Acuerdos [Vol1] [Trilogía Relaciones Tóxicas]

Capítulo 26

Ella negó.

— No quiero. — Contestó con los brazos cruzados.

— No te pregunte si querías.

— Yo tampoco.

— No te estoy preguntando si quieres o no, eres mía por todo un año, y aunque tú no me "quieras", yo si quiero lo mejor para ti, sé que fallé y lo admito, pero haré lo que sea para tener tu perdón.

— ¿Lo que sea, Sebástian?

— Lo que sea, Samira.

— Pues, sufre, sufre de la manera más malditamente dolorosa posible, luego, cuando sientas que no tienes fuerzas para seguir, entonces te perdonaré, mientras no me molestes.

La intensidad de sus palabras me lastimaban aunque no lo demostrara, sé que he sido un monstruo, y también que debo sufrir pero, ¿tanto? ¡Mierda, esto del amor apesta!

— Si quieres que sufra solo empéñate en hacerme sufrir Samira, y créeme, te está saliendo de maravilla.

— Hago mi mayor esfuerzo. — Sonrió.

— Me alegra que, después de todo, aún sigas teniendo esa bella sonrisa que te caracteriza.

— No te confundas Sebástian, nada es lo que parece.

— ¿A qué te refieres?

— A que conozco cosas de ti que ahora me asustan, pensaba que serias...

— ¿Diferente?

— Exacto.

— Lo soy, créeme que lo soy, Samira.

— ¡Oh vaya, claro que lo eres, me lo demostraste!

— No hablo de ese punto.

— No me importa, ahora solo enfócate en ti y yo trataré de mejorar para pagarte cada centavo que gastes en mí.

— ¡No! No lo digas como si fueras una carga, Samira, por lo que más quieras, deja de menospreciarte.

Puso los ojos en blanco y se apartó de mi vista caminando a la entrada del hospital, me quedé detrás de ella, quería saber con lujo de detalle lo que ocurrió anoche, en las grabaciones estaba todo, pero aun no las reviso, así que fui con el doctor y este habló.

— ¿Por donde comienzo, Señor Fantiny? — Preguntó el doctor mientras buscaba los resultados de Samira.

— Por la primera pregunta que quiero que me aclaren.

— ¿Y esta es?

— ¿La violaron? — Pregunta que salió de mí con bastante pesadez.

El doctor suspiró y comenzó a ojear los resultado, estaba con el corazón literalmente en la mano esperando que me dijera que lo que acabo de preguntar, solo fue una suposición, sé que soy hombre con poca palabra y en ocasiones irradio miedo a los demás por mi carácter rígido y posesivo, pero siento que todo es porque, en ocasiones, el propio miedo a enfrentarme al lado más escondido de mi interior provoca que me sienta incapaz de demostrar lo que siento de una manera sencilla.

El doctor levantó la vista hacia mi, arqueó una ceja y sonrió.

— Señor Fantiny, tengo para decir que la señorita Samira Rockefeller no ha sido violada.

Respiré con normalidad.

— Solo muestra complicaciones para respirar y algunas lesiones profundas, pero con mucho reposos sanarán pronto, tiene la nariz hinchada, ya que me comentó que alguien pateó su cara y la arreglamos un poco.