"¿Dónde estás?"
[EDITADO]
¿Cuánto tiempo llevaba yo sentada en el mismo sofá, observando el mismo punto a un lado de la puerta, esperando, rezando porque él se atreviera a aparecer?
Perdí el sentido del tiempo horas atrás. Una vez que llegaron los primeros invitados a la fiesta, y comenzaron a pasar los minutos, y seguía sin haber rastro de él.
Rachel, mi mejor amiga, se acercó con una copa de algo y se la recibí sin ganas.
—¿Quieres que le diga a todos que te sientes mal y que es mejor que se vayan a casa? —preguntó ella sentándose a mi lado y envolviendo uno de sus brazos por sobre mi hombro. Negué con la cabeza y le di un sorbo al trago.
Los cuchicheos se incrementaban, las miradas juzgadoras se hacían más intensas, y mis ganas de querer darles un golpe en la cara a todos, también.
Quizás sí era la mejor idea decirles que se fueran, o cortar el pastel rápido para que captaran la indirecta.
—¿Te llamó al menos? —preguntó Rachel, mientras le daba otro sorbo a lo que parecía ser vodka con jugo de arándanos. Negué con la cabeza y bajé la mirada.
Quizás simplemente estaba actuando de forma ridícula.
¿Era mucho pedir que mi novio se apareciera en mi cumpleaños?
No sonaba como algo muy difícil, ni como algo que pudiera espantar a la persona con la que potencialmente me veía pasando el resto de mis días, menos si le había prometido a mis padres que lo conocerían al fin.
Rachel era la única que se había topado con él un par de veces, el brazo de metal seguía espantándola de vez en cuando, pero a pesar de aquello ella permanecía con la boca cerrada, apoyándome, exactamente haciendo lo que se supone deben hacer las amigas. No cuchichear a tus espaldas porque el chico al que llamas tu novio, quien por cierto nunca han conocido, no se digna a presentarse en tu cumpleaños.
Henry, mi abuelo, veía la televisión, ignorando la fiesta en el comedor de la casa de mis padres, se deleitaba con lo que parecía ser una película antigua en blanco y negro, sentado en un pequeño sillón a un lado de sofá donde escondía mi vergüenza. Hasta que la pantalla se fue a negro, para ser reemplazada por el logo del noticiero.
Las estruendosas groserías abandonando la boca de mi abuelo sentado en un pequeño sofá a mi lado, son las que me sacaron completamente de los pensamientos negativos que rondaban mi cabeza.
Pestañeé varias veces, concentrando mi mirada en las noticias que el abuelo veía en la televisión.
—Steve Rogers, mejor conocido como el Capitán América y su compañero, James Buchanan Barnes, se encuentran prófugos de la justicia tras un atentado cometido por el último en...
—Yo conocí a Steve, fuimos mejores amigos en la guerra... —dijo mi abuelo con dificultad porque aún no se acostumbraba a su placa nueva—. Nos burlábamos de él escondiéndola la ropa interior dentro del inodoro, que buenos tiempos...
El aire se atascó en mis pulmones, y mi corazón casi se estrelló contra el suelo.
¿Qué?
—Oh, dios... —murmuró Rachel tapándose la boca con los dedos.
Mis ojos estaban pegados en la pantalla de la televisión, y no podían creer lo que veían. Debe de ser un error, él nunca, él no podría...
—Se le pide a todos los ciudadanos mantenerse a alerta ya que estos sujetos pueden ser extremadamente peligrosos y encontrarse armados, también se ruega de que si son vistos, es indispensable llamar al 911 de inmediato.
—Esto es un error... —murmuré bajo para que solo Rachel pudiera escucharme. Ella seguía con sus dedos sobre sus labios, también sin poder creer lo que estaba escuchando.
—Se veía rudo, pero nunca letal —dijo Rachel negando con la cabeza—, menos con esos ojos de cachorrito.
Bucky nunca... él nunca haría nada para lastimar a nadie. Quiero decir, sabía sobre su pasado. No le fue muy fácil escondérmelo, considerando la cantidad de pesadillas que solían perturbarlo de noche. Era consciente de las horribles cosas que había estado obligado a hacer durante el tiempo que HYDRA lo tuvo bajo su poder... pero el Bucky que yo conocía, del cual yo estaba enamorada...
Él nunca sería un peligro para nadie.
Mi teléfono celular comenzó a vibrar sobre la mesa de vidrio en frente de mí, estiré mi mano y lo contesté sin molestarme a mirar quién era, con el pecho apretado, rogando por escuchar la voz de Bucky.
—¿Hola?
—_____.
—¿Bucky? ¿Qué demonios está ocurriendo? ¿Estás bien? ¿Dónde estás?
—Feliz cumpleaños, muñeca.
Un sollozo se escapó de mi garganta.
Me puse de pie y salí de la casa, con los ojos picando por las lagrimas, y un nudo tan apretado en la garganta que no me dejaba respirar.
—Siento no haber podido ir, no sabes lo mucho que quería conocer a tus papás...
—Bucky, ¿dónde estás? ¿Por qué están diciendo que tú y...?
Bucky soltó una risa seca, escuché su respiración, también temblorosa, antes de que volviera a hablar: —No te voy a rogar que me creas, pero yo no lo hice.
—Lo sé.
Él soltó un suspiro de alivio.
—¿Dónde estás? -le pregunté por tercera vez, apoyando mi espalda en la pared de la casa.
—No puedo decirte, pero estoy bien...
—No suenas bien.
—Estaré bien.
—Bucky... —una lágrima cayó por mi mejilla, mis ojos estaban calientes, y el nudo en la garganta me quemaba.
—No te preocupes preciosa.
—¿Cómo me pides que no me preocupe cuando tu rostro sale en todos los noticieros? Casi que le están dando razones a la gente para matarte a penas te vean, si te mueres yo...
—____, voy a estar bien, muñeca, y apenas esto pase, voy a ir a buscarte, te lo prometo.
—Te voy a estar esperando.
Unos disparos se escucharon a través del teléfono, Bucky volvió a soltar un suspiro y mi estómago se apretó.
—Es un amigo de Steve que está practicando su puntería, no te preocupes.
—Te amo.
Él se quedó en silencio, y después escuché un suave sollozo. Él siempre hacía lo posible por ocultarme lo mucho que en realidad estaba sufriendo. No siempre lo lograba. Pero en esos momentos... habría dado cualquier cosa por estar a su lado y poder darle un fuerte abrazo, un largo beso. Decirle que no se encontraba solo.
Se merecía eso y mucho más.
Bucky se aclaró la garganta y yo sacudí la cabeza, tratando de quitar las ideas de mi mente, pero estas se rehusaban a marcharse.
—Necesito que te deshagas de este celular, y que te vayas del departamento, no le digas nada a absolutamente nadie, _____ —dijo Bucky, haciéndome negar una y otra vez, esto no podía estar pasando, tenía que ser una pesadilla—. Otro amigo de Rogers deposito veinte mil dólares en tu cuenta bancaria, desaparece hasta que yo vaya a encontrarte.
—Pero, ¿cómo vas a encontrarme si se supone que...?
—Te voy a encontrar. Siempre voy a encontrarte.
—Bucky...
—Te amo.
No era la primera vez que él pronunciaba esas palabras. Pero, una parte de mí, sabía muy bien que sí podría ser la última.
—No te tardes mucho.
—No me atrevería —dijo.
------------------
edit. 14/04/22
holiss!! hoy por fin le di inicio a la nueva historia de bucky que estoy escribiendo, esta se llama last kiss y está disponible en mi perfil por si quieren ir a leerla, agradecería mucho poder tener su apoyo allí!!
y esooo, espero les haya gustado el OS, este definitivamente es uno de mis favoritosss