-Hola ______. -Sonny Moore, el chico de secundaria.
-L-Lo siento, creo que se confunde de persona. -Mentí y retrocedí un pequeño paso, apenas para separarme de su cuerpo.
Bajé la mirada, me di vuelta y comencé a alejarme del lugar, ni loca me quedaría a verlo después de tanto. No, es que no podía, no quería, tal vez si... Pero no ahora.
No me había alejado lo suficiente como para escapar, cuando siento que coge mi mano impidiendo que siguiera. Tan solo ese pequeño roce de su piel con la mía, hizo que dentro de mi, pequeños sentimientos que ya había olvidado comenzarán a brotar y hacia mis mejillas arder a temperaturas que no eran normales. A mi alrededor no sentía nada ni a nadie, el latir de mi corazón juraba poder escucharlo y el calor, que de la mano de Sonny emanaba, me hacía sentir nerviosa.
-______ Armstrong, sabes igual que yo que no me equivoco. -Sus palabras salieron con tal potencia y tan directas que apuñalaron mi corazón, el segundo más largo de la vida.
Y sí que tenía razón, sabía exactamente quién era él y que yo era, obviamente, la persona que buscaba.
El nudo en mi garganta no me dejaba emitir palabra alguna y si llegaban a salir no creo que muy claras. Tenía el corazón a mil por hora, mi cara ardiendo cual fogata en su esplendor y una confusión tremenda en la cabeza, tenía que armarme de valor en estos momentos. Dile algo... Vamos.
¿Qué es lo que quieres... Sonny? -Pregunté sin voltear a verlo.
Sonny... Hace mucho que no pronunciaba ese nombre y la verdad es que me duele tener que haberlo dicho de manera tan borde, pero es de la única manera en que salió... y con esfuerzo.
-Quiero que aceptes, salir conmigo hoy en la noche -Propone con voz suave haciéndome estremecer.
¡¿Y YA?! ¿con tanta naturalidad lo puede decir? Estaba más que nerviosa, desafortunadamente su melodiosa voz tiene ese poder, siempre lo ha tenido, pero odio recordar cómo se sentía. En ese momento quería que la tierra me tragara, quería desaparecer, que el apocalipsis zombie comience de repente y que él me soltara para yo poder salir corriendo, pero nada de eso sucedería, me tenia agarrada de la mano y no me soltaría hasta no escuchar una respuesta. Joder preferiría que me mordiera un no muerto.
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-¡¿Qué QUIÉN dijo qué?! -Su grito me hizo dar un pequeño saltito.
-Lo que oíste Lory, lo que oíste. -Solté con desaliento haciendo un movimiento de vago interés con la mano
-Ok... -Soltó aire. -¿Y tú qué le dijiste? -La mire con ojos perdidos y ella dejo salir una sonora carcajada que me destrozaban los tímpanos. -No te creo, ______ -Aparto la mirada de la suya, y ella soltó otra carcajada. -¡No te creo! -Cayó al sofá y siguió riendo.
-¡Pues créelo! -Dije ya irritada.
-Sigo sin creerte. -Dice entre risas y se sienta correctamente.
-¡¿Qué mierda querias que le dijera?! -Exclame completamente alterada.
-No se.... ¿Que estabas ocupada tal vez? -Se queda un segundo en silencio al igual que yo y luego voltea su cabeza para mirarme. -¿O es que acaso tu sí querías? -Dice con una sonrisa pícara pintada en sus labios y luego ladeó la cabeza.
-Yo... -Suspiro y miro hacia otro lado. -No sé...-
-Ya no digas más, ya lo averigüé todo.... Tú y él, sentados bajo la luz de la luna, hablando de sus vidas en los últimos años, recordando la secundaria, él te declarará el amor que aun siente por ti y tu lo aceptaras voltearon a verse, sus labios peligrosamente cerca y cuando los unan se darán cuenta de que siempre estuvieron destinados a estar juntos, crecerán y tendrán dos hijos y morirán viejos, ¡Oh! es hermoso. -Fingió quitar una lágrima.
La miro extraño y suelto una larga y estruendosa carcajada a modo de burla. Luego de un minuto logro calmarme un poco, para poder hablar.
-Lory ¿y tu que mierda fumaste? mira todo eso que te has montado en la cabeza, además es solo una salida COMO AMIGOS, nada mas. -Le suelto evitando reír.
-Como quiera, "Señora Moore" -Hace comillas con sus dedos haciendo que mis mejillas se pintaron de un leve carmesí.
-Cállate un mes. -Ruedo los ojos divertida
-Jamas, niña -Sonríe de oreja a oreja. -¿Dónde quedaron de verse? -
-En el Starbucks... -Me burlé por la ironía del asunto.
-Lo que faltaba... Otro adicto a las compañías capitalistas. -Suelta aire a modo de burla a lo que yo sonrió levemente. Vuelvo mi cabeza para verla con el ceño fruncido y ella solo se limita a seguir sonriendo.
-Pues sí -Digo sin interés.
-¿Irás vestida como ahora? -
-Sí... -
-¿No estás nerviosa? -
-¿Por qué he de estarlo? -Digo seria tratando de mostrarme segura.
¿Que si estoy nerviosa? Aquí donde me ve, estoy que me meto al puto horno, ¿yo? ¿nerviosa? Claro que no.
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-NARRA SONNY MOORE-
-Oye Moore, creí que ya habías superado a la chica. -Dice Matthew quien movía los pies de manera bastante infantil en la piscina de su casa. Chasqueo la lengua encogiéndome levemente de hombros.
-Tal vez... -Aun después de tantos años sigue teniendo un lugar en mi corazón, fue la primera persona y una de las pocas que me defendía y me hizo entender el valor de la vida, ¿superarla solo así? para nada.
Claro que he tenido novias después de aquello, hace poco estuve con Alice, una modelo con la que trabajé hace ya unos años, pero se tuvo que ir a París por trabajo, me ofreció que fuera con ella pero tenía mucho que hacer aquí, así que hasta ahí llegó nuestra relación.
-Sonny, T-tengo que hablar contigo de algo. -Me dijo con algo de tristeza en su voz, aquella niña, de ojos brillantes quien no dejaba de jugar con sus manos.
-Dime pequeña. -Le sonreí amable
-Creo, que... Deberíamos dejar esto aquí. -¿escuchas eso? es el sonido de mi corazón rompiéndose.
-¿P-porque? -Dije desconcertado y mi sonrisa se desvaneció abruptamente.
-Perdóname. -Se acercó a mi, beso mi mejilla y salió corriendo por aquel pasillo que en ese momento sentí más solitario de lo que estaba, tan desolado que esa sensación de pérdida se alojó en mi ser impidiéndole reaccionar. ¿Por qué? Necesito una explicación.
Corrí tras ella, pero no la encontré por ningún lado, ni en los pasillos, ni en las clases, ni en los baños, ni el gimnasio. No la vi en el resto del día, su amiga Lory se negó a decirme a dónde fue y su cara de depresión me dejaba intranquilo. Al día siguiente la espere en la entrada de la escuela como siempre, pero nunca llegó, ni al día siguiente, ni al siguiente a ese, pasaron las semanas, los meses y así hasta pasar años.
-¡Oye Moore! -El grito de Matthew, quien no se a que horas entró al agua, me hizo salir de aquella burbuja en la que solo podía entrar yo y perderme por minutos, a veces hasta por horas.
-¡¿Que?! -
-¡¿Vienes?! -Nada un poco hacia atrás.
-No, iré a mi casa. -Me despido con la mano
-Esta bien... como quieras. -Habla sarcástico. -Mañana iré a visitarte. Tal vez a emborracharme. -
-¡Ni se te ocurra! -Saque los pies del agua y me levanté.
-Ahí nos vemos Sonny. -Lo escuche reír mientras entraba, me coloque la ropa que había dejado encima del sofá, junto con los zapatos, salí de su casa y me fui en mi auto hasta mi departamento.
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-NARRA _______-
¿A qué horas llegué hasta aquí? Yo ______ Armstrong, en el auto de Sonny Moore de camino hacia un cine muy cerca a la playa, o eso fue lo que él dijo. De todas las personas que me imagine encontrar ¿él tenía que ser el primero? ¿Qué tan buena memoria tiene para haberme reconocido en tan solo un día de haberme visto?. Movió hacia un lado la mano y puso algo de música.
Radio, claro, ni siquiera Sonny puede soportar este silencio, además no hay nada sobre que hablar. Aunque hayan pasado años, aunque le deba muchas explicaciones.
-¿Irás a casa de tus padres en año nuevo? -Habló tan de repente que me tomó por sorpresa... Aún está muy lejos esa fecha, pero qué más da.
-Eh... oh sí, es una costumbre en mi familia que todos los parientes estemos juntos en año nuevo. -
-¿Vas a ir a casa de tus padres también, Sonny? -
-No. -
-¿Tienes algo que hacer? -
-En realidad, mis padres tienen sus propias familias. -Mierda _____ ya dañaste todo.
No debí haberle preguntado.
-Oh... ya veo, Lo... lo siento, te pregunte algo innecesario. -Me disculpo agachando un poco la cabeza.
-No te preocupes, no es como si todavía fuera un adolescente. -Soltó sin más mirando por la ventana y frenando. -Llegamos. -Avisa poniéndose del otro lado de la calle del cine.
-Bien... -Abrí la puerta del auto y salí como si el aire me hiciera falta, me sentía ahogada de alguna manera demasiado rara.
El viento con olor a mar de inmediato inundó mi respiración y voltee a ver aquella vista tan hermosa, el mar iluminado por la luna no hay nada mejor, me recosté en la valla que había entre la calle y la playa y me perdí en la inmensidad del océano.
En donde vivía en Canadá no se veía esto muy a menudo, pero cada dos días había un alce husmeando en el jardín trasero. Es cuando me di cuenta que extrañaba este lugar más de lo que creía.
-¿Te gusta? -La voz de Sonny se dejó oír tan clara como una alarma.
-Si... -
-S-Si quieres después de la película podemos venir. -Voltee a mirarlo con las mejillas más rojas que un tomate, agradezco la oscuridad de la noche o sino me hubiera avergonzado el doble. -D-digo... solo si quieres. -Desvió la mirada.
-Me encantaría. -Sonreí y él hizo lo mismo.
Entramos al cine y por suerte en cuestión de nada esa incomodidad ya se había desvanecido en algún lugar al frente de la playa. Bien, si puedo mantener esto así todo fluirá como quiero, sin incomodidades, sin silencios electrificantes, quizá recordando con una gran sonrisa en el rostro.
-¿______ quieres algo antes de la película? -Se apoyó sobre el mostrador haciéndole una seña a la cajera para que esperara.
-¿Unos nachos? -Dije entre risas a lo que él sonríe haciendo temblar mis piernas, aunque logro disimularlo.
-Serán unos nachos para la señorita. -Dijo entre risas y pidió la orden, yo lo esperé sentada en una mesa que había entre otras más.
-Toma tus nachos. -Colocó la bandeja encima de la mesa y seguido se sentó. Empezamos a comer, ambos compartimos lo nuestro, Sonny sus papas y yo mis nachos.
Para ser sincera creí que esto seria mas incomodo o que por lo menos él me tuviera alguna clase de resentimiento, pero es todo lo contrario, lo único que hace es reír y contarme cosas bizarras que le han sucedido y yo le hablo sobre lo que a mi me ha sucedido.
-En unos minutos empieza, ¿quieres entrar ya? -Propone a lo que yo asiento
-Esta bien... Gracias por la comida Twipz - Me miró, algo sorprendido y con cierto brillo peculiar en sus ojos aunque su expresión era más de nostalgia que de alegría, mire hacia abajo y apreté las manos contra mis piernas. ¡MIERDA! Sentí mis mejillas quemarse, quería que el mundo explotara en ese mismo instante. Bravo, bravo por mi, no debí decirle así.
-¿Qué esperas _____? -Habló con cierto nerviosismo.
-Lo siento. - Caminamos sin nada más que decir hasta la sala de cine, se sintió más lejos de lo que se veía.
Al entrar di gracias al creador de los cinemas por hacer esta parte oscura, así él no podría verme y no se incrementa el rubor que debía traer en ese momento.
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-Gracias de nuevo, Sonny. -Dije con desaliento.
-No hay de qué... -
Otra vez el silencio incomodo. Vamos ______ di algo, inventare aunque sea un mal chiste.
-Oye ______.... -Habla ya del otro lado de la calle donde se encontraba el auto.
-Dime. -Mascullo sin querer mirarlo.
-¿Una carrera hasta la playa? -Él sí que sabe cómo salir de la tensión... Debo aprender.
-Ok... ¡corre! -Sin previo aviso ya me encontraba corriendo hasta la entrada de la playa con Sonny a unos tres metros detrás de mí, pero esa distancia se convirtió en centímetros y luego en mí, viendo su espalda. Joder que rápido corre. Hago el esfuerzo de mover más rápido mis piernas, pero lo único que logro es ganarme un dolor tremendo en las rodillas, y yo qué mala condición física tengo.
-¡______, eres muy lenta! -Gritó entre jadeos, casi llegando a la orilla del mar.
-¡No te fíes! -Corrí lo mas que pude sobre esforzándome hasta poder quedar a un metro y algo en frente suyo... ¡MIERDA! No es bueno correr en la arena.
Sonny se encontraba encima mio con la respiración agitada igual que la mía, acorralándome con ambos brazos a cada lado de mi cabeza, podía escuchar el rugido del mar y el suave rezongo de alguna canción que a lo lejos se oía, mis mejillas estaban levemente calientes y la respiración de ambos era agitada, quizá por la carrera.
Nos quedamos no más de dos minutos así, yo mirándolo a él y él mirándome a mi. ¿Qué estará pensando?
Nuestras respiraciones ya se habían calmado y nos encontrábamos sentados en la arena sin zapatos ni calcetines esperando a que la marea subiera y mojara poco más que los dedos de nuestros pies, el sonido del mar desaparecía todo silencio que en ese momento hubiera, así que no fue tan incomodo... Ahora que lo pienso, ¿qué habrá sucedido después de que me fui a Canadá?
-Sonny... ¿Te puedo preguntar algo? -Trago gordo esperando su respuesta.
-Seguro. -Responde sin apartar la mirada de enfrente.
-¿Qué sucedió después? -Solté sin más
-¿Después de....? -
-De... ya sabes, después de que yo... -
-¿Desaparecieras? -Me interrumpe, note como apretaba sus manos lo que me hizo sentir escalofríos -No pasó nada... -Habló fríamente dejándome un hueco en el pecho.
-Mientes... -
¿Por qué nunca me puedo controlar con lo que digo?
-Tal vez... -Vi como su mandíbula se tensionaba. -Si tanto te importa ¿Por qué me dejaste igual que antes de que te conociera? -Lo supuse, joder...
-No es mi culpa que... -
-Aunque sea me hubieras dicho el por qué ¿No lo crees? -Dice un poco alterado a lo que yo bufo empezando a irritarme.
-Ahora resulta que yo soy la culpable. -Digo algo insegura de aquellas palabras
-¡Pues sí! ¡De no haberte ido, todo hubiera seguido igual a cuando estabas! -Espeta y yo frunzo el ceño.
-¡No es mi culpa que mis padres me hayan arrastrado a Canadá! -Le digo ya irritada.
-¡Pero si me hubieras dicho algo, te hubiera sacado de mi cabeza en una semana! -Su voz retumbó sobre el ruido del mar.
Me quedo helada y por primera vez vuelvo a verlo con una ceja arqueada, él no me había mirado en ningún momento, pero noto como muerde su labio y toma aire.
-¿Qué...? -Pregunte desconcertada.
-Olvídalo, vayámonos ya... -Se colocó los calcetines y los zapatos, se levantó de la arena y se fue dejándome sola ahí, hice lo mismo y corrí para alcanzarlo.
-Sonny... -Siguió caminando sin prestar atención. -Sonny... Sonny... -Insisto siguiéndole el paso. ¡Deja de ignorarme, joder! -Lo tome del brazo haciendo que volteara.
-¡¿Qué quieres?! -Se soltó de mi agarre de manera brusca. Su pecho subía y bajaba con fuerza, estaba completamente ofuscado,
-¿A qué te refieres? -Ríe cínicamente y continua caminando.
-¿Por qué no lo averiguas tú misma? Ya ha pasado mucho tiempo de eso -Masculla entre dientes, me detengo y lo veo alejarse. ¿Será que soy demasiado tonta como para no darme cuenta de algo que debo saber de antemano? ¿a qué se refiere? Yo continúe con mi vida, difícilmente, pero seguí logrando olvidarle de apoco... ¿Y él?
Otra vez en su auto peor a como comenzamos, observaba cómo salimos de la playa por la ventanilla del auto, el camino fue más de suspiros, miradas con ira, tristeza y nostalgia que de risas, que era como se suponía que debía ser. Todo por una estúpida pregunta que nunca debí hacer...
Y no sé en qué punto del viaje me quede dormida.
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VALE GRACIAS POR LEER Y OJALA LES HAYA GUSTADO :3
NOS OLEMOS LUEGO
CHAO CHAO