Marvel | One Shots | (EN EDICIÓN)

Bucky Barnes

"Déjame probártelo"

[EDITADO]

Bucky sintió como el aire se escapaba de sus pulmones cuando vio a Liz de pie en la azotea. 

Su largo vestido negro moviéndose sutilmente debido al viento que se levantaba a esa altura, y su cabello revoloteando al rededor de su rostro, a pesar de todos los intentos fallidos de Liz para quitarlo de su cara. 

Las luces del resto de la ciudad la iluminaban como si fuera la única cosa que valía la pena ser iluminada.

—Viniste —dijo él en un susurro, pero no fue lo suficientemente bajo para que Liz no pudiera escucharlo.

—Querías hablar conmigo —respondió ella de la manera más sencilla posible, para luego encogerse de hombros.

Bucky se dio cuenta de que estaba más delgada, su cabello más largo que antes, y su mirada ya no era la misma. O por lo menos, no cuando lo estaba mirando a él.

—Sí, tienes razón. Es solo que... no pensé que vendrías.

Luego de como su relación había terminado, Bucky no había tenido muchas esperanzas de volver a verla. Simplemente tenerla aquí, parecía un milagro. 

Él dio un paso hacia adelante, acortando un poco la distancia que los separaba, que debían ser al menos dos metros.

Y dio otro, y otro, hasta que la distancia entre ellos, eran escasos centímetros.

Ella no se movió, pero era obvio lo nerviosa que estaba. Con orgullo, Barnes podía admitir que se había vuelto bastante bueno leyendo sus movimientos, sus emociones. 

—Me alegro que estés bien —le dijo él en un susurro áspero, tan solo lo suficientemente fuerte para que solo ella fuera capaz de escuchar, sin importar que aparte de ellos dos, la azotea estaba vacía. 

—¿Quién te dijo que estoy bien? 

Bucky se estremeció. 

—Liz, por favor...

Ella tomó aire antes de seguir hablando, tratando de tragarse todas las lágrimas que le impedían decirle todo lo que de verdad quería decirle. Las palabras que morían por salir de su boca. 

—Te marchaste, James. Y nunca me dijiste porque, lo único que fuiste capaz de decirme fue, que todo era por mi seguridad —El corazón de Bucky se encogió al escucharla llamarlo James, Liz era la única persona que lo hacía. 

—No puedes reprocharme el hecho de que estoy tratando de mantenerte a salvo —masculló él negando con la cabeza. 

¿Cómo no era ella capaz de ver lo mucho que lo destruía tener que alejarse? 

Si las cosas fueran distintas, Bucky nunca se habría despegado de su lado. Se habría asegurado de darle toda la felicidad que Liz se merecía. Le rompía el corazón ser la causa de su dolor, pero no tenía otra opción. 

No si quería mantenerla con vida. 

—Puedo cuidarme por mí misma. 

Bucky negó con la cabeza.

—No tienes idea de lo que dices —replicó él—, no conoces a Hydra como yo, Liz. Ellos explotan tus debilidades hasta que ya no te queda ninguna. Van por lo que más te importa y lo destruyen. Y en estos momentos, eso eres tú. No voy a arriesgarme. 

Liz dejó salir un tembloroso suspiro, y se cruzó de brazos. Bucky cerró sus manos con fuerza, aguantando las ganas de querer estrecharla en sus brazos, besar sus labios de la misma forma que lo hizo miles de veces en el pasado. 

Si él hubiera sabido que este sería su final, entonces le habría dado un beso más. Un abrazo más. Porque a pesar de haber sido miles las noches que pasaron juntos, simplemente no parecían ser suficientes. 

Él las quería todas. Todas las noches con ella. 

—Cuando te conocí, después de lo de Hydra, tú... estuviste ahí para mí y, no puedo dejar que lo más importante que tengo en estos momentos se me escape por culpa de mi pasado, Liz, no puedo.

Una mueca se posicionó en el rostro de Liz al escuchar el quiebre en la voz de Bucky y él tuvo que obligarse a alejar la mirada. 

Esto había sido un error. Citarla aquí. Un error tan malditamente egoísta, pero por alguna razón, Barnes no se arrepentía de absolutamente nada. 

Había estado muriendo por verla una última vez. Decirle el último adiós. Tratar de explicarle, cruzando los dedos para que ella fuera capaz de entenderlo, porque si había algo que él no sería capaz de soportar, era el saber que Liz lo odiaba. 

Simplemente preferiría morir. 

—¿Y qué hay de mí James? —la voz de Liz era frágil, y temblorosa. 

—Vas a estar bien, Lizzy —él reunió todo el valor que le faltaba para estirar una mano y posarla sobre su mejilla—. Eres hermosa. Vas a encontrar a alguien que pueda darte lo que yo no puedo. 

—Pero no quiero a nadie más. ¿Cómo no eres capaz de entenderlo? 

Oh, Bucky lo entendía a la perfección. 

—No te mereces a alguien como yo —dijo él con una media sonrisa dibujada en su rostro—. Te mereces algo mucho mejor.

—Déjame probártelo. Déjame probarte que no va a pasarme nada, y que si algún día llega a ser así, vas a estar ahí para ayudarme, porque confío en ti James.

Confío en ti James. 

El problema era que Bucky no podía confiar en sí mismo. 

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Update: No le cambié el nombre solo porque me gusta ver el mundo arder 😂😂