ataques después de que apagáramos las antorchas, así que nadie nos ordenó volver a encenderlas.

Algo hacía pensar a todo el grupo que, con el primer rayo de sol, tendríamos que comenzar una batalla.


पढ़ना जारी रखें

आपको ये भी पसंदे आएँगी

48.9K 6.7K 45
toda mi clase y yo fuimos transportados a todo un mundo de fantasía lleno de magia y poderes, todo para vencer al Rey demonio. ¿¡Porqué debo pelear p...
343K 21.9K 28
Todo en mi vida era normal. Hasta que entre a ese bar. ¿Dirás cuál es el problema? Ahi los conocí, conocí el secreto de este pueblo. No puedes confia...
11.6K 801 24
¡SI UTILIZAS EL TITULO DAME CREDITOS! Eres una modelo de "Victoria Secrets" y eres, sicaria te dedicas mas en modelo que en lo de ser sicaria... CON...
47.6K 12.4K 148
⚠️Solo a partir del capítulo 401, primera y segunda parte en mi perfil.⚠️ En un giro del destino, Jun Hao, un despiadado matón callejero conocido por...