Tu toque de Color

By Sunakyo

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"Todos necesitamos un toque de color en nuestras vidas..." Ravi Pero en la de Wonsik no había ninguno... y le... More

1. Ravi
2. Gafas rojas
3. Inalcanzable
4. Aventura de colores
5. Condiciones
6. Él
7. Aburrido
8. Inspiración
9. Real
10.Seongnam
11.Preguntas
12. Nuevo vecino
13.Nada
14. Regalo
15. Olvidado
16. Magia
17. Feliz Navidad
18. Confuso
19. Duérmete (Parte 1)
20. Duérmete (Parte 2)
21. Siempre
22. Punto final
23. Proporción
24. Anonadado
25. Peculiar
26. Indescriptible
27. Sueño
28. Fases
29. Dulce
30. Planes
31. Locura
33. Nota
34. Agridulce
35. Domingo
36. Viaje
37. Sueño
38. Infierno
39. Pelota
40. Motivos
41. Explicación
42. Curiosidad
43. Voz alta
44. Bolígrafo
45. Caminos
46. Tiempo
47. Fuerza mayor
48. Valor (Parte 1)
49. Valor (Parte 2)
Epílogo: Toque de color
Viaje express
Tulipanes
Eterna
🐹¡Apoyemos a Leo!🐹

32. Adrenalina

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By Sunakyo

Wonsik amaba la pintura, no era ninguna novedad, la aplicaba en lienzos, paredes, libretas o simples folios blancos, pero la piel de Taekwoon era definitivamente el lugar donde mejor quedaba. Como quien dibuja corazones en una agenda escolar por estar enamorado, él lo hizo constantemente por casi todo su cuerpo, combinando colores como le gustaba. También incluyó alguna palabra como "Leo" en su antebrazo, o "amor" en su nalga derecha, a la que después dio un mordisco, haciendo que su chico gritara de dolor y placer a la vez.

Su gatito le recriminó varias veces que dejara de jugar, pero se lo estaba pasando tan bien que tardó bastante en pasarle la tarea. Aunque no se arrepintió de nada, porque verlo con ese tono color carmesí en sus mejillas, mientras manchaba sus manos con la acrílica verde lima, era todo un espectáculo. Se atrevió a escribirle "Ravi" con letras mayúsculas en el pecho, tapando algunos de sus tatuajes, y con una sonrisa de niño travieso en la cara, derritiéndolo con cada una de sus caricias de color en su cuerpo.

Adoraba el modo en el que se había manchado la nariz con el azul, mientras intentaba pintar algo que parecía un gato en su mano solo por diversión. Definitivamente, aquella había sido la mejor idea que se le había ocurrido en toda su vida, no cambiaría nada de ese momento, necesitaba instantes con Taekwoon a todas horas. Por eso lo abrazó fuerte, mezclando la pintura de su espalda con la de sus pectorales, deformando las figuras que habían creado por estar aún la pintura reciente y besando las partes de su cuello que aún no tenían color.

No tardó en introducirse dentro de él, haciendo que las palmas de ambos apretaran la tela con fuerza y creando las primeras figuras irregulares. Era la mejor sensación del mundo, ver como aparecían manchas azules combinadas con las rosas a la vez que Taekwoon gritaba su nombre con cada embestida. Cambiaron de postura, y  los corazones de su chico se sellaron en aquella sábana que no utilizaba más que para tapar algunos de sus cuadros. Le encantó ver lo bien que quedaba el color salmón en el pelo negro de su gatito, y como bajaba una gota de pintura por su cuello, delineando esa vena que tantas veces había mordido.

La tela cada vez estaba más arrugada, el acrílico cubría el noventa por ciento de sus cuerpos, creando esa obra de arte que tanto ansiaba ver, daría lo que fuera por poder admirarse reflejado en ese instante, o al menos ver la cara de Taekwoon manchada de rojo y azul mientras se dejaba ir con su nombre en sus labios. Wonsik no tardó en culminar también, apretando con fuerza el cuerpo contrario, con la respiración agitada y una gota de color verde resbalando por uno de sus mechones de pelo.

Se miraron a los ojos de ese modo que tanto amaban, entremezclando el aire que corría entre sus caras y besándose de nuevo, sin importarles el mal sabor de la pintura que podía colarse en sus bocas.

- Taekwoon... - Escuchó un sonido de su garganta conforme lo había escuchado. – Tú le das color a mi vida. – No le importó repetir esas palabras, unas que eran más sinceras que cualquier otra cosa posible. Le encantó verlo enrojecer nuevamente y dedicarle la más bonita de las sonrisas. - ¿Vemos nuestra obra de arte?

Su gatito asintió feliz, y de un salto se levantaron con las manos entrelazadas, notó que Taekwoon estaba helado, así que después de confirmar que tenía frío, le tendió la camiseta que se había puesto esa mañana y se había quitado por el calor, tirándola en algún rincón de la habitación. Era increíble lo sexy que estaba con esa prenda que le venía larga y esa frase tan acorde con la situación "Sexual fantasies", sonrió al ver que su novio ni se había percatado.

Wonsik abrió mucho los ojos después de estirar la sábana para que estuviera lisa, no era mentira, era lo mejor que había dibujado en mucho tiempo. Podía considerarse un dibujo abstracto, sin forma alguna, pero con detalles que solo ellos conocían, como la cantidad de corazones de colores o una mano claramente marcada.

Vio a Taekwoon taparse la cara de manera adorable cuando se dio cuenta que las esencias de ambos también estaban mínimamente reflejadas, y la estampa irregular de uno de sus miembros, no era clara, pero ambos sabían de qué se trataba. Wonsik rio, imaginó la obra expuesta en cualquier museo y siendo alabada por los mejores críticos, y la idea no le pareció descabellada, muy al contrario de su pelinegro, que parecía querer encerrarse en el armario y no salir jamás.

- Pues yo creo que nos darían millones por esto. – Taekwoon lo miró horrorizado.

- ¡Prométeme que nunca saldrá de aquí!

La conversación duró todo el tiempo en el que ambos recogían las pinturas y la tela, ordenando todo, y dejando la estancia como si esas cuatro paredes no hubieran presenciado toda escena digna de una película para mayores de diecinueve. Wonsik no paró en ningún momento de avergonzar a su gatito con cualquier comentario, se divertía de tal manera que Taekwoon acabó por castigarlo sin bañarse juntos, y así poder quitarse la pintura.

Le sorprendió que fuera tan en serio en cuanto escuchó el cerrojo del lavabo, pero no le importó, tendrían todo el tiempo del mundo para hacerlo, dentro y fuera de la ducha. El estómago le rugió en cuanto dejó de insistir, así que como no esperaba ninguna visita, y no había tenido ni el tiempo ni las ganas de comprar, optó por pedir comida.

Su novio estuvo demasiado rato bajo el agua, y aunque le parecía normal, ya lo echaba de menos. Se sentó en el sofá a esperarlo, tanto a él como al repartidor de comida japonesa, el pequeño Buttie se acomodó a su lado pidiendo caricias que no tardó en darle. Buscó el mando para encender la televisión, pero lo único que encontró fue el teléfono de Taekwoon.

Hizo caso omiso de él hasta que comenzó a sonar de manera escandalosa, y al mirar la pantalla, apareció una foto de su compañero de trabajo y debajo el nombre de "Yeonie". Y no le hizo ninguna gracia. ¿Qué significaba aquel diminutivo? Vale, él también llamaba Hyukkie a su amigo, pero no lo tenía puesto así en el teléfono... ¿Y a este sí?

No descolgó la llamada, si no que la ignoró para mirar el nombre con el que Taekwoon lo tenía guardado, y siguió sin agradarle que lo tuviera solo como "Wonsik". Editó el nombre al instante, añadiendo "Sikkie" a su propio número, y cambiando también el de Hakyeon a "Hakyeon", porque ese era su nombre. Sonrió satisfecho, hasta que apareció un mensaje nuevo en la pantalla principal.

Sabía que no debía leerlo, no era de su incumbencia por mucha curiosidad que tuviera, y más si se trataba de un mensaje de Hakyeon, pero no pudo evitarlo. Sobre todo porque la conversación mantenida también lo incumbía a él, de algún modo u otro.

Había estado toda la mañana lo suficientemente ocupado, como para no acordarse del asunto con el que estuvo hablando con Hyuk, ayer por la tarde. Era conocedor de todo lo que pasaba con la jefa de Taekwoon gracias a él, y por ello se sentía tranquilo, pues aunque su novio le hubiera asegurado que no diría nada, Wonsik ya tenía claro que no lo haría.

Pero las consecuencias del silencio de Taekwoon no las sabía, y ahora que leía la conversación con Hakyeon, algo comenzó a romperse poco a poco, pues el ser egoísta implicaba que la persona que quería no sería feliz, y no cumpliría su sueño del mismo modo que él lo hizo. Comenzó a recordar todo lo que le contó en el tren, la desastrosa historia con su familia, la desesperación por ver a su sobrino o lo que tuvo que pasar para lograr lo que quería.

Y Wonsik se estaba dando cuenta de que Taekwoon iba a tirar todo eso por la borda por alguien como él. Porque en esa conversación , su amigo le insistía que lo mejor era delatarlo para mantener lo que había construido, y él solo le respondía que no le importaba, que pensaba perderlo todo si de ese modo podía protegerlo.

Sintió ganas de llorar como hacía tiempo, o al menos desde que su abuela se fue, no sabía porque era, o tal vez sí. Porque veía el modo en el que Taekwoon lo defendía como nunca nadie, a parte de ella, lo hizo, ya que repetía varias veces que no era ningún delincuente. Comenzó a sentirse abatido, el chico que aún seguía en la ducha merecía todo y más, debía ser feliz con lo que hacía, y no dejarlo de lado por un romance.

Wonsik sabía que hoy Taekwoon había mentido para estar con él, y ahora veía que sería capaz de dejar su puesto de trabajo, si de ese modo su identidad como Ravi seguía oculta. Por algún motivo le faltó el aire.

- Sikkie, están llamando a la puerta. –Estuvo tan metido en sus pensamientos, que ni escuchó que había salido de la ducha y que el japonés picaba con insistencia. Volvió a la realidad, y sonrió como pudo a ese ángel que salía de su baño con una toalla en la cintura, mientras escondía como podía el teléfono a su espalda.

– He pedido comida japonesa. ¿Te apetece?

Lo vio asentir mientras subía las escaleras para seguramente buscar la ropa esparcida en su cuarto de pintura. Sacó dinero de su cartera para pagar al pobre muchacho que esperaba fuera con un casco de moto, y tres bolsas con varias bandejas de sushi, gyozas y pollo teriyaki. Colocó la mesa sin pensar, luego sintió como Taekwoon bajaba ya completamente vestido, perfecto con esas adorables mejillas sonrojadas.

Lo quería demasiado, lo suficiente como para tomar una decisión que lo cambiaría todo, aunque tuviera que renunciar a su gatito.

...

Hacía mucho frío, Wonsik no solía notarlo, pero esa noche tiritaba demasiado, aunque no sabía si era por los nervios. Esta vez no llamó a Hyuk porque no quería implicar a más personas, y el menor era también lo suficientemente importante para él como para arrastrarlo al que sería su último acto como supuesto delincuente. Iba cargado con las pinturas necesarias, incluso llevaba algunas que había utilizado esa misma mañana con Taekwoon, supuso que ese sería el toque especial.

Fue a esa pared vacía, una que estaba bastante cerca de la revista, y tenía el suficiente espacio para su intención. Esta vez no era un dibujo, no le hizo falta medir como otras veces ya que solo era una frase, una que contenía todo el amor que podía tener por su pelinegro. A pesar de ser las cuatro de la mañana, y no haber casi luz, Wonsik sacaba las fuerzas del día de ayer.

Recordando como apareció a primera hora, con su sonrisa radiante, el modo en el que se había tapado la cara, avergonzado, o su nombre susurrado en diminutivo al lamerle el lóbulo de la oreja. Tenía tatuado en su memoria su manera de comer sushi de aquella tarde, sin mojarlo nunca en soja porque no le gustaba, o el modo en el que llamaba a su querido Buttie para darle el trozo de pollo que no tocaba la salsa.

Dio color a las letras negras mientras una lágrima caía por su mejilla, intentando convencerse de que era por el frío de la madrugada y no por intentar mantener en su cabeza el cosquilleo de sus labios al despedirse esa noche, las caricias en su pelo o ese "Te quiero" que había dicho antes de marcharse. Claro que lo quería, por ello dibujó unas gafas rojas en uno de los puntos suspensivos de la frase.

Le dio tiempo firmar antes de escuchar voces y unos pasos, sabía que era inútil irse sin que nadie lo viera, contando con lo que iba a hacer en cuanto saliera el sol, pero quería disfrutar de esa adrenalina en su, tal vez, último día de libertad.

❤👨🏻‍🎨👨🏻‍💻❤

Hoy estoy sensible, no se si es por el cumpleaños de mi Daegunie o porque es un capítulo agridulce...el caso es que he llorado escribiéndolo...😭

En fin... espero que os haya gustado y que me querais aún!❤

Besitos!!😘😘

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