Acuerdos [Vol1] [Trilogía Re...

By Steysi_98

195K 11.7K 1.3K

Trilogía Relaciones Tóxicas Primera Parte (VOL 1) En un universo de lujos y sombras, ella es una joven here... More

¡ATENCIÓN!
Sinopsis
Prólogo
Personajes
~Portadas~
~Portada~
Mockup
~Booktrailer~
Corte Informativo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Epílogo

Capítulo 21

4.3K 238 93
By Steysi_98

Salí del cuarto y dejé a Samira dentro, ella temblaba del miedo, fui al lugar de cámaras a esperar que el cliente llegara, mientras estaba sentado en la silla que han puesto para mí, pensaba en muchas cosas que andaban en mi mente una de ellas era: ¿quién puede estar tan desquiciado como para pagar cien mil dólares por solo ver bailar una mujer y sin poder tocarla?

Yo, en mi caso ni lo pensaría, aunque por Samira puedo dar billetes, ella es excitante, pero no sé si a esa cantidad, pero billetes sí, es hermosa sí, toda una mujer, oh vaya que sí, y suerte tuve yo que fuera quien disfrutara de su cuerpo puro y me deleitara en ella.

Ella es una chica única en el sentido de la palabra, aún me pregunto ¿Por qué me siento así con ella? Nunca he hecho eso con las otras, ni con Meroly ni Mahia. Y es que no sé con exactitud, pero en ella hay algo especial y misterioso ¿Qué será? No sé, pero estoy dispuesto a averiguar.

La puerta del cuarto de cámaras se abrió, giré el asiento y miré de reojo.

— Señor - dice mi supervisor — El cliente ha llamado.

Ya era hora.

— ¿Qué ha dicho?

— Si es posible dejar la cita para dentro de una semana o dos.

— ¿Cuándo sería esto? — Pregunté.

— El cliente ha confirmado que sería para el 14.

— ¿Sería dentro de dos semanas casi?

— Exacto ¿Qué le digo señor?

¿Perder miles de dólares? O ¿Esperar hasta la fecha?

— Confirmarle que sí.

Mi supervisor se marchó a informarle a Samira, yo me quedé en el cuarto de Cámaras para ver la reacción de ella cuando le digieran, la veía dar vueltas de un extremo a otro del cuarto, pasaba su mano por su pelo y suspiraba, cuando Carlos, mi supervisor, entró en el cuarto ella se espantó y brincó del susto. Carlos le dice que la cita será para después y ella lo abraza con alegría.

¡Hay mi pobre niña!

Salí y me dirigí a ella, cuando llegué al cuarto donde estaba, la veo con una gran sonrisa, corrió a mí y se abalanzó de un solo salto, me abrazaba con fuerza, su cuerpo era una delicada pluma que ha sido corrompido por mí, tanto que ahora la considero como mía en el sentido de algo personal, no hablo de relación estable, casamiento o ligue casual, en realidad ni siquiera sé a qué me refiero exactamente, solo sé que ella es especial y se convirtió en algo tan valioso para mí en unos pocos días, tener pena al principio hizo que mi frío corazón conociera lo que es la humildad, no soy bueno para nadie y mucho menos para estar con una mujer solamente, pero, siendo realistas, a todo mujeriego le llega una mujer que despierta esas palpitaciones y ritmo cardiaco elevado, en este caso siento que mi verga está atada al cuerpo de Samira por alguna razón, a veces pienso que si no fuera hijo de mi padre ¿Cómo sería mi vida? ¿Me basaría solo en follar y dinero?

El dolor que mi madre pasó con mi padre en sus años de ver como él se follaba a cuantas mujeres quisiera en su rostro me hizo ser así, y es de resaltar, no por ser hombre y tampoco por ser hijo de mi padre, pero, tengo el encanto de él, soy su mismo retrato, solo que una versión más joven y más actualizada, en si nunca acostumbré a ver muestras de amor en mis padres, cariños y besos eran muy difícil de ver en mi hogar, solo discutían y escuchaba a mi padre gritarle a mi madre para que ella estuviera con él, a veces ella se negaba, otras veces lo tenía que hacer ¿el por qué? No lo sé, parecía que su amor por él era más grandes que las infinidades de traiciones que tuvo que soportar.

Todo en su relación pareciera ser un acuerdo, pero un acuerdo para mantener la familia unidad por nosotros, pero, nada encajaba.

Por eso pienso, no puedo estar en una relación seria con una mujer, primero no la haría feliz porque no controlo mi cuerpo de la manera que ella pidiera que fuera, ya lo he demostrado al estar con Mahia y no solo ha sido con ella, segundo, soy cambiante en cuanto a mi personalidad, tercero, nunca me he logrado enamorar, y si pasa, sé que será algo muy intenso lo que sentiré y no quiero que, cuando eso pase, me destrocen a mí, por eso y unas cuantas cosas más prefiero llevar la vida alegre y sin preocupaciones que estar recordando fechas, aniversarios, días festivos, San Valentín, cumpleaños y todo lo demás.

Ventaja de estar soltero y tener una chica entre tiempos, no existen compromisos y el sexo y el amor no van de la mano.

Ahora que lo pienso eso de amigos con beneficios que Samira menciono es algo que me viene a la mente, es mejor una amistad en todo esto si quiero que las cosas funcionen de verdad.

Ahora bien, volviendo a la realidad, aun ella continua abrazándome y seguía temblando.

— Si supieras cuanto me alegra el ver tu rostro de nuevo, Sebástian. — Susurró en mi oído. — Te juro que casi muero allí dentro.

— Me alegro de que estés feliz por verme, ya puedes respirar con normalidad, hoy tienes el día libre.

— ¿De verdad?

—Sí Samira, te lo has ganado, también quiero que descanses y pienses de la manera que remodelaremos tu cuarto, ya que Meroly se encargó de hacerme gastar más dinero en ti y así me pagas de una manera especial.

— ¿Especial dices tú?

— Ya sabes con dinero de verdad o prefieres que sea yo quien pague por todo.

— No lo gastes, tengo dinero y puedo ponerlo a mi gusto si quieres. Agradezco todo lo que haz hecho por mi, Sebástian. 

Negué.

Solo bromeaba con lo de pagar con dinero, no dejaría que gastara una sola moneda de su dinero. Soy muy codicioso, pero se cuando las cosas me tocan a mi resolverlas.

Esta es una de ellas.

— Ese dinero es para ti y tus estudios, quiero que después de esto retomes tu carrera y rompas la reputación de tu madre en cuanto a sus diseños, tienes potencial y quiero que lo aproveches, no solo quiero que pienses que estás atrapada aquí.

Ella sonríe.

—  Puedes creer que de todas las personas que están aquí de ti es la que temo más.

— ¿Eso por qué? Jamás te haría daño. 

— Eres extraño, sueles ayudarme, sonreír y disfrutar conmigo, pero luego no sé, te cansas o algo. Eres diferente, cambiante, a veces siento que te aborrezco y otras veces me haces sentir especial. 

No sé porque soy así, quiero cambiar pero no puedo hacerlo siempre hay algo que me impulsa a regresar como soy.

— No sé porque soy así.

— ¿Por qué eres bueno conmigo?, ¿qué es lo que viste en mi que te llamó la atención y dijiste que sería yo a quien tus clientes adoraría?

Difícil pregunta.

— No tengo respuesta a eso, solo sé que, por ahora y hasta que el acuerdo finalice, las cosas cambiaran por aquí.

— ¿Qué clase de cambios?

— Cambios favorables si eso es lo que quieres saber.

— Está bien, — besó mis mejillas. — ¿Qué haremos ahora Fantiny?

— Tengo pensado algo interesante.

— ¿A qué llamas interesante?

— Pues he pensado en darme una pequeña dosis de esa droga que tanto me gusta.

— ¿Lo dices a broma, verdad?

— No, lo digo enserio.

Samira se puso de pie frente a mí, se encogió de hombros y dio dos pasos atrás. Me reí de ella, es tan inocente que no entendía a que me refería, mi único vicio físico son las mujeres y si digo lo bella y encantadora que está, además que el traje que traía era muy provocador y vi como uno de los guardaespaldas la miraba de una forma que me desagrada. 

La tomé de la mano y la jalé a mí, le di una nalga frente a todos y está chilló. Odio que lo que es mío lo deseen y sin ningún beneficio.

— ¿A qué ha venido eso? — Preguntó mirando a los guardaespaldas avergonzada. 

— ¡A que, ­— Grité — si algún imbécil cree seguir mirándote, lo despediré de inmediato!

Carlos reía, yo seguía sosteniendo a Samira de sus brazos, por alguna razón su piel se erizo y sus mejillas se tiñeron de un pálido rosado, sus ojos brillaban como si estuviera en el reflejo del sol.

— ¿Estas celoso, Fantiny? ¿Piensas que alguien ademas de ti me desea?

— ¿Celoso yo? — Reí. — Eso nunca.

— ¿Estás seguro?

— Ya te he dicho que no.

— ¿Y si por alguna razón yo...— Quitó un botón de su traje. — Quito este botón tan molesto y continuo hasta desvestirme completamente aquí sin ningún permiso o autorización, que pasaría?

Se lo que hace, quiere provocarme, le gusta que le hable de una manera que no le gusta.

— Hazlo querida.

Si así quieres jugar, ambos podemos servimos de esa botella y beber de esa copa.

— ¿Lo hago, no te molestara?

— Hazlo. — Me acerqué  y susurré. —  yo estaré encantado de ir a visitar a Rossy una de mis muy, muy buenas amigas.

— Sabes que — Volvió a ponerse el botón. — esto ya no es divertido, Fantiny.

— ¿Ahora no lo crees? — Reí a carcajadas. — ¿Yo pensé que si querías hacer esto?

— Olvida ese tema, háblame de tus asuntos drogadicto.

—Si por supuesto, — dibujé una sonrisa malévola — mejor olvidemos ese tema y en cuanto a mis problemas de drogadicción, tú eres mi droga.

Suspiró y posó su cabeza en mi pecho, hizo un puño y golpeaba suavemente.

La he molestado, justo lo que quería.

— ¡Hijo de... — No termino lo que iba a decir. — Ya estaba pensando en matarte aunque me provocaste con tan solo mencionar a unas de tus muy buenas amigas.

— Pues sí, es la verdad, tú eres la droga más malditamente adictiva y no te preocupes mientras seas una buena niña no tendré que llamar a ninguna de mis amigas después de todos sabes cómo ponerlas en su puesto.

— Y lo haría cuantas veces sea si no me dejan disfrutar de mi cena otra vez.

— ¿Entonces, Rockefeller? — Me fui acercando a sus labios.  — me dejas drogarme por una vez más? Y que conste que quien me provocó a decir esas cosas ha sido tú y solo tú.

— Esta bien drogadicto lo puedes hacer solo si compartes la droga conmigo.

— Con gusto preciosa.

Esa noche no fue más que otra escena erótica de un libro de relatos eróticos, sí, disfrute de su cuerpo nuevamente, dos veces para ser exacto. No me canso de tocar su cuerpo, ver su inocente sonrisa, y su mirada tímida.

Al despertar, ella no estaba en mi cuarto. Escuche que al dormirme ella salió y fue se tomó muy enserio lo que dijo sobre amigos con beneficios.

Salí de mi cuarto a mi oficina, para mi sorpresa el idiota de mi hermano estaba allí y con una mujer, más bien su mujer.

—¡Cinco segundos, Fausto, cinco segundo para que subas tu bragueta, ella se ponga el vestido y salgan los dos de mi maldita oficina!

— ¡Lo siento Sebástian, no sabía que estabas aquí!

— ¿Haces esto cuando me voy a casa o cuando no estoy?

— No, es que tu chica entre tiempos ella me dijo que...

Lo interrumpí de inmediato, nadie puede decirle chica entretiempos a menos que sea mi abogado y yo.

—Se llama Samira, sabes que no me gusta que la llames así, no tienes el permiso ni la autorización para llamarla de esa manera. 

— ¿Ella es de la que todos hablan cariño? -Dijo la chica mientras se vestía.

Fausto asintió y la ayudó a subir el cierre de su vestido, él volvió a disculparse y lo saque rápidamente, no quería estallar en ira solo por sus jugueteos de niño inmaduro. Además, solo yo puedo utilizar mi oficina para propósitos que no sean del club.

Pedí que trajeran mi desayuno, la chica que contrate para limpiar entró con cubetas y varias cosas más de limpieza. No se percató de mi presencia y al mirarme se asusto y dejo caer un balde de agua sobre la alfombra.

— ¡Lo siento muchísimo! — Dijo tratando de secar el agua. — ¡Por favor no me corra por esto!

— No lo haré, descuida. — La puse de pie. — Es solo una alfombra vieja y es agua nada de que preocuparse.

— De verdad lo siento señor Fantiny, puede descontar esto de mi paga, le prometo que no pasará otra vez.

¿Descontar de su paga, solo por agua?

— Ya te dije que no te preocupes, además ya era tiempo de quitar esta alfombra vieja y barata, solo ayudaste un poco.

— Entonces me disculpa iré a informar al equipo de limpieza profunda para que quiten la alfombra.

Ella se dirige a la puerta pero la detuve, desde que llegó no he tenido tiempo de conocerla y como hoy no iré a mi rutina de siempre de GYM es mejor conocer quién es.

— ¿Puedes sentarte unos minutos, me gustaría hablar contigo?

— ¿Ahora, tengo mucho trabajo?

— Yo soy tu jefe, yo decido si trabajas o no.

— Usted manda, —se sentó. — ¿qué me quiere decir?

— Más bien preguntarte sobre ti, apenas conozco tu nombre.

-—Me llamo Mimase Rice, tengo 16 años de edad, mis padre murieron, que en paz descanses, he vivido en las calles durante un largo tiempo, me gusta el chocolate y las canciones de Miley Cyrus.

— ¿Miley Cyrus?

— Si, sus canciones tienen sentimientos. ¿Qué música le gusta a usted?

— Clásico, nada de pop ni rock, solo clásico.

— Ya veo.

— Cuéntame sobre ti, ¿qué más te gusta hacer?

— Diversas cosas, me gusta medirme todo el armario de ropa limpia que tengo ahora, ver lo hermoso y brillante que está mi pelo y comprar cosas con el dinero que gano honestamente.

— ¿Te gusta estar aquí, digo no crees que soy muy estricto con las reglas? Ya sabes... ¿no es muy frustrante mi forma de ser?

— Creo señor Fantiny que usted es muy bueno y muy amable, solo tiene un problema que quizás nunca ha aceptado en su vida.

— ¿Cuál es según tú?

— Su obsesión.

— ¿Obsesión, cómo?

— De todas las chicas que están aquí la que tiene más de cinco cámaras en su cuarto es Samira, no deja que ella salga sola y si lo hace manda a dos guardaespaldas a vigilarla, tiene acceso a su información personal y siempre que puede revisa sus cámaras para ver que todo está bien, si no es lo que creo puede decirme que me equivoco.

¿Tengo una obsesión?

Es cierto que tengo todas esas cámaras y si quizás la vigilo más de lo que debería pero solo lo hago porque en realidad ella me importa.

— No estás equivocada. — mi teléfono comenzó a sonar. — sé que tengo ese pequeño problema pero es que ella me importa realmente.

— ¿Tanto te importa que a veces la veo llorar por ti?

— ¿Por mi?

—Sí, ella a veces se pone triste, justo ayer cuando salió de tu cuarto la vi llorar, le pregunte y no quiso hablar conmigo solo me dijo que quería estar sola. 

— ¿Crees que fue por mi culpa? No le hecho nada, ayer estábamos de lo mejor. La pasamos muy bien. 

— Seguro ella dolida por algo, algún recuerdo o un mal momento.

— ¿Qué crees que puedo hacer para hacerla sentir mejor?

— Primero. — Tomó mi teléfono y lo apagó. — Calla esa cosa, si puedes vaciar tu lista de amigas por unos meses hazlo, la tienes a ella para ti ¿quieres más?

— Son situaciones distintas, no entenderás mis deseos.

— Si tanto te importa solo hazlo, cambia por una vez y veras que bien se siente.

— Voy a cambiar pero lo que me pides es mucho.

—¿De qué manera ella te importa, por dinero, lujuria, algún fetiche raro del que no sepa?

— No soy fetichista y no, no es por lujuria, quizás por dinero pero no es así, si fuera solo por dinero ella estuviera trabajando para mi pero para disfrute de mis clientes.

— ¿Entonces qué, por qué importa?

— Porque... — Me perdí en mi mente por un momento. — siento algo que jamás había sentido con nadie cuando estoy con ella.

— ¿Te sientes bien a su lado? ¿Te hace feliz? ¿Te saca una sonrisa cuando estas mal?

— Me siento diferente es todo.

—Esta bien. —Se levantó y tomó su cosas. — Bonita charla. Tengo trabajo.

— Espera...

Quizás si esté obsesionado pero ¿cómo demostrar que no es así? ¿cómo hacer que Samira confié en mi y que no me crea solo alguien que quiera usarla?

— Necesito tu ayuda, Mimase. Quiero que ella confie en mi de una manera que no crea que solo la estoy asfixiando y usando. 

— Te costará jefecito.

— Te doy lo que quieras, una casa, una propiedad a tu nombre, más dinero, un yate, todo. ¿Quieres un perro? Puedo dartelo si quieres. 

— ¡Detente ya!—  Rodó los ojos. — ¡Vaya que eres asfixiante!, compras a cualquiera con todo eso y créeme que quiero todo lo que dijiste pero haciendo esa clase de tratos no conseguirás nada bueno de alguien.

— Por eso te pido ayuda a tí, ¿qué puedo hacer para que ella confié en mí de verdad?, no quiero que se sienta intimidada o muy aprisionada por mi culpa.

— Empieza con quitar las cámaras de su cuarto, estas loco al poner tantas. Existe privacidad lo sabías. 

— Lo hago como medida de seguridad.

— ¿Pero en su cuarto personal? ¿Acaso ella no puede tener intimidad?

Esta bien, suena mal.

— Lo haré, ¿crees que funcione?

— Por supuesto que sí, le dará más confianza.

— ¿Qué más puedo hacer, darle algún regalo? ¿Comprarle algo que la deslumbre? 

— Solo no sigas dándole cosas que no quiere, ella necesita hablar y que la escuchen, necesita un amigo no un cajero bancario. 

— Puedo ser su amigo, la llevaré a un psicólogo como prometí.

— Vez, esa es una buena iniciativa, así se sentirá mucho más a gusto contigo.

— ¿Qué más?

— Bueno... — Miró a todas parte. — Puedes quitar la cámara que está en su área de trabajo.

— Esa no puedo, es por su seguridad.

— Ella me dijo que le molesta que la vean bailar y más cuando tiene que usar objetos sexuales para estimularse.

— Pero solo yo la veo nadie más.

— ¿Estás seguro? ¿Quién más tiene acceso a esa cámara?

— Carlos, Fausto, yo.

— ¿Y tú aún crees que eres el único que ve sus bailes?

— ¿Fausto no lo haría? Solo tiene acceso por si algo sucede. 

— ¿Estás seguro?

No puedo confiar en nadie, ella tiene razón.

— Esta bien quitare esa cámara para que se sienta más cómoda pero dejaré el audio asi puedo saber qué está pasando sin necesidad de ver ¿te parece bien?

— Me parece más que bien, a ella le encantará.

— ¿Qué más puedo hacer? Necesito todo lo que tengas. 

— Mmm, bueno.... Cuando ella se enoje contigo, y se vaya, síguela, cuando se le quede mirando a tus labios, bésala, cuando te empuje o intente golpearte, abrázala y no la dejes ir.

— No se si Samira será esa clase de chica que le gusta que la persigan o que haga todas esas clases de cosas. 

— ¿Continuo o no?

— Adelante.

— Cuando la veas desarreglada, dile que se ve hermosa. Cuando la veas llorando, no le digas nada solo abrázala. Cuando este asustada, hazla sentir protegida.

— Eso suena como a ella.

— Cuando ella te extraña sufre, pero no siempre te lo dirá. Tienes que estar muy atento a esos detalles Fantiny ella es muy cuidadosa.

— Lo estoy anotando todo, puedes continuar.

— Cuando le preguntes si algo anda mal, y te dice que no, no le creas, llámala, hablen, no se queden con la curiosidad de más. Cuando este aburrida o triste, invitala a salir aunque sea a caminar.

— Eso hago, me tomo todo esto enserio, trato de animarla para que no tenga pensamientos triste y que siempre pueda estar de ánimo. 

— Lo más importante es que siempre hazla saber que es importante para tu vida. Cuando vayas a algún sitio con ella, no le quites la mirada por mirar a otra.

— ¿Te habló de mis amigas?

— Claro que lo hizo.

— Estoy tratando de cambiar poco a poco. ¿Qué más tienes para mi?

— Abrázala y dale muchos besos, a ella solamente porque es tu chica, déjala que te muerda tus labios, deja que sepa que eres de ella nada más, no le pongas cachos en su cabeza, ponle una corona porque es una puta reina, cuídala, ámala, sé cariñoso, amable, confía en ella.

— Que intensa eres niña. Quiero consejos para la confianza no para casarme con ella. 

— ¿Quieres más?

— Puedes seguir hablando. 

—Mandale un mensaje de; buenos días, buenas tardes, buenas noches, invítala al cine, si no puedes, invítala a ver películas en tu casa, el dinero no compra al amor pero la sinceridad, la honestidad, ser fiel, amar y ser detallista, le ganan a un hombre con dinero.

— Tienes buenos consejos. Muchas gracias. Los anote todos.

— Eso espero, no repetir esto dos veces.

— Solo no le puedes decir, quiero que sea entre nosotros. Ya sabes algo de amigos.

— Yo te considero familia Sebástian, me salvaste de morir en las calles no se como pagarlo. Además haría cualquier cosa que me pidieras, eres como un padre, un amigo. 

— Ya lo estas haciendo, continúa ayudándome y nuestra deuda quedará cerrada para siempre. Y tenlo por seguro que siempre seré tu amigo o tu padre como quieras decirme. 

— Trato hecho. —Me extendió su mano.

— Es un acuerdo, señorita Rice. Pero antes  de irte dime la verdad.

— ¿Qué quiere saber?

— Los consejos que acabas de darme los sacaste de Internet, ¿no es así?

— La gran mayoría. Lo siento.

— Descuida, gracias de todos modos.

La reveladora conversación con Mimase me hizo recapacitar en mis actos, estoy actuando mal en muchas ocasiones y no me doy cuenta que lastimo a las personas que me importan.

Termine de desayunar y fui al cuarto de Samira, tenía una llave he iba a entrar sin preguntar pero como quiero que confié en mi mejor hago lo que creo que es correcto y toco.

Ella salió después de cinco minutos, tenía su pijama puesta aun.

— Buenos días. — Le dije.

— Pasa. Crei que habias ido a tu casa o al GYM. 

—Quise descansar un poco de la rutina.

—Ya veo, estás cambiando. 

Por tí. 

—¿Cómo amaneciste, Samira? ¿Te duele algo? ¿Tienes hambre?

— ¿Por qué tanta amabilidad, Fantiny?

Los consejos de Mimase son muy buenos pero creo que esta chica me conoce mejor, no suelo ser tan gentil y mucho menos en fijarme tanto en los detalles pero quiero cambiar y me prometí a hacerlo y lo haré.

—¿No puedo ser gentil contigo?

— Me asustas, solo te portas asi cuando quieres coger. ¿Acaso tú quieres...

— Justo ahora no vengo para eso, te fuiste en la madrugada.

— Quería estar sola por un momento.

— ¿Te sentiste mal por algo que dije o hice?

— No tuviste la culpa, fue un mal recuerdo, yo solo quería ... — suspiro. — Solo quiero salir un momento a solas y tomar aire.

Tengo que hacer que confié en mi.

— Puedes hacerlo, recuerda que me venciste en mi casa y ese fue nuestro acuerdo.

— Digo sola en el sentido de no tener guardaespaldas conmigo.

— Puedes irte sola, ellos no irán contigo.

— ¿De verdad dejarás que vaya sola a la ciudad y sin ninguna supervisión?

— No me hagas retratarme, puede ir y salir las horas que quiera. Toma un respiro de todo este ambiente tóxico que te rodea. 

— ¿Enserio? — Me miro confundida. — ¿Estás enfermo, Sebástian Fantiny?

—Te veo algo decaída y te necesito alegre y si esa es la única forma en la que te sentirás mejor pues hazlo.

Ella sonríe a medias y suspira.

— ¿Quieres venir conmigo?

— ¿Me estas invitando a otra cita de amigos?

— Eso creo pero solo si quieres Fantiny, así te cuento más de mi.

— Me parece bien, vístete tendré por ti en una hora.

— ¿Dónde irás?

— A mi casa, no acostumbro a dormir aquí y necesito relajarme igual.

— Está bien, estaré lista en una hora.

Y en lo que quedó del día la pasamos bien, fuimos a desayunar, luego a un parque, de compras para ella, fuimos a la ferretería a elegir los nuevos colores de su cuarto y para terminar nos encerramos en un tocador de una tienda porque mis ganas por tomarla frente a todos eran muchas y mi auto estaba un poco lejos.

Mientras estuvimos fuera, Mimase se encargó de retirar las cámaras de su cuarto y de su cuarto de trabajo, si quería que esto funcionara y poder ganar su confianza tenía que ir empezando con cosas pequeñas.

— ¿Y ahora qué haremos?, falta poco para abrir el club y créeme que la he pasado super bien.

— Lo se, tu enorme sonrisa lo dice por si sola y te luciste en la tienda. 

Estábamos en un restaurante cenando, esta vez el postre fue a petición de ella.

— Aquí viene el postre. — Dijo agitando su cuchara como niña. — Se que te encantará.

El postre era pastel de vainilla con mermelada de fresa y trozos de chocolate amargo con fresas picadas, mi favorito.

— ¿Cómo sabías que este es mi favorito?

— He hecho mis investigaciones y digamos que tu hermano te conoce mejor que tu a él.

— Fausto es difícil de lidiar por eso no mantengo mucho contacto con él.

— Pero sigue siendo tu hermano eso no cambia y se que te aprecia mucho aunque no lo demuestre. 

— No lo entenderás Samira, mi familia no es como las típicas familias que se quieren y que siempre para navidad tiene el retrato listo.

— Me hubiese gustado tener un hermano o hermana así tendría a alguien que me cuidaría o yo ella o el.

— Si tuvieras uno no dijeras eso, solo los hijos único dicen eso.

— ¿Qué tiene de malo tener un hermano?

-Dirás que tiene de bueno. Solo con saber que tu vida de niño mimado se acaba por que siempre están pendiente de tu hermano.

— Lo dices porque eres el primero y el es el segundo, ¿y si no fuera así?

— No lo se, pero no todos los hermanos se aman como crees, solo en las películas ves eso.

Ambos reímos.

— Luego de esto iré a trabajar, ¿y tu iras?

— A casa, necesito pensar algunas cosas que están dando vueltas en mi cabeza en estos días. Necesito resolver mis conflictos.

— Eso quiere decir que no te veré esta noche.

— Exacto, te dejare descansar de mi solo por hoy. 

— ¿Lo harás o te iras a donde una de tus amigas? Puedo ocupar su lugar si quieres, haré todo lo que haces con ellas solo no vayas a donde ninguna. 

Que tierna.

— No follaré con nadie si a eso le temes, solo iré a descansar un poco. No lo he hecho en años y ahora siento que me gusta esto de salir un momento y romper la rutina.

— Algunos cambios son buenos.

— Lo hago poco a poco ahora disfruta tu postre casi es hora de regresar.

Camino al club mi teléfono comenzó a sonar, ya se estaba tornando fastidioso, lo iba a apagar pero Samira lo tomó y miró la fotografía y preguntó: — ¿Quién es ese señor?

— ¿Señor, no es una mujer?

— Es un señor. — Bufó. — Sólo dime quién es.

— A ver. No sé de qué señor me hablas. 

El señor del cual hablaba era mi padre muy rara vez me llama y cuando lo hace solo es para hablar de algún nuevo problema en el club.

— ¿No contestaras?

— No tengo por que hacerlo, no me importa lo que dirá.

— Esta bien no me entrometeré en tus asuntos familiares.

— Y te lo agradezco no sabría cómo llevar tanta carga.

— Descuida entiendo, ¿misma situación con los padres lo recuerdas?

— Es gracioso tenemos padres que apenas si le importamos. 

— Bien dicho mi querido amigo.

(..........)

Y las semanas pasaron, y mientras los días seguían transcurriendo fui familiarizándome más con Samira, descubrí bastantes cosas de ellas, ya las sabía, pero oírla relatándolas fue algo que me relajaba y me sentía en un espacio diferente al que acostumbro siempre.

Era algo tranquilizador.

La escuché hablar italiano, lo que es una maravilla poder oír su acento y lo bien que suena, escuchar historias de Marcos Rockefeller, su padre, el cual con mucha tristeza contaba, decía que él la amaba mucho, a ella y a su madre, que la inspiración de Samaira a crear diseños fue por su esposo, ya que él era un gran empresario muy conocido y ella quería vestirle a su gusto, fue ahí donde Samaira empezó a crear y volverse famosa, luego, como relata Samira; ella se dejó cegar por la fama y la fortuna, cuando enfermó su esposo, no le importó, porque ella mantenía un noviazgo escondido con Bob en ese entonces, luego de morir su padre, Samaira, a los pocos años, volvió a casarse, dejando de lado a su hija, la cual lloraba la pérdida de su padre todo los días, el día de la muerte de Marcos, Samira estaba en sus brazos, dejó de respirar y Samira, al relatar, comenzó a llorar, este, antes de morir le dijo: "Cuídate mucho mi vida, no estaré para cuidarte, pero encuentra a alguien que te cuide de la manera en la que yo traté de hacerlo mientras estuve a tu lado"

Palabras que me dolieron un poco, si mi padre fuera así, mi infancia no hubiese sido tan fría en cuanto al amor, de mi madre no me quejo, dio todo por él, por mí y por Fausto, luego sentí la necesidad de apartarme de ella, a Samira le costaba hablar de su vida y más cuando le pregunté de cómo comenzaron los problemas de Bob, decía ella que él entraba a su cuarto cuando esta estaba bañándose o durmiendo, la tomaba de brazos y la obligaba a besarle, esta, siempre gritaba y él se apartaba, pasaron cuatro  o cinco años y ella tomó valor y se lo comentó a su madre pero esta solo dijo que ella estaba loca y que mentía porque estaba enamorada de Bob, lo que es un tanto estúpido ya que me dijo que él le pone el cuerno a su madre con otra actriz y esta se hace de la vista gorda.

También me comentó que su madre le había puesto un mensaje, según el mensaje ella quería verla, al parecer los titulares de los periódicos se hicieron viral, está, por su puesto se negó, destrozó el teléfono, el cual tuve que comprarle uno con la advertencia de que si lo destruía por unos de sus arranques de ira la castigaría severamente.

Sería un castigo sexual obviamente.

Samira se acostumbró a tener sexo conmigo justo como lo acordado y gracias Dios que fue así, lo hacíamos a veces como el acuerdo mandaba, entre tiempos, a veces hasta eran seis tiempos, ya que, después de que ella bailara yo agotaba sus fuerzas y la follaba con más ganas, nunca escuché de ella alguna queja, solo me suplicaba más y más, y ¿Quién soy yo para negarle a una mujer sus deseos? Y más si me complace a mí, en esa semana fuimos interrumpidos por la famosa llamada "regla o andrés" que en este caso sería el periodo.

Me enfureci bastante, ya que quería que la acción continuará, hasta le supliqué a Samira en varias ocasiones que me dejara tocar su cuerpo solo un instante, esta se negó, estaba de muy mal humor, hasta Mimase me preguntó si estaba embarazada.

Por suerte no lo está, ya en su primer mes el doctor Bryce hizo análisis en Samira y le dio las patillas que debería tomar, luego las cambio por inyecciones para que no se le olvidará.

Remodelé todo nuevamente, reforzando las puertas de todas las habitaciones, incluyendo la mía y la de Samira. Me sentí de maravilla con todo, Fausto y yo tuvimos una intensa charla, es que, últimamente, me he sentido de una manera diferente y algo extraño con respecto a Samira.

Flashback

—  ¡Hijo de tu puta madre, Fausto! — Grité ya que Fausto derramó café caliente en mi pierna y este ardía como el demonio mismo.

—  ¡Imbécil!, ella también es tu madre. ¿O ya se te olvido?

-— No jodas y dime a qué has venido. Siempre haces algo para que te grite imbécil.

—  A lo que siempre vengo, Fantiny, ¿a qué más crees?

— ¿Problemas en el negocio? Creí que todo estaba bien con el club. 

- Sí y no, sabes que la última vez que tu loca ex chica entre tiempos, que en sí está loca, vino y armó tremendo papel frente a todos y destrozó parte del club, la hemos estado buscando.

— ¿Y?

— Que Meroly aún no ha parecido y tiene el maldito expediente de Samira, tu nueva personal ¿O ya lo olvidaste?

¡Joder, lo olvide!

Todo este tiempo me he enfocado en disfrutar de mis pequeñas vacaciones y he olvidado que toda la información personal de Samira está en manos de Meroly y quién sabe qué cosa ella haga con su información.

— Se nota lo ido que estas Fantiny, aterriza y vuelve a la realidad. ¿No sabes lo peligroso que es que Meroly tenga en sus manos el expediente de Samira?

—  Sí, lo sé, solo es que me distraje.

—  Ya ándale y aterriza de esa nube, vuelve a la realidad, Fantiny.

— Estoy en la realidad. ¿Qué? ¿No crees que sé todo lo que pasa a mí alrededor? ¿Crees que no me dio un infarto el día que tenía que pagarles a las chicas?, ¿Crees que no me siento como un animal por todos los problemas que tengo? ¿Qué te crees? ¿Qué vivo la vida fácil solo follando?

— Creo que optaré por la última opción, estas muy distraído con Samira últimamente, la mimas mucho y antes no eras así, solo te importaba el club y follar. ¿Dónde quedo "te follé y a volar"?

Cambie, olvidé todo recuerdo de cada piel que toqué, cada cuerpo de alguna mujer que se ofreciera, cada deseo que me apeteciera se fue, solo me gusta este tiempo que estoy con ella, si, con ella, la chica de cuerpo débil que ahora es una chica que me tiene colgando de los huevos por ella, y lo digo con tal sinceridad.

Pero, el estúpido de Fausto nunca entenderá eso, ya que lo que hago es disfrazar un poco todo con la palabra acuerdo.

— Samira y yo tenemos nuestro acuerdo, que te quede claro que es así, y dime ¿tengo culpa yo de ser así? ¿No fue nuestro padre que nos acostumbró a eso?

—  Sabes que no hablo de papá, y es difícil para mí recordar una charla normal con él.

— ¿Recuerdas que te dio en tu cumpleaños número 16, Fausto?

—  Eh... — Hizo una pausa, tratando de recordar — No lo recuerdo.

—  Pues yo sí. ¿Recuerdas que te dio una pequeña caja de color negro y te señalo donde estaba Melissa, la niña que tanto te gustaba? — Asintió — Cuando destapaste la caja te sorprendiste, pero yo no, puesto que eso mismo me regaló cuando cumplí los 16.

—  ¿Qué me regaló? ¿No lo recuerdo?

-— Una caja de condones idiota, papá quería que te follaras a Melissa, que apenas tenía unos años más que tú ¿Crees que eso es un padre normal?

— Lo había olvidado.

— ¿Te has preguntado el por qué el término "chica entre tiempos"?

— ¿No te lo inventaste tú por Karin o fue por Mahia ¿Tus primeras chica entre tiempos?

— No, nuestro padre le decía así a las putas que llevaba a la casa cuando nuestra madre no estaba, Karin y Mahia fueron pasatiempos, luego de formar el club papá me llevaba a mí para que aprendiera todo, veía las lágrimas de mamá derramarse a diario cada vez que papá llegaba con marcas de besos y la camisa desabrochada, era lo peor del mundo, ver a una mujer y no entender el por qué de sus lágrimas.

-— ¡Joder Fantiny, estamos totalmente enfermos!

—  Y no nos culpó — Suspiré — tenemos en la sangre que el sexo es lo primordial y luego el dinero.

—  Nuestra madre hizo bien dejándose de nuestro padre.

—  Y no sabes cuan bien le ha hecho, por eso considero mi madre como Samira. Las dos pasaron por situaciones que las hicieron tomar medidas para cambiar su vida, sus lágrimas muestran su dolor constante.

—  Hablando nuevamente de Samira — puso los ojos en blanco. — ¿Qué con ella?

— ¿Qué con ella de qué, Fausto?

—  No engañas Fantiny, veo como la miras, tus ojos brillan cuando estas cerca de ella y que también escucho los incesantes gritos que le provocas cuando te la follas, ya que mi cuarto está cerca del tuyo por desgracia. Ella te gusta, te gusta de verdad ¿Y aun así me dirás que no estas sintiendo amor?

¿Amor?

No creo, aunque ahora que lo pienso siento algo ¿Pero se le considera amor a lo que siento?, no soy hombre de flores y chocolates, celebraciones de meses ni nada por el estilo pero, si creo que siento algo.

Así que... ¿de verdad es amor?

— ¿Acaso tú hablas de amor? ¿Sabes siquiera qué es eso? ¿Lo has sentido alguna vez? No hables de amor sabiendo que, en mi vida, el amor no existe, sentiré pena y un sinfín de cosas más. ¿Pero amor?, esa palabra no está en mi vocablo, no sé en qué se basa y tampoco que se siente.

Oculto lo que siento.

— Te hablo de amor por que lo he sentido, te confesaré que el momento que estoy pasando con Siena es algo increíble, ella es sexy, buena en la cama, inteligente, excelente en todo, joder Fantiny, da unas que te corres al instante, creo que me estoy encariñado de una manera especial con ella.

— ¿Y qué tiene que ver eso con Samira?

— Que creo estar enamorado de ella y tu estas enamorado de Samira y no sabes como decirlo o cómo expresarlo, es normal sentir amor por alguien.

— ¡AJá! Un Fantiny enamorado, ¿Qué? ¿Ahora le darás el anillo y haremos una boda doble?

— Tú tono de sarcasmo déjalo para después, y te lo digo enserio, no me imagino al lado de otra mujer que no sea ella, su risa me gusta y todo lo que hace me encanta. ¿Y sabes la mejor parte? que ella es solo para mí, y yo no soy como tú, que me encierro en una burbuja con mis sentimientos con tu estúpida hombría de mierda, soy hombre y sí, a veces me siento impotente y no me controlo, pero tu Fantiny, teniendo a una mujer, como tu una vez me dijiste, "increíble" en frente de ti y solo te niegas a aceptarlo.

—  Fausto es que tú...

—  No Fantiny, tú y mi padre me han considerado un cero a la izquierda, primero nuestro padre no habla con nosotros, nuestra madre vive de viaje todo el tiempo, por eso me mandaron a tu lado, porque decían que no hacía nada y tú sabes que es así.

—  Entiendo ese punto, me queda claro.

— Y el punto original es que quiero que seas totalmente sincero conmigo y justo ahora, eres mi hermano y no como dices tú, "por desgracias", somos hermanos, por lo menos en tu vida compórtate conmigo como alguien que te pueda escuchar y aconsejar.

— De acuerdo, de acuerdo — Respiré profundo. —  te contestaré lo que me digas, confiaré en ti de la manera que quieres.

— Respóndeme con sinceridad.

— Tratare de hacerlo solo ve al punto y sin rodeos. 

— ¿Estas o no estas enamorado de Samira Rockefeller? Se honesto por favor, Sebástian. 

Fin de Flashback

Continue Reading

You'll Also Like

860 124 23
Lucía es una chica que murió cuando ella tenía 9 años y durante los próximos 10 años su alma deambula al tener asuntos pendientes como conocer cómo y...
22.3K 1.5K 23
Después de conocer a su abuela, Gia deja de lado a Aiden y se marcha a San francisco. Allí vive con su abuela y conoce a su padre, el cual esta enfe...
1.1K 77 36
*Segundo libro de la saga - La Mafia Lobo - Leer el primero para entender * Yo soy Scarlet Greco O' Mali, hija de la Luna suprema Maite Greco y El Al...
975K 43.4K 51
¿Como algo que era incorrecto, algo que estaba mal podía sentirse tan bien? sabíamos que era un error, pero no podíamos estar sin el otro, no podíamo...