Narrador Omnisciente.
La bala dio justo en su pecho y otra en su cerebro, como si estuviese calculado, Bob se desplomó y sus ojos se cerraron inmediatamente, Samira continuaba llorando y en su defensa trató de tomar la pistola y dispararse a si misma, fue detenida por Luis quien sostuvo su mano antes de siquiera ella tomara el arma.
— ¿¡Estás loca!? — Le preguntó y en ése momento ella no sabría bien cómo definir su estado mental, tenía al hombre que amaba bañado en sangre y el rostro desfigurado, su madre inconsciente en el sofá, un niña de dieciséis años llorando a todo pulmón y un padrastro literalmente muerto en frente de sus ojos ¿Qué si estaba loca? Pueda ser que sí, o quizás su juicio y cordura abandonaron su cuerpo por completo.
— Levántate Samira, hay que llevarlo al hospital.
Luis la levantó del suelo, está se levantó, aún entre lágrimas, lo hizo.
Mientras, Mimase no paraba de llorar, con sus puños no paraba de darle al suelo, maldecía y maldecía, el lugar era un matadero, un lugar frío y tétrico donde solo se podían ver las expresiones de miedo y dolor en los rostros de cada uno, Carolayn abrazó con fuerzas a la niña y le susurró en su oído que se calmara, que todo había sido en defensa propia, eran tantas las palabras de consuelo que de ella salían que la pobre niña que estaba siendo consumida por el dolor y estalló en llanto aún más.
— ¡Lo maté! — Gritó Mimase.
Y sí, lo había matado, justo como gritó justo pasó, lo mató.
Los minutos pasaron y una ambulancia llegó a la mansión, los paramédicos entraron y atónitos clavaron los ojos primero en la persona que tenía perforado el pecho con una bala, luego el charco de sangre que estaba debajo de Sebástian y terminaron de asombrarse cuando vieron el cuerpo de la madre de Samira tendido en un sofá, una niña en brazos de una mujer, una chica siendo calmada por un hombre y todo el personal de la casa con sus rostros entristecidos. Los paramédicos sacaron sus equipos y comenzaron a trasladar a todos al hospital, todos y cada uno de ellos fueron llevados al hospital, a la menor, por desgracia, la policía la llevó para interrogarla, y era que, lamentablemente, sí había asesinado a aquel hombre al cual disparó.
¿Y tenía culpa?
Sí, si ella contaba su versión a Samira, está la catalogaría como traidora, o aún peor.
Ya en el hospital, Samira se aferraba a la camilla de Sebástian, este tenía un respirador conectado, el cráneo fracturado y la presión alta, cosas que dictaban minutos para que alguna de sus complicaciones acabaran con él.
— Mi amor, por lo que más quieras no me dejes. — Susurró en su oído acompañada de llantos. —No me dejes por el amor de Dios.
Samira, por su parte, estaba a su lado, está también tenía una vía conectada a su brazo, pero su salud estaba mejor, respiraba con dificultad pero eso no le importó y pidió quedarse con Sebástian hasta que lo llevaran al quirófano, ya que su cráneo estaba inflamado y la hinchazón no parecía bajar.
Las enfermeras entraron, vieron a la pobre chica afligida y dominada por la tristeza sosteniendo la mano de Sebástian.
— Señorita, — Dijeron tocando su hombro. — lo siento, pero tenemos que llevarlo al quirófano.
Ella lo miró por última vez antes de que ingresara a la sala, cerró sus ojos y pidió a Dios que todo saliera bien, antes de dejarlo ir le dedicó unas palabras:
— Te amo, sé que todo saldrá bien y si mi destino es seguirte donde estés pues allí me encontrarás, te amo y eso nadie lo cambiará.
Y luego de eso las enfermeras lo llevaron a la sala de operaciones, dejándola sola nuevamente, sola y con todos esos pensamientos que pasaban por su mente.
(............)
Mimase Hils
"Lo maté" "Lo maté" "Lo maté" "Lo maté" "Lo maté" "Lo maté"
Palabras que no salían de mi mente, lo había hecho y no lo podía creer, la adrenalina , el odio, rencor y todo los sentimientos negativos que existen en este mundo, justo en ese momento que sostenía esa arma los experimenté de una forma endemoniada.
"Lo maté "Lo maté"
Sí, yo lo maté, cuando su cuerpo se desplomó no pude evitar pensar en mis padre, justo cuando los de la "DEA (Drug Enforcement Administration, DEA)" entraron, mi madre, como lo habitual, estaba drogada y mi padre sostenía un venta, yo estaba encerrada en mi cuarto y por extraño que fuese, ese día decidí bajar a tomar agua, fue justo ahí cuando vi el cuerpo de mi padre caer delante de mí, y luego el de mi madre, en ese momento no sentí dolor, ya que el shock no dejó siquiera que hablara o pronunciara algo.
Ahora me encuentro sentada en un cuarto blanco con un vidrio, el cual aparenta ser solo un espejo, aunque sé que pueden ver todo lo que hago, o escuchar lo que digo, pero, en todo este rato que llevo aquí no he dicho nada, apenas si puedo levantar el rostro.
— Levanta el rostro, — Dijo un voz ronca y obedecí.
Cuando miré, no había nadie, busqué con la mirada y vi unas bocinas, la voz volvió a hablarme y supe que procedía de ellas.
— Quiero que te tranquilices ahora, entraré y tendremos una charla.
¿Tranquilizarme?
No creo acabo de matar a un hombre apenas estoy respirando y es porque mi sistema lo hace voluntariamente.
La puerta de metal sonó y dejó ver a este oficial de no más de treinta años, su rostro mostraba serenidad y pensar que me encontraría con un malhumorado, panzón y obstinado viejo de unos cincuenta años, pero por lo que veo las cosas se han actualizado un poco.
El oficial sacó papel y lápiz, comenzó a anotar no sé qué, ya que no podía ver, y para desgracia de mi vida tenía las manos esposadas.
— Bien, — Acomodó sus cosas, sacó una grabadora y le dio play. — estoy aquí con Mimase Rice Hils Gavión quien, como ella nos dijo, apuntó con un arma al señor Bob Chamadier, que por desgracia se ha declarado muerto a las 22:00 horas.
Y más pesadez y sentimientos hacen que me venga abajo.
— Comenzaremos haciéndoles pregunta a la menor de edad, Mimase. — Me miró — ¿Por qué actuó de esa manera?
"Impulso"
— Rabia. Todo fue por culpa de la gran rabia que le tenía a ese señor.
— ¿Qué la llevó a cometer ese acto?
Rabia.
— Deseo de acabar con su vida.
— ¿Qué relación tenía usted con el fallecido?
"Ninguna"
— No lo conocía del todo bien.
— ¿Alguien la obligó a hacerlo?
"No"
— Nadie, fue una decisión propia.
— ¿Qué relación hay entre Sebástian Fantiny y Samira Rockefeller?
Ellos son algo importante en mi vida, aunque solo me lo imaginé en mi mente, pero lo son.
— Son mis amigos.
— ¿Sabe que lo que hizo se le considera un delito muy grave?
— Estoy consciente.
— ¿Sabe que por ser menor te caben algunos años o quizás meses en el "Instituto de formación"?
— Estoy más que clara oficial. Se que lo que hice no tiene punto de comparación no es necesario repetirlo.
—Primero, tendremos que verificar las cámaras de seguridad para saber que en realidad pasó, a ver si dices toda la verdad.
—No lo hagan, me tomo toda la responsabilidad. Ya les dije yo lo mate por rabia, nada más.
— ¿Te opones o aceptas tu error?
— Lo asumo con total responsabilidad y aceptando todos los castigos pautados por la ley, oficial.
Apartó la mirada y comenzó a escribir.
— Estoy aquí con la niña Mimase Rice Hils Gavión quien declaró ser la única culpable de la muerte de Bob Chamadier, actor de cine y novelas, la niña de dieciséis años que pronto tendrá diecisiete, se ha declarado totalmente culpable y pasará su condena en el reformatorio de Chicago.
La interrogación término y ese mismo día, fui llevada al "Instituto De Formación de Chicago", no pude despedirme o decir adiós, pedí que me informaran de la salud de Sebástian pero nadie me dirigía la palabra, habían millares de camarógrafos fuera de la oficialía, todos esperando que yo respondiera alguna de sus absurdas preguntas, me montaron en el auto, con uniforme nuevo, número de celda y las reglas.
«Espero llegar a morir de la peor manera que exista»