Capítulo 11

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Verle era algo inquietante, se veía bien, olía exquisito, no podemos hablar de su forma de vestir porque se viste como todo un hombre, el único problema que le encuentro es que es muy posesivo y lo digo por todas esas cláusulas que tiene su acuerd...

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Verle era algo inquietante, se veía bien, olía exquisito, no podemos hablar de su forma de vestir porque se viste como todo un hombre, el único problema que le encuentro es que es muy posesivo y lo digo por todas esas cláusulas que tiene su acuerdo, con todas esas reglas de no ser tocada por nadie, por todo. Tengo miedo, no se si sea todo esto la mejor opción, o si debería seguir. 

— Quisiera conocerte un poco. — Me observa de pies a cabeza—Háblame de ti, no de tus malos momentos y tus traumas, quiero saber tus momentos felices, de cómo eres, de tus gustos, etc. 

Por dónde empezar...

— Mi nombre ya lo conoce, no soy la típica chica que todo hombre quisiera y no lo digo por mi falta de experiencia si no es que no todo hombre llama mi atención mis expectativas en aquel entonces eran altas, siento que cuando recuerdo esa parte de mi vida yo solo...

—Te dije que solo los momentos felices, nada de lágrimas.

—Bien, me gusta la moda, la adoro, mi madre a pesar de ser como es, es una excelente diseñadora yo jamás seré la ni la mitad de lo que ella es.

—Creo que puedes hacer todo lo que te propones. Y mucho más que tu madre, tienes talento y te gusta hacerlo solo tienes que dedicarle tiempo y con seguridad te digo que puedes lograr ser mejor que tu madre.

—Tiene razón, pero no es tan fácil como crees.

No tenía mucho ánimo como para hablar de mi vida privada con él, no me siento tan lista para desahogarme.

—Podemos seguir la conversación otro día, no me siento lista como para hablar de mis problemas contigo.

—De acuerdo, pero prométeme que entre nosotros no existirá secretos. Quiero que esto funcione.

—Lo prometo.

—De que quieres hablar entonces.

— ¿Qué haré todo el día aquí? Siento que estar aquí encerrada me molesta más que estar vagando en las calles.

—No creo que las calles se comparen con esto, estás viva, si seguirías fuera estuvieras muerta. Además, jamás te habría conocido.

Él sonríe y a decir verdad lucía tierno, no es una sonrisa forzada ni fingida.

—Quiero saber algo y necesito que me respondas con sinceridad.

—Adelante.

—¿Nunca has tenido novio?

—¿Eso es una pregunta?

—¿A caso sonó como alguna respuesta?

—Si lo que quieres es escuchar porque sigo siendo virgen eso es otro tema, y sí, sí tuve novios.

—¿De verdad?

—¿Lo dudas?

—Y mucho, si es cierto que tengo curiosidad por qué sigues siendo virgen y claro me siento afortunado por eso, pero ¿cómo es posible?

Acuerdos [Vol1]  [Trilogía Relaciones Tóxicas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora