Escrito en las estrellas (Cor...

By LucyMellark

86.1K 3.9K 766

Lucy Gray es coronada vencedora de los Décimos Juegos del Hambre, mientras el joven mentor Coriolanus Snow, r... More

BOOKTRAILER / SINOPSIS
Personajes
Fanfics Lunus/Snowbaird
Contenido multimedia
Banner
PRIMERA PARTE
1. Nuestra Victoria
2. Reencuentro
3. Un nuevo comienzo
4. Hospital
5. Buena suerte (Reeditado)
Ideas para portada
Portadas
6. Capitolio (Reeditado)
Aviso
7. Familia (Reeditado)
9. Confesiones (Reeditado)
10. Nuevo día
11. Primera salida
12. Pareja
13. Pasados revelados (Reeditado)
14. Tigris (Reeditado)
15. Cita (I) (Reeditado)
15. Cita (II) (Reeditado)
16. Ciudad (Reeditado)
17. Parque
18. Cena (Reeditado)
19. Snow
20. Análisis
21. Preparación
22. Cambios
23. Estrategia (Reeditado)
24. Futuro
25. Cafetería
26. Lucy
27. Canto (Reeditado)
28. Atardecer
29. Romance público
SEGUNDA PARTE
30. Equipo de preparación
31. Escándalo Nacional
32. Amor
33. Momentos previos
34. Entrevista individual
35. Lucky Flickerman
Aviso importante
BODA DE ROSAS (Capítulo futuro)
36. Escenario
37. ROMANCE
38. Juegos
39. Sorpresas
40. Discurso (Reeditado)
41. Descanso
42. Compañeros
43. Reunión
44. Reflexión
45. Regalos
46. Secretos
47. Doctora Gaul
48. Inesperado
49. Música
50. Chocolate
51. Delivery
52. Desayuno
53. Madame
54. Restaurante
55. Tiresias
56. Previa
57. Baird
58. Padres
59. Ravinstill
60. Almost star-crossed lover
61. Primos
62. Contrato
63. Sesión de fotos
64. Ambientación
65. Crisis
66. Protector (Reeditado)
The First Victory Tour (Propos)
67. Snow Western Hognose
68. 24 de octubre
69. Cumpleaños
Material gráfico Snowbaird
Extra Capítulos 48-50 (IG account)
70. Tranquilidad
71. Amigos
72. Sorpresas

8. Mansión Snow (Reeditado)

1.8K 101 7
By LucyMellark

CAPÍTULO 8: MANSIÓN SNOW

POV CORIOLANUS

Tigris ingresa a mi habitación encontrándome sentado en mi escritorio haciendo anotaciones relacionadas con la entrevista y todas las actividades que según la Doctora Gaul planean realizar en las próximas semanas. Mientras rememoro la conversación y anoto todo lo que voy recordando, incluyendo mis propias ideas o aspectos que podrían ser una guía tanto para Lucy, como para mí.

−Lucy ya está instalada en la habitación de invitados, Coryo. ¿Por qué pusiste las rosas que te traje en la bañera?

−Solo pensé que le agradaría, cuando nos conocimos me contó que de pequeña la bañaban en suero de leche y pétalos de rosa. Pareció tranquilizarse y estar feliz cuando tomó un solitario pétalo de la misma, lo acarició y sintió su aroma. Incluso se comió un pétalo. 

No sabía que se podía hacer eso. Ahora cada vez que tengo una rosa conmigo me pregunto si tine algún sabor especifico como para que ella lo haya hecho. Aunque Tigris, si ha preparado sopas o ciertas comidas con otras flores más pequeñas, alguna que otra vez. Nunca hizo nada con las rosas.

−Al parecer funcionó. Sonrío y murmuró: "lo recuerda". Le dije que se tomara su tiempo y se relaje.

−Gracias, Tigris. ¿Cómo se siente?

−Sinceramente, creo que resulta un poco abrumador esto para ella, pero se acostumbrara. Démosle tiempo, tiene muchas cosas para procesar debido a los juegos.

−No es para menos.

Tigris mira por encima de mi hombro y lee la hoja.

−Por otro lado, se ve ustedes dos tienen unas semanas bastante intensas por delante.

−Tengo que trabajar duro si no quiero tener más problemas con esa mujer.

−Tranquilo todo saldrá bien. Ya verás –ella apoya su mano en mi hombro y se sienta a mi lado.

−¿Cómo están las cosas aquí? ¿No pasó nada durante mi ausencia?

−Cuando ayer te dije que no pasaba nada, no te mentí. Todavía debemos ver cómo resolver el problema de los impuestos, pero céntrate en tu vencedora primero.

−Estuve pensando en ese asunto. Voy a buscar un trabajo. La graduación está cerca y luego tengo unos meses libres antes de empezar la universidad.

−Coryo, no tienes...

−No estoy pidiendo tu opinión esta vez. Sé lo que piensas. Pero no me parece justo que cargues con esto sola. Empezaré a trabajar tan pronto como consiga algún empleo, en los horarios que no tenga clases en La Academia y podremos cubrir esos gastos. Una vez que todos los eventos finalicen en el Capitolio, nos entregarán a mí y a Lucy dinero por haber ganado. No sé mucho sobre el asunto, pero espero que mi parte sirva para cubrir unos cuantos meses y liberarnos de esa preocupación mientras tanto. Todo estará bien, encontraremos una salida.

−Si estás tan seguro, no te voy a detener. Solo pido que no descuides tus estudios.

−Por supuesto que no lo haré. ¿Crees que quiero darle una excusa más a Highbottom para  arruinarme?

−Lo positivo es que tienes asegurado el premio Plinth, ya te has quitado esa presión de no saber que pasara el próximo año, ni el temor a que el decano que tanto nos odia arruine tus planes.

Sonrío.

−Eso ya es algo –afirmo–. Por cierto ¿no crees que hay algo extraño en toda esa historia?

−¿Por qué lo dices?

−Pluribus Bell comentó que él y mi padre eran amigos, pero terminaron en malos términos. No dijo mucho más, y yo estaba demasiado preocupado como para tomarme el tiempo de analizarlo. Pero siento curiosidad y quiero entender porque odia tanto a los Snow. Tal vez él sepa que ocurrió realmente.

−Si quieres ve y pregúntale. Pero no te metas en problemas a causa de ello ¿de acuerdo? A veces, hay cosas que es mejor ignorar y sabes que tu padre tenía muchos secretos.

−Lo sé. No haré nada imprudente a partir de ahora.

−Mejor –ella me sonríe–. Cambiando de tema... te dije que nuestra abuela iba a aceptarla.

−¿No le dijiste nada?

Solo quiero confirmar, no dudo de ella, ni me importa si le dijo algo. 

−Por supuesto que no, era nuestro secreto de primos. Pero las actitudes de ambos hablan por sí solas, y Madame debió darse cuenta con su experiencia que algo pasa entre ustedes. A su modo, hoy les dio a ustedes su bendición. Sería bueno que hablaras con ella a solas cuando se dé la oportunidad. ¿Qué piensan hacer? Tú y Lucy, quiqero decir.

−Tenemos una relación ahora, vamos a tratar de hacerla funcionar.

−¿Eso significa que vivirá con nosotros en algún momento?

−Primero debo encontrar la forma de que la dejen vivir en el Capitolio, o que nos visitemos –reconozco–. Ese también es mi objetivo.

−Pero ahora es vencedora, no es una ciudadana común y sin duda es demasiado popular aquí.

−Aún así, eso puede tomar unos cuantos meses. Estaremos un tiempo sin vernos. Voy a tener que hablar con Pluribus.

−¿Ya le echó ojo a tu chica? –bromea.

−De hecho –la forma en la que lo dice me divierte–. Alguien tan talentosa como Lucy le daría vida a su bar nuevamente y además le agrada. Admitió que tiene algunos contactos que podrían hacerle el favor.

−Ese es tu plan.

−Solo el primero, necesito saber los detalles.

−Eso será bueno, si ella tiene un lugar seguro donde trabajar, facilitará las cosas. Pero siento que oportunidades no le faltarían si viene al Capitolio, incluso si viniera sin nada asegurado, la gente la adora.

Sin duda, va a ganar popularidad rápidamente gracias su carisma, su voz y su habilidad con los instrumentos. Su sola presencia es refrescante y todos pudieron notarlo. Pero...

−Respecto a eso, hay algo que me preocupa.

−Adelante.

−No sé de qué manera pretenden utilizarla en el futuro.

Y le cuento todo lo sucedido, el incidente con las serpientes y como salvé a Lucy e indirectamente a los otros tributos por ese pañuelo. El shock que causó en el salón la aparición de Lucy cantando en medio de la arena encantando a las mutaciones de serpientes que rápidamente buscaron refugio en su regazo al reconocerla. Y como nuevamente esa despreciable mujer me utilizó para sus planes. Finalmente le confieso que prácticamente me dejó sin opciones para aceptar formar parte de los juegos un año más y que al parecer la actual vencedora tendrá una participación en ellos, aunque el próximo año ya no será tributo.

−¿No sabes que podrá ser?

−No ha dicho nada más que me dé una pista, pero no creo que se refiera a simplemente dar un espectáculo en televisión nacional. Creo que hay algo más.

−Tal vez Gaul quiere que haga algo muy similar a ti ¿no crees? Ser mentora y hablar ante las cámaras.

−El problema es que no me gustaría que esa gente esté tan cerca de ella. Este mes sobreviví casi de milagro y aún no me recupero del todo. Tengo miedo por Lucy.

−Definitivamente eso puede convertirse en una pesadilla para cualquiera. Pero si ambos van a participar, puedes mantenerla vigilada y protegerla. No estará sola. ¿No se lo has dicho?

−¿Para asustarla antes de tiempo? Ahora necesita estar tranquila y recuperarse de todos los maltratos recibidos en estas semanas. Ni siquiera estoy seguro que pretenden de ella aún. Por ahora, solo le contaré las cosas de las que estoy seguro.

−Tienes razón, es un mal momento. Probablemente sea mejor dejar que todo esto pase, ya que lo que menos necesita esa chica es preocuparse por lo que pasará en el futuro. Deberíamos ayudar a distraerla mientras esté con nosotros. ¿Te dieron permiso para salir con ella?

−Así es, hasta contrataron un chofer solo para nosotros. Lo único que pidieron es que seamos precavidos y no nos hagamos notar cuando estemos en vía pública.

−Ahí lo tienes, llévala a conocer la ciudad. Tal vez eso ayude a que se despeje y deje de ver su estancia en el Capitolio como una completa pesadilla, porque va a poder crear algunos buenos recuerdos. Solo eviten los sitios concurridos, si los reconocen... Ya sabes, todo será un caos.

Había pensado en eso, aunque no había tenido tiempo de analizar las opciones con tantas cosas en mi cabeza.

−Podría llevarla al parque, casi no hay gente entre semana.

−Sí, debes hacerlo. También hay tiendas y pequeñas cafeterías bastante lindas en los alrededores, no son muy frecuentadas por la misma razón y el ambiente es muy tranquilo. Algunas de mis citas de secundaria o salidas con amigas, las he tenido en esos lugares. Deberíamos hacer una lista, Coryo. La llevaremos a tantos lugares como sea posible en la medida que se sienta bien.

Mientras inicio la lista en una hoja nueva, pienso en algunos lugares que llamaron su atención durante nuestro trayecto aquí y otros que tal vez puedan gustarle, aunque algunos los descartamos debido a que nuestra presencia no pasaría desapercibida.

Después de un rato nos dirigimos a la habitación de Lucy y golpeo la puerta, pero no contesta, ni abre.

Miro a Tigris, quien asiente y entra a controlar si ella está bien. Me quedó esperando fuera, hasta que abre la puerta y me deja entrar.

−Está en el balcón con las puertas cerradas, por eso no nos escucha. Los dejo solos. No demoren demasiado, la cena estará lista pronto –apoya su mano en mi hombro y me guiña un ojo, antes de marcharse.

Escucho la puerta cerrarse detrás de mí y avanzo hacia el balcón. Ella estando de espaldas a mí, no parece notarme hasta que corro las cortinas y abro la puerta sin apenas hacer ruido. Se sobresalta y lleva su mano a su corazón, dejando caer la rosa blanca que sostenía al suelo. Se tranquiliza al darse cuenta que soy yo.

−Lo siento, aún tengo un pie en la arena.

Me agacho de para recoger la rosa y se la ofrezco nuevamente con una sonrisa.

−Sí, deja una gran impresión.

Lucy sonríe un poco y acepta la rosa nuevamente, tomándola desde el tallo sin espinas.

−Gracias.

Nos quedamos unos minutos mirándonos a los ojos sin decir nada. Al fin estamos a solas en mi hogar. A salvo. No hay nada que temer.

−Acércate –eso parece hacer volverla a la realidad y olvidar sus temores, porque unos segundos después la tengo entre mis brazos rodeándome con sus brazos con firmeza y le devuelvo el abrazo–. Estás a salvo, no dejaré que nadie te lastime a partir de ahora –le prometo.

Ella entierra su rostro en mi pecho y suspira.

−Hueles a rosas –murmuro absorbiendo la agradable fragancia de su cabello y su piel.

−¿Tú también? ¿Fue tu idea?

−Yo las puse.

−Fue agradable.

−¿Cómo hora de dormir?

−No, esta vez pensé en nuestro primer encuentro –ella eleva su cabeza y clava su mirada en la mía–. En todo lo que pasamos juntos desde entonces hasta llegar a este momento.

−¿Y te hizo reflexionar sobre algo? –la curiosidad mezclada una chispa de esperanza se enciende en mí.

−Sobre lo mucho que te he llegado a querer y lo especial que eres para mí. No esperaba que esto pasara, no bajo estas circunstancias.

−Ninguno de los dos lo esperaba –reconozco–. Nunca pensé en tener una relación, o en el amor hasta que te cruzaste en mi camino. Empezaste a ingresar lentamente dentro de mí, y de repente, te clavaste definitivamente.

−¿El día de las despedidas?

−Sí, ese beso cambió, de forma definitiva, las cosas y también las hizo más difíciles. Aún debía salvarte y traerte de vuelta conmigo. No solo porque de eso dependía mi futuro, o había prometido salvarte la vida, también porque me importabas.

−¿No tuviste problemas a causa de eso? Quiero decir, no creo que haya ninguna regla, pero muchos nos vieron.

−Solo nos convertimos en el nuevo chisme entre todos los mentores y otras personas. Esas cosas se olvidan, o tal vez no. Da igual.

−¿No te importa que te involucren conmigo?

−No, estoy bien con eso. ¿Y a ti no te importa lo que piensen en tu distrito cuando sepan que estás con alguien del Capitolio?

−Puedo vivir con eso mientras te tenga a ti –la sonrisa que me dedica resulta encantadora.

−En ese caso, no veo que haya problema alguno.

Me río e inclino mi cabeza para besar su coronilla. El aroma a rosas que desprende su suave cabello me llena de paz.

−Después de cenar, te quiero mostrar un lugar.

Me aparto, tomo su mano y la llevo fuera de la habitación. Solo me detengo a medio camino solo para observarla con su nuevo vestido coral de mangas largas.

−Por cierto, me gusta tu nuevo vestido. Me temo que yo no hubiera escogido tu ropa nueva tan bien como Tigris.

−¿Todo lo que está en ese armario es mío?

−Lo ha comprado con tu dinero. Todo es tuyo.

−No sé qué decir.

−Solo acéptalo, tus patrocinadores pagaron por eso. Por otro lado, nosotros queremos que te sientas cómoda, solo dinos si necesitas algo.

−¿Cualquier cosa? –pregunta.

−Cualquier cosa.

−Dame tu tiempo –responde de inmediato.

−Lo pensaré –bromeo.

−Dijiste cualquier cosa.

−Y tú deberías pedir algo que no tienes. Esas cosas que suelen gustarle a las chicas, tal vez.

−No quiero nada más, Coryo. Solo a ti.

−Tienes suerte de que me dieran días libres. Por las siguientes semanas mi tiempo es completamente tuyo. Por cierto, Lucy Gray, eres una chica realmente extraña y curiosa.

−¿Por qué no te pido ropa, zapatos, maquillaje, o joyas?

−En parte. Definitivamente eso querría una chica del Capitolio.

−Bueno, me conformo con cosas simples. Aunque podrías conseguirme esa guitarra nuevamente. Me gustaría tocar y componer una nueva canción.

−Trato –acepto feliz de poderla complacer en al menos una cosa–. Tú irás conmigo a buscarla.

−Cuando quieras.

Continue Reading

You'll Also Like

39.8K 1.7K 51
La miraba con esos ojos que parecian angelicales, ella suspiraba y nuevamente lo perdonaba. El... el chico malo de la escuela, con problemas, adicci...
17.9K 1.2K 41
A ella, paparazzi profesional, la contrataron para vigilar el nuevo rancho de el Rey del Pop; Michael Jackson. Ella tendrá que enamorarlo para ganar...
7.7K 820 9
Dominique odia el amor. Pero Dominique ama a James. Dominique odia amarlo. Saga "Weasley Family". Libro I.