Acuerdos [Vol1] [Trilogía Re...

Autorstwa Steysi_98

195K 11.7K 1.3K

Trilogía Relaciones Tóxicas Primera Parte (VOL 1) En un universo de lujos y sombras, ella es una joven here... Więcej

¡ATENCIÓN!
Sinopsis
Prólogo
Personajes
~Portadas~
~Portada~
Mockup
~Booktrailer~
Corte Informativo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Epílogo

Capítulo 33

2.4K 169 14
Autorstwa Steysi_98

Sebástian Fantiny

Faltaba poco para irnos, Samira bajó solo faltaba que Luis saliera del cuarto.

— ¿Quieres para desayunar, Samira?

—Algo ligero, quizás tostadas y jugo.

—No prefieres algo que te de fuerzas, tienes que recuperar energía.

— No gracias, — Parpadeó — estoy un poco cansada y las fuerzas que quiero es solo para comer esa pan tostado y beber ese jugo.

— ¿Estas cansada? Dormiste todo el día y la noche y sigues cansada.

— Tengo sueño ¿Y qué pasa con eso?

— Nada.

La dejé en el comedor y fui a buscar a Amielet, mi ama de llaves, esta estaba preparando el desayuno.

— Señor Fantiny, ¿Cómo amaneció esta mañana?

—Muy bien Amielet, ¿está todo listo?

—Ya casi, solo hago lo que la señorita Rockefeller me pido para desayunar.

—Cuando esté todo listo puedes llamarme y vendré a buscarlo.

—No sea tan amable ese es mi trabajo. Pero antes quisiera decirle algo si no es mucha molesta.

—Adelante puedes decirme lo que quieras, Amiellet.

—¿Quiénes son los que están en el cuarto de huéspedes?

— No se preocupe Amielet, son Luis y Carolayn.

— ¿Luis su primo? Y ¿Carolayn su esposa?

— Sí — Contesté.

— Pues los dos se despertaron con mucho ánimo señor, no pude dormir nada ya que creí que la pared se desmoronaría.

— ¿Me dice que ahora mismo ellos están?

Asintió.

—Vaya hombre, en pocos minutos estaremos en vuelo y me hace perder tiempo.

—Solo le digo porque pensé que nadie podía usar esas habitaciones.

—Se lo preste por unos días pero al parecer no quiere volver a su casa, gracias de todos modos.

Fui al cuarto de huéspedes, cuando llegué toqué la puerta pero nadie contestó, si escuché quejidos y gemidos salir del cuarto, giré la manilla y para fortuna estaba abierta, cuando abrí por completo no me sorprendí al ver a estos dos haciendo la danza matrimonial.

— ¡Cierra la puta puerta Fantiny! —Gritó Luis.

— ¡A la verga los dos, no han dejado dormir a mi personal, y Luis llevo una hora esperando que bajes para poder irnos!

— ¡Que la cierres! — Gritaron ambos.

Di un portazo y salí del cuarto.

Me enferman estos dos, Samira volvió a su cuarto y dejó dicho con Amielet que su desayuno lo hicieran llegar a su cuarto para así darle tiempo de poder arreglarse. Amielet se fue a continuar la limpieza, llevaba el desayuno de Samira y el mío por supuesto, llegué al cuarto, dejé la bandeja y escuché el grifo de la ducha sonar, me acerqué a la puerta y escuchaba a Samira cantar, algo que se escuchaba graciosa pero muy hermoso, tiene una voz preciosa, no la había escuchado nunca cantar y menos en italiano. 

"Hai sempre detto che non te ne saresti mai andato se non avessi fatto bene,
non combattere per quello che vuoi ha solo un nome e si chiama perdere,
se ti ho fatto del male, non era senza amore ma senza intenzione,
dimmi solo quello che preferisci, se hai la possibilità di avere o avere paura,
pensi solo a come finisce,
penso solo a come finirò,
un giorno mi dirai "Mi manca il desiderio", un
altro pensa e non ti ho mai battuto,
ho fatto di tutto perché sei rimasto,
ora non penso a quello che sono rimasto
, ho perso tempo, potrei essermelo guadagnato,
di averti perso per dire che:


Mi dispiace di aver perso tempo ,
Pensando che fai un altro tentativo,
Avendoti, combattendo e sentendoti ti renderei felice,
Respirazione, perché a volte non capisco me stesso,
Come capirò il nostro,
Se non ti capissi mai.


So che nell'importare il passato che hai usato per uccidere è solo per crescere,
che non siamo mai stati due da quando abbiamo contato la paura erano tre,
perché siamo così uguali che se te ne vai anche io,
la colpa è di avere un problema e non impari mai,
se stai per stare con me,
se hai intenzione di correre che è al limite,
so che il futuro non era avanti,
ora mi rendo conto che è con te,
ho già vinto il tempo ed è non perso,
Non ricordo mai, ma non dimentico,
ci sono più carte che mai,
perché non ci sono forze per chi l'ha scritto.



Mi dispiace di aver sprecato il tuo tempo,
pensando che fai un altro tentativo,
Avendoti, combattendo e sentendoti ti renderei felice,
Respirazione, perché a volte non capisco me stesso,
Come capirò il nostro,
Se io non ti ho mai capito.


Perché i tuoi accordi diranno dove sei e i tuoi fallimenti proprio dove andare, quanto
vale la pena se solo l'intensità mi renderà felice,
prima di fare ciò che ci distruggerà, preferisco osservarti e farti,
Non capisci più che non posso darti ciò che non ho e non vivo in me.


Mi dispiace di aver sprecato il tuo tempo,
pensando che fai un altro tentativo,
Avendoti, combattendo e sentendoti ti renderei felice,
Respirazione, perché a volte non capisco me stesso,
Come capirò il nostro,
Se io non ti ho mai capito.


Hai sempre detto che non te ne saresti mai andato se non avessi fatto bene,
non combattere per ciò che vuoi ha solo un nome e si chiama perdere,
se ti
facessi del male, non era senza amore ma senza intenzione, dimmi solo ciò che preferisci , se hai la possibilità di avere o temere"

Su canción sonaba triste, no entendí ni una palabra pero en la forma que cantaba se podía escuchar su tristeza.

Entré sin hacer ruido y me senté cerca del lavabo, ella seguía cantando de espaldas a mí, y no me quejo, tengo la mejor vista de su cuerpo.

— Que triste canción. — Hablé.

Salto de un brinco y casi se cae, dejó caer la esponja de baño y tapaba su cuerpo con las cortinas como si fuera algo nuevo para mi ver su cuerpo.

— ¡Joder Sebástian, no entres así! — Me lanzó un poco de agua.

— Puedo hacerlo, es mi casa.

— Que sea tu casa no te da derecho que entres cuando me estoy duchando pervertido.

— No soy un pervertido, solo vine a traerte el desayuno y luego entre y te vi lavar tu cuerpo y cantar, que por cierto, lo haces muy bien.

— ¡Dios, me escuchaste cantar!

— Claro que te escuché y no te avergüences, cantas hermoso. Cantas maravilloso en italiano.

— No me avergüenzo es que esa canción expresaba lo que siento.

—¿Qué es lo que sientes? Puedes cantar pero esta vez para mi.

—No te la cantaré de nuevo.

—Está bien hice mi mejor esfuerzo.

Cerró las cortinas.

— ¿Y qué cantabas?

— Pues una canción no es obvio.

—Pero de quién.

—De un artista.

—¿Tendré que compra tus palabras para que me digas cual es la artista?

—Ya sabes el precio, quinientos o nada.

—Te doy mil si me dices.

—La canción se llama lo siento, mas no te diré. A menos que me des otros mil más.

—No, me basta con el nombre.

Hubo un silencio incómodo y pensé en salir.

—¿Aun sigues hay?

—Ya me iba ¿Necesitas algo?

—Si, que te vayas, por favor.

— ¿Qué tal si te ayudo? Así terminas mas rápido.

— ¿A bañarme? No gracias, se hacerlo sola.

Me fui acercando a la bañera.

— Créeme que yo sé hacerlo mejor.

— Sé que si, Sebástian.

— ¿Entonces me dejas probar? Prometo ser lo más cuidadoso posible.

Asintió y se sentó en la bañera, dejándome ver su hermoso cuerpo que, aunque marcado por los moretones y herida que tiene, sigue siendo precioso, me comprometí a curar sus heridas aunque me cueste todo el dinero del mundo, siempre a la persona mas herida le quedan las cicatrices y yo trataré de borrar cada rastro de dolor con actos favorables para ambos. Tomé la esponja de baño y comencé a frotar su espalda con cuidado, luego bajé a sus caderas y esta emitió un grito.

— Perdona, lo haré con más cuidado.

— No me dolió, es que sentí...

— ¿Qué sentiste?

—Nada.

Se puso de frente a mí y sonrió, trataba de no dejar caer mi mandíbula porque, por lo que más quieran, esto es una tortura de mujer, y sé que no está en condiciones para eso, pero mi entrepierna quiere explotar no puede aguantar esta tortura.

— Controla eso, Fantiny/ — Señaló el gran bulto que sobresalía de mí.

— Tú lo provocaste, que te quede claro.

— ¿Qué hice ahora?

— Todo mujer, tener esa figura eso lo convierte en un castigo que no puedo soportar.

— Me queda claro, tienes que ser más original cariño, el corazón de una dama es su arma secreta.

— Para llegar al tuyo tendré que quitar muchas paredes de concreto.

—Ese es el precio y tu castigo por ser tan gilipollas.

—¿Qué puedo hacer según tú para llegar a tu perdón?

—¿Otro consejo?

—Te daré los quinientos, necesito el consejo.

— Enamórame.

La espuma se deslizaba por su cuerpo y sus pezones se endurecieron, ella me coqueteaba con la mirado o eso creía yo, solté la esponja y me puse de pie frente a ella, tomé su mano y la puse sobre mi hombro.

—Sabes que no podemos hacer esto ¿lo sabes?

Momento arruinado.

—Lo olvide.

La dejé terminar y salí a desayunar. Unos minutos más tarde ella salió y comenzó a vestirse delante de mí.

— Eres mortificante.

— ¿Por qué lo dices? — Sonrió de forma sexy.

— Me estas castigando, sabes que no te puedo tocar.

— No es mi culpa, estas en mi cuarto y necesito cambiarme y no me importa quien este necesito hacerlo.

—Pero no frente a mi, te tengo muchas ganas y lo sabes.

Se acercó y susurró en mi oído.

—Ahoga tus ganas o mejor has algo al respecto.

No pude continuar con mis pensamientos, se desvanecieron de golpe al escuchar su voz susurrarme al oído con un gemido largo y profundo, relájate me dije, y recuerda que el doctor ha dicho que no puede tener sexo, pero desde que la he visto no he podido imaginar cómo me ha hecho sentir en estos minutos, me aparte un poco y me mire. Y si quizás esto era una prueba y ella lo hace solo para saber hasta dónde soy capaz cuando una mujer me seduce.

— Se lo que haces, no te funcionara, no esta vez, Samira.

Salí del cuarto y puedo confesar que fue una decisión difícil de tomar, ella hacía todo lo posible por tentarme y ver hasta dónde soy capaz y quizás, quizás en un breve momento quise flaquear pero como antes me dije esto es un prueba y si quiero tenerla en mi cama primero tengo que tener su corazón y antes hacerla sanar.

Luis me ayudó con las maletas, Samira entró en el auto y Luis y yo fumábamos en el patio trasero.

— ¿La última fumada? —Dice Luis.

—¿Ultima, quién dijo que es última?

—Solo digo, no quieres cambiar.

—Voy a cambiar pero eso no significa que deje de hacer lo que me gusta.

—Te gustan las mujeres Fantiny, eres enfermo con las mujeres, ¿Cómo lograrás controlar tus impulsos de dominar todo?

—No lo se.

— ¿Estás seguro de que te gusta la chica? 

—Sí, no tengo dudas.

—¿Por qué ella, has tenido mejores?

—No lo se, ella es cautivante, difícil, arriesgada, tímida, muy gritona pero tierna, tiene la combinación de todo lo que ninguna mujer me ha dado en mi vida.

—¿Querías desafíos? ¿De verdad crees poder con esto?

—Quería que alguien le diera sentido a mi vida, ella le dio sentido desde que cruzamos miradas en ese cuarto, desde ver su cuerpo tirado en la calle.

—Pero... —Arrojó el cigarro. — ¿Cómo le harás para que olvide lo de tu padre?

—Buscaré la manera.

Hubo un silencio incómodo en ambos por dos minutos.

—Y... —Dice él. —¿Ya le contaste?

—¿Contarle qué?

—Ya sabes, tu problema, tu pequeña enfermedad.

—No estoy enfermo sexualmente si eso es lo que dices, que me gusten las mujeres no significa...

—No hablo de eso Sebástian, ya sabes a que me refiero.

Lo había olvidado, es una ventaja de tener esta enfermedad cosas que deberías tener pendiente pero no te importan las olvidas.

—No, —Aparté la mirada. —No es algo de lo que se debe de enterar ahora.

—¿Nunca se lo piensas decir?

—Sabes que aunque prometa que lo haré lo olvidare de todos modos, y todo está controlado.

—¿El doctor dijo...

—Ya por favor Luis, el doctor y yo ya hablamos. No pasara nada.

—Solo lo digo por si consideras hacer esta relación más profunda.

—Algún día se lo diré, si no ella se enterara por ella misma, mientras vayámonos mi madre está esperándonos y sabes como se pone si llegamos tarde.

—De acuerdo.

Algunos secretos deben de permanecer siendo secretos aunque afecten a otros.

Ya estábamos rumbo a nuestro destino, Samira se sentó lejos de nosotros. Dijo que quería tiempo para descansar y pensar algunas cosas, sus heridas por otro lado están mejor el polvo que el doctor Williams le dejo ha curado gran parte y ya están cicatrizando y sin dolor por el suero.

—Oye galán porque no vas a ver que trama tu chica, no ha parado de verte desde que estamos aquí. Se que se tienen ganas y eso y que no la puedes tocar pero puedes ir y hablar un poco, no ha parado de verte desde que subimos al avión. 

—¿Y tú cómo sabes que me esta viendo, Luis?

—La he estado observando fijamente y cuando me levanté para ir al baño vi que te tomaba una foto y se la enviaba a alguien.

—¿Eso viste?

—Si, está hablando de ti con alguna amiga.

—Samira no tiene amigas, a menos que sea Mimase.

—No lo se, solo vi cuando envió la foto del nombre no me fije, pero es mejor que vayas y hables con ella se que lo quieres hacer.

—Aja, ¿tu qué harás en mi ausencia?

—Tienes una azafata que está de buena y tiene una falda que grita porque yo la quite, ha estado mordiéndose el labio cuando me ve y me gustaría... ya sabes.

—Sabes que estamos los tres aquí y que no quiero que nadie y digo nadie te vea follando con mis empleados.

—Lo haremos rápido, por favor.

—Bien, no hagas ruido.

—Le amarrare unas toallas a la boca.

—Largo.

Samira tenía auriculares y miraba su teléfono con una gran sonrisa, me senté enfrente y ella dejó de reír y retiro los auriculares.

—Pedí estar sola unos momentos.

—Quise hacerte compañía no quería que te sintieras sola.

—¿Ahora no quieres que me sienta sola?

—Solo trato de ser amable.

—No deberías, pero dime en realidad qué es lo que vas a hacer cuando lleguemos, me encerraran todo el día en el hotel o ...

—Mientras yo hago mis negociaciones tú conocerás a mi madre.

—¿A tu madre?

—Ya le hable de ti, te encantaran, Edin Malave no es una mujer que juzga a nadie.

—Eso veo. —Rodó los ojos. — ¿Y dime como tengo que ir vestida para ver a mi suegrita?

—¿Suegra, significa que me dijiste que si?

—Tampoco te he dicho que no, pero no te ilusiones solo fue un chiste.

Buena jugada nena.

—Puedes ir como quieras, ya te dije mi madre no juzga a nadie por su condición o vestimenta.

—¿El hotel es tuyo?

—De mi madre, le cedí varias de mis compañías activas a mi madre, ella es feliz y así me gusta.

—Tu crees que todo el mundo con dinero es feliz.

—¡Claro que no, el dinero compra pero la felicidad es algo que el dinero no puede comprar lo se por experiencia!

—¿Qué clase de experiencia?

—¿Conversaremos o quieres iniciar una discusión?

—Perdón, solo conversar.

—¿Te puedo contar de mi vida pasada y no te enojaras?

—No tengo por que, eres mi amigo solo escuchare.

Eres buena fingiendo.

—Esta bien, una vez creí estar enamorado, ella era una chica linda, sus ojos eran dos hermosas esmeraldas, su cuerpo era vaya, era una obra de arte.

—Cuidado si te calientes estamos a muchos pies de altura.

—Ella me trataba bien, era alguien con quien podía hablar y contar mis problemas, luego supe que todo era por el dinero, mientras más dinero le daba ella más feliz me hacía, Carlos mi ex supervisor me dijo que hiciera algo para demostrar su amor.

—¿Qué hiciste?

—Por dos semanas no le di dinero de ninguna forma, ni a su cuenta, ni cheques, tampoco efectivo, nada, solo la trate como un enamorado trata a una mujer. ¿Sabes lo que hizo después?

—Te dejo.

—No solo eso, me destrozo, confié en ella y ella solo me reclamo por el dinero no le importo que yo me abriera con ella, que le contara mis problemas, ella solo quería mi dinero y eso me destrozo.

—Pero aun así tratas de resolver todo con dinero, sabes un gesto que hiciste me gusto mucho, para otros eso no debería tener valor pero para mi fue un gran regalo y fue la foto. Ese día fue uno de los mejores y lo recuerdo como si fuera ayer.

—Lo hice de corazón, no quería verte sufrir y ya que me habías dicho que tu padre era la única persona que te entendía quise hacerlo.

—¿La idea fue tuya o de otra persona?

—Fue mía, no contaría tus problemas con nadie. Se guardar un secreto.

—Eso es lo que no quiero, no quiero secretos entre nosotros. No quiero que me ocultes nada, quiero que seas abierto y así podre entender que es lo que quieres en realidad.

A ti.

—Te dije que cambiaré y lo aré, ¿puedes confiar en mi?

—Lo haré, pero antes quiero hablar sobre el tema de tu padre.

—Si quieres lo hablamos luego, no quiero que te acuerdes de nada que te haga llorar.

—Descuida estoy bien.

Su gesto era triste, sus ojos se cristalizaron pero no lloraba.

—Cuando estaba allí dentro... —Mordió su labio, le costaba hablar de eso. —Quería morir, quería que si ese era mi día que no me dejaran vivir por que no quería recordar esto nunca mas.

—Lo se, se que fue...

—Alto, déjame hablar... — secó sus lágrimas. — no se por que tu padre quiso hacerme esto, o no se por que a mi y no a las otras alguna explicación él tendrá, pero a veces te veo a ti y siento miedo.

—¿De mi?

—Te pareces a él, tu padre y tu son iguales, misma risa, misma mirada, mismos gestos, es difícil a veces verte a los ojos y no querer salir corriendo.

—Se que lo que te hizo fue horrible no hay manera de curar ni olvidar pero te prometo que lo va a pagar caro.

—Tuve un sueño, era en el que estábamos en la cama y tu dormías, fue como una breve narración de una historia, yo decía: Al mirarlo dormir quiero y pienso en solo enterrar un cuchillo en su garganta, ver su sangre en mis manos y escuchar sus gritos de desesperación por un poco de aire. ¿Estuvo mal tener ese sueño?

No soy psicólogo pero eso es algo siniestro.

—No lo se, no entiendo tu dolor.

—No, tu no sabes lo que sentí y lo que me molesta es que todos quieren que te de una puta oportunidad sin saber que a veces me siento que quiero estallar y morir del dolor.

—¡Calma Samira, por eso no quería hablar del tema!

—Esta bien, no me alterare. —Controló su respiración. —Me atraes lo sabes bien. Una parte de mi quiere estar contigo y rendirse a ti, pero otra parte quiere mandarte a la verga e irse lejos de ti.

—Entonces,  ¿qué es lo quieres en realidad?

—No lo se, no se si arriesgarme y dar el paso de mi vida o solo irme y acabar con todo esto.

—Te puedo ayudar.

—¿Cómo lo harás? En todo el puto tiempo a tu lado me has hecho sufrir, se pueden contar todos nuestros momentos felices y no duran más de un día.

—Puedo hacer lo que me pidas.

—Ni siquiera se que quiero que hagas. —Empezó a reír. —¿Puedes creerlo?

—Siendo sincero, estoy confundido.

Ella para de reír y me mira fijamente, muerde su labio y se recoge el pelo. ¿Esta coqueteando conmigo?

—Quiero que me beses.

—¿Ahora?

—¡Que lo hagas ya!

Me acerqué a ella y seque sus lágrimas, la bese suavemente, mientras ella me acerca más, su piel se erizó.

— Te quiero. — Susurró en mi oído. —Pero me haces daño y me lastimas. 

— Te prometo que no volverá a suceder.

— Entonces ámame como nunca has amado a alguien en tu puta vida, hazlo de una maldita manera que olvide todo, por favor. 

Seguí tocando su piel y a la misma vez mortificándome por dentro, sentía como enloquecería si seguía.

—Si me lastimas otra vez, todo esto se acabara te guste o no  Sebástian solo será un acuerdo y cuando llegue el año me marcharé y jamás me encontrarás.

—Te prometo que no habrá más sorpresas.

—Ni juegos, ni peleas, ni acuerdos, ni sorpresas, y si algo pasa que llegue a afectarnos a ambos prométeme que me dejaras ir y no te interpondrás.

—No puedo prometerte eso, no quiero dejarte.

—De todos modos está dicho, ahora has lo posible por hacerme sentir mejor.

—Esta bien. —Bese sus manos. —Eres mía y yo seré tuyo como al principio querías. 

—Sabes algo. —Volvió a morder su labio. —Creo que podre olvidar que estoy delicada de salud por un momento y ya sabes...

—¿Quieres que tu y yo....

—Si porque no, estamos a miles y miles de kilómetros y jamás lo he hecho en un avión. ¿Qué tiene de malo?

—¿Cuánta dosis del suero dijiste que te dieron?

—La oferta casi termina, tic tac, tu decides.

—Es que no tenemos lugar, y no quiero ir y solo juguetear como si fuera un colegial, quiero hacerte el amor.

—Podemos hacer una aventura de colegiales si quieres, que tu seas un abuelo no quiere decir que yo lo sea. Apenas son veinte años y quiero experiencias.

—¿En el baño?

—Si, algo rápido.

—¿Y si nos escuchan?

—Ingeniatela, Fantiny.

La tomé de la mano y fuimos al baño a toda prisa, ella no paraba de reír y yo solo tenía en mente en que esto era una locura, jamás había hecho esto y menos en uno de mis aviones, pero tengo que darle crédito a Samira su idea es excitante.

—¿Cómo lo quieres, nena?

—Como me lo des.

—Date la vuelta, recoge tu cabello a un lado y pega todo tu cuerpo a mi, luego yo me encargo.

—No, creo que lo haremos de otra forma, yo me quitaré cada pieza y tu besaras cada parte que deje desnuda.

—¿Sin importar el orden?

—Acaso importa.

Retiró su camiseta y no me dejo tocarla no aun, quito su sostén y lo dejó caer a mi lado tenía muchas marcas en su pecho pero todo fue ignorado al verla sonreír. Lamí sus pezones hasta dejar su piel enrojecida, sus ojos me deseaban y los míos igual, a ella le gustaba verme de esta forma, excitado y desesperado, y a mí me encanta ver el placer y la lujuria expresada en ella.

Luego, quitó el pantalón y volvió a detenerme, supe a donde quería que llegara, quito sus bragas y las puso en mi bolsillo, separé sus piernas dejándome ver su feminidad le di un pequeño pero mortificante beso en sus labios  para desesperarla un tanto, he estado sufriendo, así que le toca sufrir mi tortura y no pienso ser muy amable esta vez. Seguí besando su sexo hasta el punto de lamer y escucharla chillar.

— ¡Levántate! —Dijo jalando mi cabello.

—No, tu no puedes mandar en todo.

—Pero te quiero aquí, necesito que tu...

—Si lo dices lo haré...

Ella sonrió.

—Dilo. —Lamí con suavidad. —Dilo.

Ella chilla, le gusta y eso me enloquece.

No logré contenerme más y despacio me fui introduciendo en ella, sintiendo su estrechez y muriendo del puto placer mientras me adentraba más, un fuerte y ahogante grito salió de ella, con sus manos presionó mi cuerpo y mordió mis labios.

— ¡Sebástian, — Exclamó de pronto —me duele un poco pero no pares!

«Es que no pararé, me hiciste sufrir y casi pienso en acabar con mi vida por ti, ahora si sufrimos será de la manera que conozco, placentera, mortificante, y malditamente excitante»

Y claro que obedecí a sus mandatos, comencé a moverme lento, los movimientos eran suaves pero a la vez mortificantes y excitantes, claro para ella, en un momento sonrió y dio ligeros gemidos de placer, mi interior rebosaba de felicidad al escuchar como mi nombre era arrancado de sus labios y sus uñas rasguñando la pared del baño. Mis jadeos eran incontrolables y sentía que en cualquier momento alguien podría venir y encontrarnos follando, la penetre con mas fuerza, ella no se quejaba y tampoco se oponía mientras seguía subiendo el ritmo, la posicioné de espaldas, levante sus caderas con cuidado a mí y comencé a embestirla con más fuerza pero sin lastimar sus heridas, tiré de su pelo con brusquedad.

— Que estrecha estas... me encantas.

Estaba sobresaltado, y aún seguía castigando su interior hasta sentir como todo en ella se contrae, un grito que inundó el baño se hizo presente para dictar que había llegado al orgasmo, yo aún seguía dentro de ella y en movimiento lentos, con mis dedos comencé a masajear su clítoris.

— Me gusta, — apretó sus manos y golpeó la pared.— me gusta Sebástian.

Sus piernas temblaban al igual que todo su cuerpo, continúe torturando su débil cuerpo hasta que me sentí satisfecho y salí de ella.

— Eso fue grandioso, Sebástian.

—Es mi primera vez en un avión, fue...

—¿No te gusto?

—Me fascino. Solo me hubiese gustado usar la cama.

—¿Hay una cama?

—Si, pero Luis está ocupado.

—¿Ocupado?

—Ocupado, ya sabes.

Salimos del baño y Luis estaba sentado en su lugar y la azafata nos mirada algo incomoda.

—¿Nos escucharon?

—Tal vez, no parabas de gritar.

Ambos reímos, me senté con ella y nos trajeron algo de beber.

— Sebástian, no sé nada de ti, literalmente solo se que te llamas Sebástian Fantiny y que tu madre de se llama Edin, no más.

— ¿Qué quieres saber de mí?

— Todo.

— ¿Sin secretos?

—Sin secretos.

Jamás hablo de mi vida, mucho menos de mis problemas, pero las cosas son como son y si así logro tener su corazón completamente diré hasta lo último de mí, mis secretos se revelarán y mis miedos saldrán a flote.

— ¿Por dónde empiezo, Samira?

— Por el principio.

Asentí y comencé a relatar mi vida.

— Comienza Fantiny, narra tu vida.

— Soy Sebástian Ricardy Fantiny Malavé, tengo veintinueve años, nací el trece de marzo del mil novecientos ochenta y ocho en Las Vegas, Nevada, ¿Te gustaría saber la hora?

— No es un dato que me interesa pero gracias, continua.

— Mi madre es Edin Beatriz Malavé, tengo un hermano no por elección ya lo conoces, jamás conocí lo que es el amor y tampoco veía muestra alguna en mi hogar, mi padre trataba de la mierda a mi madre cuando la conozcas veras porque te digo, estudié varias carreras, fui estudiante destacado en todos los institutos.

— El nerd del instituto supongo. — Comenzó a reír.

— El nerd más atractivo para el grupo de porristas y las chicas populares.

— No presumas. — Bufó.

— ¿Sigo?

Asintió.

— Nunca he tenido una pareja formal así que no conozco ese término de "amor" con exactitud, por eso a veces no se como tratarte por que no se como hacerlo.

—Solo déjalo que fluya no es tan difícil.

—Para ti, para mi es difícil tengo muchos pensamientos encontra. 

Me confundo muy a menudo.

—También, tengo dos clubes y pronto tres a mi poder, uno de ellos se lo cederé a Fausto pero aun lo estoy pensando no se si él este capacitado para dirigir un negocio.

—Dale la oportunidad, no sabes en que sea bueno tu hermano.

—En follar, eso lo se.

—En eso te apoyo, ¿sabías que el también tiene amigas? Me lo contó así de descarado y teniendo a Siena como novia.

—Es algo normal en el, solo dale tiempo y se le quitará.

—Como te seguía contando he tenido una cantidad de mujeres que hasta ya perdí la cuenta y no, no discutiremos el tema, me gusta el ajedrez, cantar de vez en cuando, me gusta leer, amo la literatura aunque no se me note mucho, soy de gustos excéntricos y muy exigentes.

— De eso estoy clara.

— Odio que me contradigan, me gustan las cosas a mi modo.

— Lo sé. — Puso los ojos en blanco.

— Odio a la mayoría de mi familia incluyendo a mi padre, solo puedo sacar a unos cuantos que se han ganado mi amistad a pesar de ser mi familia, sería mi madre que pronto la conocerás, Fausto, Luis, Sabana, Jael y algunos tíos.

— Sigue contando más.

— Me gusta el dinero, creo que tengo sangre verde en vez de roja, — Solté una carcajada — jamás había sentido que amar a alguien doliera tanto, eso es lo que siempre me temía, te confieso también que jamás me he desahogado con nadie de esta manera.

— Siempre hay una primera vez para tod,. Fantiny.

— Y una última también, Rockefeller.

— Continúa.

— No soy de confianza y no se porque lo digo pero a veces no confió en mi propio yo porque puedo cambiar de idea y lastimarme a mi mismo sin darme cuenta, soy muy posesivo y desprecio a los traidores, no me gusta ver a una mujer llorar pero solo si llora con base por eso a las prostitutas del club no les creo nada.

— ¿Jamás te habías enamorado o no creíste enamorarte?

— Creí como te había dicho pero no fue así, el punto está en que ahora tengo algo que ahora mismo lo considero como mi todo y lo que siento no quiero dejar de sentirlo.

— ¿Y es?

Tú ¿Aún no te das cuenta?»

— Y así te dices llamar inteligente Samira,— Suspiré — revisaré tu expediente nuevamente y verificaré en la universidad.

— ¡Sebástian! — Me regañó.

— Me importas mucho y siento que todo lo que tengo no vale nada si no te tengo. Tú me has hecho cambiar.

— Que cursi eres, pero me gusta.

— Soy romántico a mi manera preciosa.

—Voy a dormir un poco, el viaje es largo y necesito recuperar fuerzas.

—Esta bien descansa, hablaré con mi madre para confirmarle nuestra hora de llegada y luego hablaré al doctor Williams.

—Nada de lo que pasó al doctor ya no quiero regaños.

—De acuerdo descansa.

Fue una llamada corta a mi madre, le confirme nuestra hora de llegada y ella estaría en el aeropuerto esperándonos, Luis y Samira descansaban pero para mi era algo imposible no se por que no podía dormir había algo que me molestaba pero no sabía con exactitud que era, en cuanto a la relación que trato de llevar con Samira creo que las cosas van mejorando y no es por el hecho de que tuvimos sexo, no, si no que sostuvimos una conversación y no hubo tanto rechazo de parte de ella, aunque entiendo que hasta este punto debe de estar molesta de todo lo que ha pasado ella es la única perjudicada, la dañada, quiero tratar de mejorar justo para que ella se sienta segura de estar conmigo de que quiera y me pueda dar un si sin ataduras.

Ella me gusta, su forma despertó sentimientos que no había sentido antes y es extraño se siente bien por un lado sentirse así pero es extraño sentirse tan vulnerable por una mujer.

—Señor. — Una de mis azafata se acerca. —Ya casi es momento de aterrizar desea algo antes de abrocharse el cinturón.

— No gracias.

Perdí la noción del tiempo totalmente, Samira aun dormía así que me tomé la libertad de abrocharle el cinturón sin despertarla lo mismo hice por Luis que de todos modos no me importaría si se cayera del asiento o no.

Al aterrizar, levante a Samira y las azafatas se encargaron de Luis mi equipo bajo el equipaje y lo llevó hasta el auto de mi madre, allí estaba ella con su gran sonrisa esperándonos, la abracé y con gusto presente a Samira, su gesto cambió por completo es igual cuando le había mencionado el nombre de Samira a mi madre en su casa, fue extraño.

—¿Nos vamos? — Le dije.

—Claro. —Dijo mi madre. 

Czytaj Dalej

To Też Polubisz

1.2M 76.6K 52
-¡Intento de ser humano!¿Quién se cree que es? -¡Tu jefe! Cosa llamada mi secretaria. -¿¡¡Me acabas de llamar cosa!!? -¡Si! Ese calificativo va con...
74.5K 7.1K 71
Pobre Joseph, alguien debió advertirle que se estaba equivocando al contratar a Lexy como su nueva secretaria, pero se "emocionó" demasiado y la mesa...
36.6K 565 1
El pez cae por su propia boca y Ewan Lockhart, duque de Saint Albans, mejor conocido como el duque infame, está a punto de comprender que la trampa q...
253K 21.3K 37
SEGUNDA PARTE DE "FUERA DEL RING" Bailarina de ballet de día, boxeadora de noche. Paige Tucker Spear es la "Dinamita roja", hija de la famosa bailari...