He [2Won] [Monsta X]

By Yarianafics

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Tenía catorce años cuando Hyungwon lo vió por primera vez a "él", un chico guapo que se apareció por la venta... More

~9 años antes, justo ese día~
~Un mes después de ese día~
~2 meses después de ese día~
~3 meses después de ese día~
~4 meses después de ese día~
~6 meses después de ese día~
~9 meses después de ese día~
~10 meses después de ese día~
~1 año después de aquel día~
~14 meses después de ese día~
~17 meses después de ese día~
~18 meses después de ese día~
~20 meses después de ese día~
~22 meses después de ese día~
~2 años después de ese día~
~Jookyun~
~26 meses después de ese día~
~29 meses después de ese día~
~30 meses después de ese día~
~Kimin~
~31 meses después de ese día~
~35 meses después de ese día~
~3 años después de ese día~
~40 meses después de ese día~
~42 meses después de ese día~
~Showki~
~44 meses después de ese día~
~4 años después de ese día~
~49 meses después de ese día~
~Showkimin~
~52 meses después de ese día~
~53 meses después de ese día~
~55 meses después de ese día~
~58 meses después de ese día~
~5 años después de ese día~
~61 meses después de ese día~
~63 meses después de ese día~
~64 meses después de ése día~
~66 meses después de ese día~
~69 meses después de ese día~
~71 meses después de ese día~
~6 años después de ese día~
~He~
~9 años después de ese día, el presente~
~Epílogo~
~Agradecimientos~

~43 meses después de ese día~

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By Yarianafics

Besaba mi cuello lenta y suavemente. No estaba desesperado, hacía todo con lentitud y calma. Yo solamente me dedicaba a abrazarlo y dejarme llevar por el placer, soltando jadeos o gemidos cuando tocaba una parte sensible para mí. Vestidos, yo sentado en el escritorio de la habitación y él entre mis piernas, totalmente a oscuras en un tranquilo silencio en el que sólo se oían mis jadeos. Ninguno de los dos sentía hambre y deseo del otro, hacerlo de una manera apurada y salvaje. Coger, irse a dormir y adiós. Las cosas entre nosotros no funcionaba de esa manera, nuestra relación sexual era más... sentimental. 

Días atrás había sido el cumpleaños de Hoseok. Habíamos organizado una pequeña fiesta en nuestro departamento, con pizza, películas, charlas, cerveza o gaseosas. La presencia de Jisoo allí me dejaba un mal sabor de boca. Ella era agradable y linda, muy cercana a mi novio. No sabía qué pensar.  Pese a que Hoseok me haya explicado varias veces que era su amiga, los celos eran incontrolables. Incluso hasta creí que la odiaba, lo cuál es idiota porque no tenía motivos para hacerlo.

Al parecer, él se dio cuenta de que estaba algo ido, ya que no correspondía a los besos que me daba -y que tampoco tenía idea de que lo hacía- o lo aferraba más a mí con cada uno de sus toques en mi piel, porque se separa de mí y busca contacto visual conmigo, hasta que logra encontrarlos gracias a que volví al planeta Tierra.

— ¿Estás bien?—preguntó en voz baja. Yo miré hacia abajo y asentí sin decir una sola palabra.— No lo estás.—afirmó.— ¿Qué ocurre?

Seguía sin responder. La razón por la que no hablaba, era porque simplemente no había motivo para enojarme. Era una idiotez, y lo sabía. Lo sabía de primera, desconfiar de esa manera de mi novio. Conocía a Hoseok, tenía en claro que él jamás sería capaz de ponerme los cuernos con una mujer, él me amaba realmente y lo demostraba todo el tiempo. Entonces... ¿qué me molestaba de Jisoo? 

Lo que menos quería en el mundo era actuar como esas novias locas que le prohíben a su pareja hasta salir a comprar pan porque no quieren que él mire a cualquier chica en la calle. Hoseok tenía todo el derecho del mundo de hablar, mirar o tocar -de una manera no sexual- a cualquier persona. Y el hecho de pensar en Jisoo me molestaba, pero me molestaba aún más cuando me daba cuenta de que no debía molestarme por ella. Así que no tenía razón para estar molesto, por lo que no podía responder cuando no me pasaba nada serio. 

Hoseok suspiró al no oírme hablar y optó por abrazarme con fuerza, haciendo que yo apoye mi cabeza en su fornido pecho, como madre abrazando a su pequeño hijo que no deja de llorar. Él pasó sus manos por mi pelo con lentitud besando la coronilla. Restregaba sus manos sobre la tela de mi camisa blanca mientras yo guardaba un total silencio.

—Wonnie.—dijo en voz baja y dulce.— No quiero discutir contigo por idioteces, y lo sabes. Por eso mismo no voy a decir lo obvio. 

Él tenía toda la razón del mundo. No podíamos discutir por idioteces ni mucho menos cuando no discutimos nunca. Era ridículo hacerlo así, hablarlo era la manera más sana, pero ya lo habíamos hecho y yo seguía actuando como un niño. Hoseok sabía lo que sentía con tan sólo mirarme a los ojos u oír mi silencio. Ya lo dije anteriormente: soy un libro abierto cuando estoy a su lado.

—Estoy molesto conmigo, nada más.—me limité a decir luego de unos segundos. Suponía que eso era más que suficiente para que él sacara el resto de la historia.         

—Oye—musitó con más simpatía, separándome de su cuerpo y obligándome a verlo a los ojos. Su sonrisa brillaba a través de la tenue luz de la luna que entraba por nuestra ventana.— me gustas mucho cuando te pones celoso, pero por favor, no te pongas intenso como Minhyuk con Kihyun.

Yo reí.

Minhyuk últimamente estaba más al tanto de Kihyun, no sabía por qué. Nunca nos enteramos qué es lo que sucedió. Él sí que sería de esas novias locas que le prohíben a su novio ir hasta la esquina a comprar pan. Aunque lo que estaba claro es que Kihyun ya no quería estar ni de un lado, ni del otro. Ni con Minhyuk ni con Hyunwoo. De hecho, mientras más los evitaba, mejor. 

Una vez, estábamos en la casa del mayor de los siete y Kihyun tenía que ir a buscar bebidas debido a que un distraído Jooheon olvidó de comprarlas. Minhyuk le dijo que no vaya y lo obligó a sentarse a su lado. Yoo protestó en mil idiomas y terminó saliendo... acompañado de Lee Minhyuk, obviamente. 

No recuerdo qué pasó luego de eso, de qué manera terminó nuestra conversación. Pero lo que sí me acuerdo, era que entre besos el móvil de mi novio sonó. Era Kihyun, que lo llamaba desesperado, tanto que se escuchaba perfectamente su voz y lo que decía desde donde yo estaba. Le pedía a Hoseok que viniera conmigo lo más rápido posible, que necesitaba su ayuda. Diez de la noche y nosotros paseando por las calles de Seúl, yendo directamente hacia la casa de Jooheon. Cuando Kihyun había dicho eso de una manera tan desesperada y furiosa, sabíamos que algo muy malo había pasado. En seguida el nombre de Changkyun salió de nuestros labios. Y el miedo no pudo haber aparecido en el peor momento. 

Al llegar, bajamos del auto tan rápido que ni siquiera le pusimos seguro a las puertas, y yo no estaba del todo seguro de haber cerrado bien la mía. Entramos, yo detrás de Hoseok y lo primero que vimos fue a Jooheon sentado en el sofá, con las manos cubriéndole la cara y Kihyun derramando lágrimas, gritándole. 

— ¡¿Ni siquiera fuiste capaz de avisarme?!—sollozó. Su voz temblorosa se oía desde afuera, no paraba de llorar como idiota. Jooheon no decía palabra alguna, solo escuchaba los regaños del mayor como si estuviese asumiendo su culpa.— ¡¿Cómo pudiste dejarlo ir así no más, estúpido?!

Cientos y cientos de palabras hirientes para Joo salían de sus labios. Cada vez más desesperado y dolido que no se dio cuenta en ningún momento de que estábamos detrás de él oyendo todo. Para cuando se estaba aproximando a Lee, quizá para golpearlo, Hoseok lo tomó de la cintura, alzándolo en el aire y apartándolo del pobre chico que cubría su cara. El llanto de Heon no tardó en escucharse mientras Kihyun peleaba por liberarse de los fuertes brazos de mi novio. 

— ¡Imbécil, por tu culpa quizá no lo volvamos a ver!—gritó entre llantos. A este punto, ya no se entendía con claridad sus palabras. 

Yo miraba desde atrás, incapaz de hacer algo. Es inútil mencionar que estaba muy confundido. Y ya estaba sintiéndome inútil de quedarme parado observando como un idiota. Así que le ordené a mis músculos moverse y avanzar hasta el sofá para sentarme al lado de Jooheon y acariciar su espalda para consolarlo. Para otra cosa no servía. 

Kihyun se calmó luego de descargar toda esa ira que seguramente tenía guardada y se calmó aflojando su cuerpo, hipando, jadeando y sollozando. Todo a la vez. Hoseok supo que ya podía soltarlo, y al hacerlo, él cayó de rodillas al suelo con la cabeza baja.

—Ya es suficiente.—le dijo mi novio agachándose a su lado.— ¿Qué ocurrió? 

Yoo guardó total silencio, no dijo nada. Hoseok suspiró y me miró a mí alzando una ceja y yo me encogí de hombros. Podrían haber pasado miles de cosas relacionados con una situación así. Si ellos no hablaban, tendríamos que quedarnos con ellos hasta que nos digan qué sucedía o irnos directamente de la casa y dejar que ellos mismos arreglen el problema. Hoseok pensaba lo mismo que yo, porque se puso de pie y me indicó que nos vayamos con un gesto de cabeza. Al ponerme de pie y dirigirnos a la salida, una temblorosa voz nos interrumpió. 

—Minhyuk.—habló Kihyun.— Minhyuk se fue, está desaparecido. 

No supimos que decir. Lo único que hicimos es darnos vueltas sorprendidos y soltar un "¿qué?" a la vez que nos acercábamos nuevamente a ellos. 

—Él... Vino hace unas horas a verme.—explicó Jooheon.— Me agradeció no sé de qué mierdas y me pidió que le ayudara en algo, también mencionó sobre que estaba dolido de que Kihyun lo haya reemplazado. De que se odiaba por haberlo dejado ir con Hyunwoo hyung. Cuando me di cuenta de que en lo que le estaba ayudando estaba mal, era tarde. Ya se había marchado.

— ¡Tres horas tarde, Jooheon!—exclamó Kihyun.— ¡Minhyuk no estaba bien! ¡¿Por qué lo hiciste, idiota?!

— ¡Deja de echarme la culpa de todo a mí!—le gritó Jooheon sin respeto alguno quitándose las manos de su rostro y viendo al mayor que tanto le gritaba, lo culpaba de todo.— ¿O acaso quieres que te recuerde la razón principal por la que se fue? 

— ¿Cómo saben de que está desaparecido?—pregunté, todos voltearon a verme.— Minhyuk ya tuvo ese ataque de irse una vez y volver al otro día. Quizá ahora sea igual.

Hace cuatro años aproximadamente, pasó exactamente lo mismo, quitando el tema de Kihyun. Minhyuk se veía un tanto agobiado y estresado, por lo que se fue sin dejar rastro. Sus padres, e incluso nosotros lo buscamos por toda la ciudad. Le preguntamos a las personas si lo vieron, entramos a distintos lugares, y la madre ya estaba al borde del pánico creyendo que lo habían secuestrado. Todo en tan sólo dos días. Al día siguiente abrió la puerta de su casa y entró con una sonrisa fresca, diciendo que se había ido a un lugar alejado de todos para pensar un poco. Luego de una hora de regaño de su madre, nos llamaron para decirnos que había regresado. La felicidad que sentimos y la tranquilidad, fueron únicas en nuestras vidas. El mayor susto hasta ahora. Yo mantenía la firme esperanza de que así sea, de que pase otra vez lo mismo. Pero al ver la carta que me tendió Jooheon, el mundo se desmoronó a mi alrededor. 

La leí. En ella decía de que se sentía un poco dejado. Todos tenían alguien a quién abrazar y besar. Se sentía solo. No la estaba pasando bien, tenía mucho en la cabeza, y nosotros estábamos muy ocupados con nuestras parejas. Esas dos últimas palabras la remarco tantas veces que la hoja estaba apunto de romperse. Quería irse, necesitaba un gran tiempo solo. Nos estaba probando. Lo que deduje es que quería que lo buscáramos para probar si nosotros realmente nos preocupábamos por él. Luego, leí lo que puso acerca de Kihyun. Decía que lo quería y lo lamenta por actuar como un idiota. Y muchas otras cosas más que al mencionado le incrementaba el llanto. Entonces al final, puso que se iba a un lugar tranquilo y nostálgico, lejos de toda la mierda de la sociedad, muy importante para él. Un lugar en el que podría estar solo y feliz. 

— ¿Tú crees?—me preguntó Hoseok cuando le dije que pensaba que nos estaba rogando indiscretamente que lo busquemos.

—Todo lo dice como si nos estuviera echando en la cara lo que hicimos mal, que nunca le prestamos atención. Al final, nos da una pista hacia dónde va. 

—Juro de que si llega a ser eso, voy a buscarlo por cielo, tierra y mar, y le voy a dar el golpe de su vida.—comentó Kihyun furioso.— Déjame ver la carta.

Se la di en la mano y él la leyó. Apretaba la mandíbula como si quisiera evitar llorar en algunas palabras que iban dedicadas a él. Cuando terminó, arrugó el papel y se limitó a decir:

—Que le den. 

✌  

Bueno, era hora de que le toque a esta novela. No sé como me quedó, no lo leí. Así que disculpen si hay algo que no entienden, lo escribí un poco muy apurada. Poco a poco iré arreglando el capítulo.

Muchas gracias por su paciencia. 




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la tipica historia de universos viendo otros universos atraves de pantallas flotantes que aparecerán en sus mundos aunque también agregare otras cosa...