Good Reputation [O'Neal #2] ✔️

By ItaliaBust

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Segunda parte de Bad reputation. No es necesario leer la anterior para comprender ésta. Tracy O'Neal, la chic... More

Prólogo| Primera Parte.
Capítulo 01| La clase de portugués.
Capítulo 02| Te saldrá humo de los oídos.
Capítulo 03| El debate.
Capítulo 04| ¿Cómo decirle a tu padre celoso que saldrás con un chico?
Capítulo 05| El evento.
Capítulo 06| Son como un par de niños.
Capítulo 07| ¿Por qué vino?
Capítulo 08| No hay necesidad de una silla de ruedas.
Capítulo 09| Una cita inesperada.
Especial 1.
Capítulo 10| La chica nueva.
Capítulo 11| Trabajo.
Capítulo 12| La Competencia y el vestido.
Capítulo 13| El baile.
Capítulo 14| La Fiesta.
Especial 2.
Capítulo 15| Insistencia y Halloween.
Capítulo 16|¿Si o No?
Nota.
Capítulo 17| Una propuesta.
Capítulo 18| A esquiar.
Especial 3.
Capítulo 19| Navidad a la Collins.
Especial 4.
Capítulo 20| Celosa.
Capítulo 21| Nueva vida.
Capítulo 22| Está pasando.
Capítulo 23| Contando a Chris.
Capítulo 24| La consulta.
Capítulo 25| La peor parte.
Capítulo 26| No Puede Estar Pasando.
Capítulo 27| Lo mejor será irme.
Capítulo 28| El tiempo es bueno.
Capítulo 29| Él.
Especial 5.
Capítulo 30| Hablando y perdonando.
Capítulo 31| Karen y un beso.
Capítulo 32| En la fiesta.
Capítulo 33| Un lindo amanecer.
Capítulo 34| ¿Un gato negro?
Capítulo 35| Un juicio y una invitación.
Capítulo 36| En Las Bahamas.
Capítulo 37| No puedo dejarlo a la interperie.
Especial 6.
Capítulo 38| Sorpresas.
Capítulo 39| Estoy embarazada.
Capítulo 40| Hola, Thomas.
Especial 100K.

Epílogo.

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By ItaliaBust

C h r i s

Había pequeños instantes de la vida en la que todo es perfecto, él mío es este; ver a Tracy con Thomas en sus brazos y a Owen mirando curioso el rostro de su nuevo hermano. Saqué mi teléfono para tomar la foto que ahora se convertirá en mi fondo de pantalla. Tracy levantó la mirada luego de escuchar el 'click' de la cámara y me sonrió tierna. Me acerqué hasta llegar a ellos y abracé a Tracy por los hombros mientras besaba su cien.

Mi pobre esposa tenía unas buenas ojeras en sus ojos, pero no es la única, yo también las tengo, luego de que nos trajeron a Thomas él no dejó de llorar en un buen rato, a Tracy no quería salirle la leche y se levantó en la noche unas tres veces. Lo bueno es que en un rato podremos irnos a casa, en donde toda la familia está preparando la bienvenida al nuevo integrante, solo espero que Thomas no se vaya a estresar con tantas personas cerca. Sus cuatro abuelos ya lo habían conocido y mi madre como la de Tracy casi sueltan la baba por mi pequeño castaño. Ni hablar de mi padre y el señor O'Neal, ninguno quiso soltarlo cuando lo tuvieron en brazos.

Tracy estaba en ropa deportiva, con una de mis sudaderas cubriendo la parte superior de su cuerpo. Espero que en un tiempo no vaya a empezar a sentirse mal por no tener su cuerpo de antes, como mi prima. Ella es hermosa en toda las formas y que me golpeen si no estaba más enamorado cuando su barriga empezó a notarse cada vez más. A mi no importa que ella tenga estrías o un por que su piel va a estar colgando un tiempo, pero la admiro, traer un bebé al mundo no es nada fácil y menos uno de tres kilos y medio. Si, mi hijo en un niño fuerte, grande y sano.

—¿Listos para irnos? —Owen y Tracy asintieron—. Vamos entonces, es hora de que Thomas conozca a toda su familia.

Tomé la silla de Thomas y lo metimos allí con cuidado de que no se despertara. Bajé a Owen de la camilla y ayude a Tracy a ponerse en pie. Mi hijo mayor tomó la mano que Tracy le ofrecía y yo tome la silla de Thomas para salir del hospital. Tuvimos que esperar veinticuatro horas para irnos, para evitar algún problema tanto con Tracy como con Thomas. Así que, aquí estábamos, saliendo del hospital a las cuatro de la tarde.

Cuando pusé a Thomas en la parte de atrás no pude evitar suspirar, si cuando veía a Owen dormir me tranquilizaba, puedo asegurar que con este me iba a quedar dormido de tanta paz y tranquilidad que transmite. Mi hijo tenía aún su rostro un poco hinchado, pero no tenía la misma tonalidad roja de ayer al nacer. Hace un rato, cuando tenía sus ojos abiertos, los vi de una tonalidad azul oscura y por nuestros genes, lo más probable es que el vaya a tener los ojos claros, solo hay que esperar que color va tomar  de ambos.

En un futuro me veía con una niña igual a Tracy en mis brazos y no pude evitar en pensar en Venus, ¿cómo hubiese sido? ¿A quién se parecería? Posiblemente, cuando tenía veinte años, hubiera estado en la misma posición asustada de Charlie, quien casi se vomita al ver como mi esposa rompía fuente. Ahora con veintisiete, lo afronte de la mejor manera, sabía que Tracy necesitaba de mi apoyo y lo peor que yo podía hacer era ponerme a gritar con ella, así que, cuando la vi triturando la mano de mi secretario, me tragué los nervios y me centré en llevarla al hospital lo más rápido que pude.

Ayudé a Owen a sentarse al lado del portabebes y le abroché el cinturón para cerrar la puerta. Le sonreí a Tracy para abrirle la puerta. Ella me dió un suave beso antes de entrar con cuidado en el auto, sabía que no podía cerrar su piernas porque le dolía y menos mal que no le había traído un vestido, tampoco quiero que le muestre la mercancía a su familia. Al empezar a conducir de camino a mi casa pude notar que Tracy se había quedado dormida en el asiento al igual que Owen, también desearía dormir un poco, pero lo haré cuando Thomas desee dormir otro rato sin llorar.

Sé que adaptarnos la bebé va a ser algo difícil, tal vez con Owen no fue tan difícil porque era un niño ya con bastantes años que aprendía muy rápido, pero ninguno de nosotros tres está preparado para escuchar a un bebé llorar en medio de la noche. Si, incluyo a Owen entré los tres, se que su sueño es liviano, así que no me sorprendería el que se levantará algunas noches para curiosear, lo vi levantarse varias veces cuando Tracy estuvo en la época de los vómitos y eso que sólo eran un par de arcadas.

De momento me dedicaré a cuidar a mis dos hombrecitos, porque si son como yo, van a ser la bomba en la adolescencia. Recuerdo haberle dado un par de buenos sustos y enojos a mi madre, recuerdo cuando llegué a casa con mi primer tatuaje a los quince años, ella lanzó el grito al aire para luego empezar a regañarme. El otro susto fue cuando terminé en el hospital a media noche cuando me peleé con un tipo, ya ni recuerdo porque, solo sé que estaba lo suficientemente ebrio para que me golpeara con el más grande de los gustos y me mandara directo en una ambulancia para que me curaran las diferentes heridas.

Mi madre es quien más sustos se ha llevado por mí, no digo que mi padre no lo haya hecho, pero mamá es mucho más histérica que él, en cualquier cosa, incluyendo el tema de las chicas. Siempre fue muy celosa y su periodo de calma fue cuando empecé a salir con Tracy, a quien ella siempre alababa por ser una buena chica, buena estudiante y buena persona, la única a la que nunca le molesto que la llevara a casa o me gastará dinero en ella. ¿Acaso ella habrá sabido siempre que Tracy y yo íbamos a estar juntos? Tal vez su intuición de madre solo la quería porque sabía que me iba a hacer bien, y miranos ahora, con nuestro segundo hijo de camino a casa.

Me encanta la vida que llevo con mi esposa, ella en todo momento me presta atención a cualquier cosa que le quiera decir, siempre está dispuesta para ayudarnos. Es la mujer que siempre deseé, fuerte, independiente y que me quiera con total sinceridad, así que mi amigos espermatozoides hicieron bien en ir a fertilizar su óvulo en ese momento.

Al llevar a nuestro hogar, vimos todos los globos verdes decorar el salón junto a varios girasoles, las flores favoritas de Tracy. Thomas no duró mucho tiempo en nuestros brazos, todos los mayores empezaron a cargarle e incluso a hablarle. Owen se fue a jugar con su primo y yo me quede con Tracy sentados en dos sillas.

—Me duele todo. —dijo Tracy apoyando su cabeza en mi hombro.

—¿Quieres ir a dormir un rato?

Ella giró a mirarme mientras negaba—No, no, esperemos a que todos se vayan.

—Cómo tu quieras, princesa. —le dí un suave beso en la mejilla.

[°°°]

Cuatro meses después.

Aparté la vista de mi computadora al escuchar la puerta de la oficina abrirse. Allí venía Tracy con nuestro bebé en sus brazos y el enorme bolso que siempre cargaba con ella.

—Hola, amor —caminó rápido hasta llegar a mí y poner a Thomas con cuidado sobre mis brazos—. Necesito que lo cuides, tengo una reunión muy importante en media hora y ninguna de sus abuelas puede cuidarlo hoy.

—Pero... —Tracy me calló con un beso en los labios y luego uno sobre la mejilla de nuestro gordo.

—Tengan buen día, los amo. —nos dijo antes de salir de mi oficina de nuevo.

—Tambien tengo una reunión —murmuré—. Bueno, hijo. Tendremos que buscar la manera de que tu no llores mientras estemos en la reunión.

Thomas sonrió un poco mientras se movía. Sus ojos verdes risueños me miraba fijamente. Si, verdes, iguales a los míos, mi madre decía que era mi pequeña copia, solo que con la nariz de Tracy. Es un niño que no llora mucho y que le gusta que cualquiera lo cargue, pero en cuanto tiene a su mamá a la vista no le gusta separarse de ella.

Mi esposa volvió al trabajo cuando se venció la licencia de maternidad, cuando Thomas cumplió los tres meses de edad, así que me era normal que ella aveces me lo trajera así de sorpresa. Le había dicho que contrataramos una niñera, pero ella se negaba y los días que ningún familiar lo podía cuidar se lo traía al trabajo. Ella no trabajaba tanto como antes, solo iba a la oficina en las mañanas, las tardes las dedicaba por completo a nuestros hijos y en la noche termina lo que tiene pendiente. Yo estaba un poco frustrado porque llevaba cerca de siete meses sin tener sexo de verdad con mi esposa, no es porque no tiene tiempo ni nada, es solo que aun no ha dejado de sangrar, así que en algunas noches ella me hacía sexo oral, pero nada más y estaba ansioso porque acabara el sangrado para poder hacerlo con ella.

Yo esperaba que mi mujer hubiese tardado algunos meses en recuperar su figura, pero solo se tardo dos meses, dos meses en la que se veía más apetecible que antes. Su cadera había crecido, su busto también y su cintura parecía más pequeña que antes, ni hablar cuando empezó a ponerse sus vestido pegados de nuevo, estoy sufriendo por eso. Voy a morir por abstinencia. Imagínense ser adicto al chocolate y tener un gran trozo delante de ti, pero sabes que no lo puedes comer porque ahora sufres de diabetes, pues, así se siente estar cerca de Tracy últimamente.

Me llevé un par de miradas en la junta, pero ellos nunca me habían visto con mi bebé en la oficina, mucho menos en una junta y ahora el lugar está con un agradable olor a bebé mientras que el estaba dormido en mi pecho cubierto por su manta verde. De todas maneras, no tiene que decirme nada, soy el presidente de la empresa y yo decido traer a mi hijo o no.

Al llegar a casa en la noche luego de ir al gimnasio, me encontré con Owen escribiendo en uno de sus cuadernos sobre la mesa acompañado por Tracy que le estaba dando del pecho a Thomas. Owen no se había sentido aplazado por su hermanito, todo el tiempo que estábamos en casa lo pasábamos con los dos a la vez.

A las diez de la noche Thomas y Owen ya estaban dormidos, Tracy y yo estábamos sentados en la cama mirando un poco los documentos del trabajo que teníamos. Estaba sintiendo un poco de estrés después de que mi padre se retirara de la empresa, todo el tiempo me estaban llegando mensajes de otras empresas y mucho más ahora que estábamos trabajando en una nueva computadora.

Vi a Tracy apagar su computadora y ponerla sobre su mesita de noche al igual que los papeles y sus lentes. Pocos minutos después su mano cerró mi computadora de golpe y la sacó de mis manos mientras se empezaba a sentar en mi regazo.

—Hora de descansar un rato. —sonreí y pasé mis manos por su trasero para acomodarla mejor.

—Te amo. —ella sonrió y me tomó de las mejillas para besarme suavemente, mordiendo mis labios en algunas ocasiones.

—Te amo. —sus labios habían vuelto a pegarse a los míos y sus manos a manosear mi abdomen de esa manera suya que me hacía exitarme muy rápido.

—No me tortures, Tracy. —murmuré cuando bajó sus besos a mi cuello.

—Ya deje de sangrar. Quiero comerte todo.—sonreí y la tomé para del cabello para acercarla a mis labios.

Si, esa es mi mujer, la que encaja perfectamente conmigo, una de las mejores personas que tengo junto a nuestros hijos y con la que espero pasar el resto de mis días.

Y colorin Colorado, este cuento se ha acabado 💜

Hola, amigos, ¿Qué tal les pareció el final? También me gustaría que comentaran que les pareció toda la novela en general, acepto cualquier tipo de crítica, ya saben🤷‍♀️

Bueno, hoy mismo empezaré a subir la historia de Tyler para que estén atentos💜 así que espero verlos por allá💜

Los ama.
Italia.

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