Mirarte Dolía |Completa

By MaggieCrossMay

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Adrien es mujeriego Adrien es problemático Adrien no es el príncipe azul Adrien es un desastre Adrien te har... More

Ese chico me gusta ♡
Prólogo ♡
Capítulo 1 ♡
Capítulo 2 ♡
Capítulo 3 ♡
Capítulo 4 ♡
Capítulo 5 ♡
Capítulo 6 ♡
Capítulo 7 ♡
Capítulo 8 ♡
Capítulo 9 ♡
Capítulo 10 ♡
Capítulo 11 ♡
Capítulo 12 ♡
Capítulo 13 ♡
Capítulo 14 ♡
Capítulo 15 ♡
Capítulo 16 ♡
Capítulo 17 ♡
Capítulo 18 ♡
Capítulo 19 ♡
Capítulo 20 ♡
Capítulo 21 ♡
Capítulo 22 ♡
Capítulo 23 ♡
Capítulo 24 ♡
Capítulo 25 ♡
Capítulo 26 ♡
Capítulo 27 ♡
Capítulo 28 ♡
Capítulo 29 ♡
Capítulo 30 ♡
Capítulo 31 ♡
Capítulo 32 ♡
♡ Booktrailer ♡
Capítulo 33 ♡
Capítulo 34 ♡
Capítulo 35 ♡
Capítulo 36 ♡
Capítulo 37 ♡
Capítulo 38 ♡
Capítulo 39 ♡
Capítulo 40 ♡
Capítulo 41 ♡
Capítulo 42 ♡
Capítulo 43 ♡
Capítulo 44 ♡
Capítulo 45 ♡
Capítulo 46 ♡
Capítulo 47 ♡
Capítulo 48 ♡
Capítulo 49 ♡
Capítulo 50 ♡
Capítulo 51 ♡
Capítulo 53 ♡
Capítulo 54 ♡
Capítulo 55 ♡
Capítulo 56 ♡
Capítulo 57 ♡
Capítulo 58 ♡
Capítulo 59 ♡
Capítulo 60 ♡
Capítulo 61 ♡
Capítulo 62 ♡
Capítulo 63 ♡
Capítulo 64 ♡
Capítulo 65 ♡
Capítulo 66 ♡
Capítulo 67 ♡
Capítulo 68 ♡
Epílogo ♡
Agradecimientos

Capítulo 52 ♡

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By MaggieCrossMay

Los minutos van pasando, las horas corren, y lo hacen a un ritmo increíble cuando los momentos son buenos. Los días avanzan, también lo hacen con rapidez, y no llega a ser suficiente al final del día, y te das cuenta de que necesitas más tiempo, y más minutos, porque no has alcanzado a apreciar cada detalle del rostro del chico que te tiene enamorada. Aunque te conoces hasta cada mínima perfecta imperfección, aun así no alcanza. Quieres disfrutar de él, y que cada instante dure lo que duraría una nave de la nasa en llegar a marte. Quieres que el tiempo deje de correr cuando los ojos celestes de él se posan en los tuyos. Los ojos más hermosos que jamás alguien pueda ver. Lo son los de él, son sus ojos...

Pasan meses, y lo amas más, lo amo más, y me enamoro más a cada segundo que permanecemos juntos. Todo es perfecto... y doloroso al mismo tiempo.

-¿Qué sucede?- Adrien toma mi mano y tira de mí llevándome a la comodidad de su pecho.

Huelo la fragancia que desprende, ese perfume tan característico en él, el cual se ha convertido en mi aroma favorito.

-Sólo pensaba- murmuro volviendo mi vista al lago que tenemos en frente.

Sus manos de dedos largos y finos refriegan mis hombros, entierro mi cara en su pecho y cierro los ojos.

-Estas más delgada- percibe.

Doy un respingo y me aparto.
Estoy por argumentar en contra de eso, pero habla antes.

-Toco tus hombros y siento tus huesos. La otra noche, cuando te cargué en brazos hasta el dormitorio te he sentido más liviana, ¿Está todo bien contigo Liz?

Noto su semblante serio y me muerdo el labio inferior, desvío la mirada. Claro que todo está bien, mis únicos problemas son la sobreprotección de mi madre y las fiestas nocturnas de Adrien a las cuales no ha logrado renunciar, y no siempre puedo ir con él. No siempre puedo escaparme y seguirle el ritmo de vida que él goza. Por más que lo intente no es ese ambiente el que me gusta, o el que prefiero.

-¿Qué es lo que te preocupa?

-No lo sé- Encojo los hombros, y vacilo-. Quizá la graduación.

Mentira. La graduación no me preocupa en ningún sentido. Anhelo ese día y anhelo poder decir pronto que soy una universitaria.

Adrien arquea una ceja, y se cruza de brazos.

-Así que la graduación.

No se lo traga. Lo sé.

-Sí ¿Qué tiene de malo con ello? ¿Acaso tú no tienes nervios?

-La graduación me importa un cuerno. Sabes que si no fuera por ti habría quedado exento de faltas.

Pongo los ojos en blanco.

-Da igual, aun así ¿No sientes ni una pizca de emoción?

Pretendo alejar el tema de mí, aunque realmente me sorprende su falta de entusiasmo en lo que concierne al día de graduación.

Se ríe, y vuelve a acercarse a mí. Acomoda mi cabello dejándolo caer tras mi espalda.

-Lo único que quiero es que llegue ese día para poder verte con un hermoso y sensual vestido. Créeme bonita, que esa noche no vas a librarte del sexo de graduación.

Abro los ojos y las mejillas se me encienden.

Adrien siempre dice cosas así, y a estas alturas debería haberme acostumbrado y ser menos tímida. Pero por el contrario sus palabras, siguen acelerando mi corazón, subiendo mi temperatura y dejándome muda.

Ladeo la cabeza y esbozo una ligera sonrisa, me vuelvo hacia el Ferrari y emprendo mi camino.

-Se ha nublado, debemos volver-digo, mirándole por sobre mi hombro.

Me responde con una sonrisa, y sigue mis pasos tomando mi mano con suavidad.

-¿Le tienes miedo a la lluvia?

Habíamos decidido hacer un picnic a orillas de un lago, a modo de bienvenida a la primavera, pero el clima ha cambiado nuestros planes.

El cielo se ha puesto gris, y se ha levantado un viento fresco, bastante para alguien que tan solo lleva puesta un fina camiseta de terciopelo.

-No quiero mojarme, podría resfriarme- argumento, viendo fijamente hacia sus ojos celestes.

Su mano tira la mía, y me pega a su cuerpo rodeándome la cintura con sus brazos, sujetándome fuertemente.

Larga un suspiro, y su aliento choca el mío.

-Han sucedido cosas Liz- dice.

-Lo sé- murmuro.

Sé que habla de las discusiones, aquellas diferencias que nos han llevado a decirnos cosas horribles. Sé que habla de Dante y de Nicolás, los ve como una amenaza constante. Así como yo veo una amenaza constante cada noche que él se va de fiesta y lo hace sin mí.

Sé que se refiere a su insistencia con mi problema con la comida, y a mi insistencia con que las drogas le están haciendo daño. Sé que le molesta que le diga que el futuro está en juego y que no puede echarlo todo a perder por unas cuentas fiestas, carreras y drogas. Sé que habla de mí positivismo a la hora de que intente reconstruir la relación con su familia.

-Sabes lo que pienso de lo que estás haciendo contigo mismo...- articulo.

-¿Y qué estás haciendo tú Liz?

Agacho la mirada, y él toma de mi mentón obligándome a mirarlo.

-Dime, responde ¿Qué es lo que estás haciendo tú contigo misma?

-Nada- contesto.

Nos vemos a los ojos, retándonos a decir algo más.

Un fuerte trueno me hace sobresaltar.

-Creo que es mejor volver a casa-propongo.

-Ha habido problemas- dice ignorando mi sugerencia.

Posa su mirada hacia abajo, dejando decaer los parpados. Suspira y se toma el tiempo más largo del mundo, antes de hablar.

-Pero a pesar de todos los problemas, te amo.

Mi corazón se detiene, el mundo se congela. Ya no importa la lluvia que caerá sobre nuestras cabezas en cualquier momento. Ya no importan los truenos, ni el maldito viento fresco.

Adrien acaba de decir que me ama, sus labios lo dijeron por primera vez. Ha sido el sonido más hermoso que haya podido escuchar en lo que llevo de vida. Hasta el momento la balanza no era equitativa, mientras me besaba él me decía te quiero, y yo por dentro gritaba te amo. Pero ha alcanzado mi amor, mi amor lo ha llevado a sentir la necesidad de decir que también él me ama.

-¿Realmente tú...?

Asiente con la cabeza.

-Sí, realmente estoy enamorado, y realmente te amo.

La felicidad no me cabe en mi pecho.
Sonrío. Lo amo. Lo amo tanto.

Un tercer trueno resuena en algún lugar del cielo gris, causándome un susto terrible. Adrien sonríe, y me apega más a él.

Me siento plenamente segura en sus brazos. Rodeo su cuello, y lentamente acerco mi rostro al suyo, él se acerca a mí hasta llegar a unir nuestros labios en un significativo beso.

Sin previo aviso el torrencial de la lluvia se desata mojándonos a ambos. Sonrío mientras lo beso, y acaricio suavemente su mejilla.

Que la lluvia nos empape, y que el cielo caiga sobre nuestras cabezas, en este mismo instante ya no nos interesa. Nos amamos, y eso es lo único que tiene importancia. Lo amo, y él ama.

Ambos comenzamos a reír, y la melodía de su carcajada se funde con estruendoso ruido de la lluvia.

-No quiero que te resfríes bonita, ven.

Tira de mí, y ambos nos dirigimos a el Ferrari.

Estoy helada y completamente empapada cuando ingreso en el vehículo. De reojo observo a Adrien y él me ofrece una de sus sonrisas. Acto seguido estira la mano y acaricia mi mejilla húmeda.

-Te amo- repite.

Se me acelera el pulso, entreabro los labios para responder pero nada sale de mi garganta debido a la fuerte emoción que me embarga.

Adrien inclina su cuerpo hacia adelante, y yo hago lo mismo. Su mano firme toma de mi cuello de costado, y atrae hacia sí, se atreve a posar su mano en mi rostro sin dejar de mirar mis labios, haciendo crecer dentro de mí el fuerte deseo de sentirlo profundamente.

Cuando no puedo aguantar la tortura de la cercanía, pego mis labios a los suyos de manera avasallante. No tarda en reaccionar y corresponder la acción con la misma avidez.

La lluvia cae y golpea en el techo del vehículo, pero el sonido es placentero junto con el de nuestros labios al saborearse.

Se me llena la boca de sus besos y apenas puedo respirar, no sé dónde empieza y terminan sus manos. Pero en un momento estoy a horcajadas sobre él, apretándolo con mi pecho, hundiendo mi rostro en su cuello y repartiendo besos, los papeles se invierten y luego soy yo la que echa hacia atrás la cabeza y le permite repartir suaves besos en el cuello y en el pecho.

Mi camiseta empapada desaparece y solo me quedo con el sostén puesto.

-Eres mi luz en la oscuridad Liz- dice-. Y si un día no me iluminas dejaré que la oscuridad me lleve.

Entrecierro los ojos, y acaricio su mejilla mientras sus palabras hacen eco en mi cabeza.

"Y su un día no me iluminas dejaré que la oscuridad me lleve"

Regresa a besar mi cuello y a posar sus manos en mis caderas.

-Siempre seré tu luz Adrien, pero tú no apagues la llama que ha encendido este amor- murmuro-. No mates lo que siento por ti, porque estarás matándome a mí.

*****************************

Hola! lectoras y lectores mil disculpas por el retraso y mil disculpas por el capítulo, sé que se esperaban más pero realmente quería públicar capítulo, así sea corto.
Mi tiempo para escribir se ha reducido bastante, entre una cosa y la otra no estoy dedicandome a la novela como debe ser. Acepto que soy culpable, y nuevamente les pido disculpas. A veces la falta de inspiración tiene mucho que ver y cuando hay falta de inspiración prefiero no escribir porque no se obtienen los mismos resultados. Ustedes se merecen unos buenos capítulos y eso es lo que quiero darles. Por eso también me he tardado. Espero que puedan comprender la situación en la que estoy, poco tiempo, dramas familiares, la presión de volver a cursar en la universidad y la falta inspiración.
No voy a abandonar la novela, doy mi palabra. Pero quizá las actualizaciones sea mucho más lentas y quizá los capítulos no sean tan largos, más bien por una cuestión de no hacerlas esperar demasiado con las actualizaciones.
Muchas gracias por todo el apoyo y por haberme tenido paciencia. Ya saben que cualquier cosa que quieran decirme puedan hablarme al privado o contactarme por Instagram.
Las/los adoro ❤️


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