Al otro día Calle llegó más temprano a la universidad, sentándose en la última fila del salón, observando desde lejos a la profesora, quien tenía una camisa de botones, color negra, las mangas dobladas hasta los codos, dejando exponer una palabra en su brazo, pero que a causa de la distancia se le era difícil identificar que decía; el jean era azul, con manchas claras, y unos tacos negros.
– Es que me la tiraría – Mario, uno de los compañeros de Calle comentó, llegando a los oídos de la chica.
– Asqueroso – la castaña comentó, apesar de que no le quitaba los ojos de encima a la mujer.
Mario la observó levantando una ceja – ¿A qué vino ese insulto? – Este gruño, un poco molesto.
Calle por primera vez en toda la hora de la clase, quitó los ojos de la profesora y lo observó – ¿A qué vino tu comentario? – Está contestó.
– Simplemente es como un halago, no se porque te picas, no es nada malo – Este comentó con actitud, lo cual le cayó mal a la castaña.
– Que pena que ella no diría lo mismo de ti – Está comentó gageando.
Antes de que Mario pudiera contestar, la profesora aclaró su garganta, llamando la atención de ambos alumnos.
– Pueden salir, si no les importa la clase – Poché comentó levantando una ceja, antes de caminar a su escritorio, y tomar algunas de las libretas que estaban en su escritorio.
Pasando por las mesas y entregándolas, antes de detenerse al frente de Calle, colocando la libreta de esta con delicadeza al frente de esta.
– Necesito hablar contigo cuando acabe la hora – Está finalizó, con una sonrisa, la cual tomo a la chica con la guardia baja, abriendo los ojos en sorpresa.
– Si, señora – fue lo único que comentó la castaña, intentando no mirar la parte desabotonada de la camisa que tenía la peli-azul.
La hora de la clase pasó, y Calle fue la única que se había quedado en el salón, observando cómo la profesora caminaba hacia la puerta, y cerraba está con seguro.
– Um, no creo que eso sea algo legal – la castaña comentó, poniendose nerviosa.
Poché comenzó a reír suave – Solo es para que no molesten – Está finalizó caminando hacia la chica, recostandose del asiento que quedaba al frente de la chica – ¿Quieres una foto? – Está preguntó seguido.
Calle inclinó la cabeza hacia un lado, mostrando la dudo y lo perdida que se encontraba en ese momento.
La mayor dejó salir una risita – Deberías ver tu cara – Está comentó, haciendo que la chica, por ninguna razón se sonrojara – Me di cuenta que no dejabas de mirarme – Está finalizó, inclinándose hacia esta, causando que su camisa se despegará mostrando más su cuerpo.
Calle hizo lo inhumanamente posible por no mirar hacia la mujer, desviando su mirada hacia el lado.
– Yo no miraría a alguien que me cae mal – Está comentó un poco molesta.
– Solo tuvimos un mal empezar, dame una oportunidad, no soy como piensas – Poché sonrió, doblándose en cuclillas, y recostando sus brazos en la mesa de la chica, observando la con una carita de perrito.
La castaña observó a la chica » Por qué joder se ve tan adorable, y de cerca su piel se ve tan hermosa ¿Sus ojos son verdes? Pensé que eran marrones desde aquí... Calle, reacciona, no homo, no les, tienes a Sebastián, ya encontraste tu alma gemela... « la mirada de la chica se posó en el brazo doblado de la mujer, observando que solo dos palabras se hacían visibles "Se..."
– ¿Estás desnudandome con la mente, o estás pensando lo que dije? – Poché comentó levantando una ceja.
– ¿Siempre eres así de irritante? – Calle comentó con una expresión sería.
– Las chicas no suelen decirme eso – Poché comentó con una sonrisa victoriosa.
– Me sorprende – Calle comentó levantandose de la silla – Nos vemos profesora – Está finalizó antes de comenzar a caminar.
– No me llames así, no me gusta – Poché protestó levantándose y caminando hacia su escritorio tomando unas cosas.
– Y ¿Cómo debería llamarte? ¿Duende? – Calle río, viendo el fruncido de la chica.
– Prefiero que me digas Sugar mommy – Poché contestó, y esta vez ella fue la que río al ver el rostro de la chica, como se tornaba en un tono carmesí – Solo dime Poché – Está finalizó con una pequeña sonrisa, abriendo la puerta del aula, para que la chica saliera.