La puerta sonó, sacándome de mis pensamientos de tristeza y decepción de mi misma, tomé aire y me acerqué a abrirla, me encuentro a una chica frente a mí, rubia con ojos grises y pelo largo, tenía pecas y lucía muy tierna, tiene muchas marcas en sus pies de rasguño y sus brazos y manos tienen marcas de heridas que por lo visto le ha costado sanar. Sostenía un balde con agua y una toalla. La chica sonreía y se le veía que sus heridas dolían pero aun así no borraba esa sonrisa de tranquila, el rostro se le veía de unos catorce o quince años.
— ¿Puedo pasar? — Me preguntó señalándome el balde con agua y la toalla.
Sabía que este lugar no es del todo legal pero no creí que Sebastián emplea a menores de edad.
Se ve que es una niña.
— Claro puedes pasar. — Ella entró y cerré la puerta. — ¿Qué se te ofrece?
— Trabajo aquí. —Dijo mientras mojaba la toalla con el agua y comenzaba a pasarla por las mesitas de noches.
— ¿Perdón dijiste que trabajas aquí?
Ella asintió y continuó limpiando como si no le hubiera preguntado nada.
— Eso quiere decir que... ¿Tú eres...?
— ¡No! — Respondió rápidamente — El señor Fantiny me contrató solo para limpiar, la paga es muy buena y no tengo que hacer mucho, no me quejo es mejor que mi vieja vida.
— Fue muy bueno de su parte, no se le ve el carácter de ser buena persona.
—Pero lo es, agradezco lo que hizo. Por él tengo un cuarto hermoso y mucha ropa y una nueva vida.
— ¿Todas tenemos un cuarto como este? —Señalé mi cuarto.—Siento que tengo más dinero del que debería tener en realidad y creo que me miman de más.
—Tu cuarto es impresionante.— Miraba con asombro el lugar — Es el único cuarto que está mejor equipado.
Él no mentía cuando dijo que tendría todo lo que quisiera o deseara, me siento muy consentida, soy la única en el club que no se tiene que acostarse con nadie, tengo muchos dólares en mi cuenta de banco y un closet con tanta ropa que vestiría a toda la población de estadounidenses.
— ¿Tú solo limpias?
— Sí, es fácil, casi todo está limpio, solo tengo que quitar el polvo y lavar la ropa de las demás. Hacer sus camas, recoger alguna prendas y listo. Los del equipo de limpieza profunda se encargan de lo demás.
— Qué bueno. —Le sonreí — Que bueno ver que debajo de toda esa faceta de presumido tiene corazón y compasión por los demás.
— No lo conozco bien como para jugarlo, solo sé que si me ayudo a mi puede que ayude muchos.
—Pero solo a su manera.
—Nadie es perfecto.
—En eso concordamos.
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Acuerdos [Vol1] [Trilogía Relaciones Tóxicas]
RomanceTrilogía Relaciones Tóxicas Primera Parte (VOL 1) Dos Mundos diferentes. La chica millonaria, abandonada, poco atendida y abusada psicológicamente. El millonario presumido dueño de clubes de prostitución más grande del país. Sus caminos se cru...