Marvel | One Shots | (EN EDICIÓN)

Loki Laufeyson

"Una bendición"

[EDITADO]

Loki sabía que había cometido un error, sin embargo no tenía idea como resolverlo. ¿Cómo le decía a su novia que se arrepentía profundamente por haberle gritado esa mañana?

—Eres un idiota —bufó Thor sirviéndose un café y apreciando la miseria de su hermano. Loki lo fulminó con la mirada y apoyó la espalda, derrotado, en el respaldo de la silla.

—Lo sé —admitió asintiendo y bajando la mirada—. Lo sé, pero es mi naturaleza.

—No seas estúpido —dijo Thor tomando asiento en frente de él—, no te traje a Midgard para que actuaras como un estúpido.

Loki rodó los ojos y se pasó la lengua por los labios. Si hubiera sido por Thor, no lo habría traído a la tierra en lo absoluto, pero aunque le costaran admitirlo, lo necesitaban.

—Si no me hubieras traído a Midgard, todo sería más fácil.

Thor soltó una carcajada, mientras le daba un sorbo a su taza de café. Cuando había decidido traer a Loki a la Tierra, nunca se le cruzó por la cabeza que su hermano terminaría enamorándose de una de las nuevas Vengadoras. Una mortal.

—Yo no te obligué a hacer nada. Te hice una propuesta, tu aceptaste —se excusó Thor encogiéndose de hombros—. Que hayas metido la pata hasta adentro es culpa tuya. Solo... habla con ella. Dile que lo sientes y se responsable.

Thor se puso de pie y salió de la cocina negando con la cabeza.

Loki se pasó los dedos por los ojos y suspiró.

¿Qué se supone que tengo que hacer?

—¡Aquí estás! —chilló Wanda ingresando a la cocina, su acento aún más marcado en su voz debido al enojo—. ¡Escondiéndote como un cobarde mientras Alina llora como Magdalena!

La frente de Loki se apoyó suavemente sobre la mesa en medio de la cocina. Wanda dejó caer los hombros y se acercó hasta llegar a su lado. Lo tomó del brazo y lo jaló despacio.

—Como decía mi abuelita —dijo Wanda tratando de ponerlo de pie—, los bebés son siempre una bendición.

Bendición. Si claro.

El estomago de Loki se apretó tan solo al pensar de que podría tener un... un... Ni siquiera era capaz de pensarlo.

—No puedo —dijo él simplemente levantando la cabeza y mirando a Wanda con sus ojos azules rojos por las lágrimas—. No puedo hacer esto, es mucho para mí.

El pecho de Loki le ardía. El corazón le dolía. ¿Cómo había sido tan débil para enamorarse de ella hasta el punto de que le doliera todo físicamente por hacerla sufrir? ¿Cómo era posible que la amara hasta el punto de considerar la idea de tener un... hijo?

—Ella tampoco puede hacerlo sola —respondió Wanda jalándolo con más fuerza—, se merece que estés con ella, Loki.

—No iba a dejarla si eso era lo que estabas pensando.

—Entonces ve a hablar con ella.

Loki se puso de pie y se soltó del agarre de Wanda. Con el corazón en la mano, se dirigió a la habitación que llevaba compartiendo con ella durante los últimos seis meses, y abrió la puerta sin detenerse a tocar.

Alina estaba recostada sobre la cama, el rostro enterrado en una de las almohadas. Las luces estaban apagadas y las cortinas cerradas.

—¿Alina? —preguntó Loki sentándose en el borde de la cama, ella le lanzó la almohada que ocultaba su rostro.

—Vete.

Loki soltó un suspiro mientras esquivaba la almohada y se recostó a su lado, su rostro quedando a centímetros del de ella.

—Lo siento —dijo mirándola a los ojos, tenía los párpados hinchados y la nariz roja—. Fui un idiota, es tan solo que no sé si voy a ser capaz de ser... ya sabes.

Alina se mordió el labio para evitar que su barbilla temblara.

—Al menos haz el intento —le dijo sorbiendo los mocos—, ¿O acaso no lo quieres? Porque si es así, te dejo libre para que hagas la mierda que se te pase por la cabeza.

Loki posó su mano sobre su mejilla y sonrió.

—No. ¿Estás loca? —dijo acercándose más, sus narices chocando—. Si es que hay una mujer con la que quiero tener un hijo, o hija la verdad es que no me importa, es contigo.

Alina escondió su rostro en su pecho y se puso a llorar.

—Vas a ser un gran papá —le dijo abrazándolo—. Ya verás.

Loki soltó una seca carcajada y beso su frente.

—No me tengas muchas expectativas, amor —le dijo sintiendo como sus ojos se mojaban nuevamente—. No es como que tuviera los mejores ejemplos.

Loki posó su mano derecha en la parte baja del estomago de Alina y sonrió. ¿Una bendición?

—Si es que es niña, ¿podemos nombrarla Frigga? —preguntó Loki haciendo que Alina levantara el rostro para mirarlo.

—Por supuesto —le respondió ella.

Por la mejilla de Loki se deslizó una lágrima, Alina la limpió con el dorso de su mano y sonrió.

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