Steve Rogers

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"Where is she?"

[EDITADO]

Steve tocó la primera puerta del segundo piso del edificio en el que supuestamente Elizabeth tendría que estar viviendo

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Steve tocó la primera puerta del segundo piso del edificio en el que supuestamente Elizabeth tendría que estar viviendo. Ella había desaparecido de su vida de un día para otro, no dejando rastro de su existencia, y hasta ahora, Steve no había descansado hasta encontrarla.

Tony lo había llamado tonto, Natasha había tratado de hacer que tomara las cosas con calma, y Sam le había dicho que lo que estaba haciendo era en vano, pero que aún así lo ayudaría en lo que más pudiera. Pero parecía como si todo estuviera en su contra, como si el universo, de alguna forma, no quisiera que la encontrara.

—Ella se marchó sin que nadie la obligara -había dicho Tony con la cabeza gacha—, se fue sin dejar ninguna explicación. No se merece que a busques tanto, Steve.

Pero Steve necesitaba entender. Necesitaba entender si es que había sido su culpa, necesitaba saber si había dicho algo, si había hecho algo mal, necesitaba verla una vez más y convencerse de que ya no le importaba, incluso si no era así.

—Tu no entiendes —se había limitado a contestar Steve.

Y desde ese día ya habían pasado más de tres meses, y aún no tenía ninguna pista de ella aparte de la dirección de ese departamento, que extrañamente, había aparecido sobre su cama, escrita en una caligrafía que desconocía, tres días atrás.

Nadie le abrió la puerta.

Steve dio un paso hacia atrás, y se pasó las manos por los ojos. Junto con la dirección de ese departamento, en un edificio viejo en Seattle, en el cual no se podía imaginarla viviendo. Steve se volteó hasta quedar en frente de la puerta que estaba a otro lado del corredor, y sin dudarlo dos veces, tocó la puerta. Bastaron un par de segundos, para que una señora, con cabello blanco y gafas, abriera la puerta con una radiante sonrisa en el rostro.

—Oh, vaya —dijo ella observando a Steve detenidamente—. ¿Qué hace un muchachito tan guapo tocando mi puerta?

Steve escondió una sonrisa y se metió la mano al bolsillo, hasta que sus dedos dieron con la fotografía, ya arrugada por las casi seis horas de viaje desde Nueva York hasta Seattle, y se la enseñó.

—Estoy buscando a mi novia —respondió él—. Es ella, ¿No la ha visto por aquí?

La anciana se ajustó las gafas, y recibió la fotografía que Steve le estaba tendiendo, sus huesudos dedos apretando el pedazo de papel con fuerza para poder ver el rostro de Elizabeth con mayor claridad.

—Ah, esta niña —dijo la anciana devolviéndole la fotografía al capitán—, llegó al departamento que está justo detrás de ti hace casi tres meses, es una jovencita muy dulce y casi no se siente.

Steve miró por sobre su hombro a la puerta que estaba detrás de él.

—Toqué un par de veces, nadie me abrió —dijo Steve encogiéndose de hombros y guardándose la fotografía en el bolsillo de su pantalón.

Marvel | One Shots | (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora