Marvel | One Shots | (EN EDICIÓN)

Steve Rogers

"Siempre supe que tenías gustos raros"

[EDITADO]

El cumpleaños de F.R.I.D.A.Y era lo que se celebraba en esa ostentosa fiesta que Tony había estado organizando por cerca de siete semanas, volviéndose completamente demente con la cantidad de lujos que ponía y sacaba, exasperando más que de costumbre a los encargados de ordenar las cosas para que la fiesta estuviera a la perfección.

—Friday ni siquiera debe tener un cumpleaños —bufó Sam sentándose a un lado de Steve en la barra, haciéndole un gesto al encargado para que le llevara una cerveza—. ¿Qué miras tanto Rogers?

Steve tomó aire y enderezó su espalda, volteando la cabeza para que Sam no pudiera seguir el curso de su mirada y llegar, por lo tanto, a su destino.

—Nada.

—Bah, ¡vamos! Si fuera nada te habrías marchado a la media hora que comenzó la fiesta. ¿Alguna nena en especial?

Sam rió y bebió un sorbo de su cerveza, agradeciéndole con un asentimiento de cabeza al joven que se le había traído.

Steve se quedó en completo silencio, deseando con todas sus fuerzas que la ley del hielo terminara por aburrir a Wilson.

Pero al parecer, Rogers no tuvo tanta suerte.

—De acuerdo, si no quieres decirme, supongo que voy a tener que adivinar.

Sam dejó el vaso sobre la superficie de vidrio y se dio la vuelta en la silla, sonriendo y moviendo los pies (adelante y atrás, adelante y atrás) como un niño de cinco años.

—Sam... —le advirtió Steve, pero una pequeña sonrisa se escabulló por sus labios, dándole a Sam el incentivo que necesitaba.

—Es la rubia que...

—No.

—La pelirroja en el vestido azul con...

—No.

—Es la del vestido rojo con el bolso de...

—Nope.

—Oh vamos Steve, todas las demás son, bueno...

-No seas cruel.

Sam se encogió de hombros y entrelazó los brazos bajo su pecho.

—Dame una pista.

—De acuerdo. El vestido es negro.

—¡Ah! Gracias capitán, como hay tantas pocas muchachas usando vestidos negros va a ser facilísimo encontrar a tu Julieta.

Steve escondió una sonrisa, y sus ojos inevitablemente volaron a la joven sentada en el sofá, con la copa de champaña en la mano, y la mirada perdida en las burbujitas que se generaban en el líquido.

-¿Te gusta esa? —gritó sam poniéndose de pie, Steve lo tomó del cuello de la camisa y le puso la mano en la boca para que dejara de gritar.

—Baja la voz.

—Sabes que no ha hablado con absolutamente nadie desde que comenzó la fiesta, ¿verdad?

Steve se encogió de hombros. La verdad es que no le importaba.

—Quizás es tímida.

—O rara.

Sam se ganó una mirada asesina por parte de Steve y cerró la boca de inmediato.

Pero solo por dos segundos.

—Siempre supe que tenías gustos raros —dijo Sam riendo, su cabeza meneándose de un lado al otro.

—Por favor no hagas nada.

—Puff, no te preocupes Cap.

Aliviado Steve se volvió a sentar, viendo cómo Sam se iba en dirección al otro lado de la sala.

Quince minutos después, Sam le quitó el micrófono al DJ y con su mejor voz dijo: "Está canción va dedicada al Capitán Rogers y su amor platónico, ella, la muchacha que está ahí sola, sí tú, Steve se muerde por hablarte pero le da vergüenza", para luego ser arrastrado abajo de la tarima donde el DJ se encontraba, por un Steve Rogers con la cara roja llena de vergüenza.

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