El lunes por la mañana nos dirigimos en mi coche a la oficina, ya que yo si tenía plaza de garaje. Queríamos llegar antes, aunque por el tráfico nos fue imposible. Cuando llegamos a la oficina nos dirigimos a la sala de conferencias, ya que era el lugar más amplio. Abrimos la puerta y estaba Juan hablando con Aitor. Odiaba llegar la última porque todo el mundo nos miraba, siempre me ha dado vergüenza el ser observada, me puse colorada. Miro a Laura con cara de circunstancias. Ella está igual que yo. Llegamos donde está Aitor y Juan.
-Buenos días tardonas- Dice Juan inspeccionándonos. Seguro nos ha visto nuestros cambios de looks. Sobre todo el mío que es el que se nota más.
-Buenos días.- Miro a Juan con una sonrisa, miro a Aitor y la quito- Lo siento. Aunque no llegamos muy tarde solo 3 minutos no te quejes.- Le dije a Juan- Madrid es horrible siempre hay atasco.-Dije protestando
-Vale, comencemos la presentación.
Cuando miro hacia todos los empleados logro ver a Sergio, me está mirando. Me dedica una sonrisa y yo hago lo mismo.
-Laura ves a aquel rubio que me está sonriendo. Ese es Sergio.- Me mira y me dedica una sonrisa perversa
-Madre mía, que buen gusto tienes. Las fotos no le hacen justicia.-La miro y rio.
-Te lo dije- Cuando miro para mi derecha veo a Aitor mirándonos con mala cara, y nos pide silencio con la mano.
Juan empieza la presentación indicándole la política de la empresa. Tras media hora de charla Juan da por finalizada la presentación. Todo el mundo se dirige a su puesto. Incluida yo. Este día, tanto Laura, Juan, Aitor y yo nos dedicamos a ayudar y supervisar a los trabajadores. No hay muchos, solamente estará en activo la primera planta. Mi despacho, el de Aitor y la mesa de Laura están en la 3 planta. Igual que en Granada. Aún no están escogidos los mayores cargos. Nos encargaremos nosotros tres, aunque sea el triple de trabajo.
Cada uno supervisaremos a 5 trabajadores. Explicándole el programa que utilizamos. Toda la mañana nos la pasamos ayudándolos.
Cuando llega la hora de comer todos los empleados se van. Cuando voy hacia la puerta me encuentro con Sergio.
-Cris, no he podido antes darte las gracias. Seguramente haya entrado por ti, porque a tu compañero no pareció que le gustara.
-Sabes que no debes dármelas, por Aitor no te preocupes. Simplemente es imbécil, pero que quede entre tú y yo.- Le hago una seña de “será nuestro secreto”. Ambos nos miramos y reímos.
- He de decir que el otro día estabas muy guapa, pero hoy estás increíble, ¿Nuevo peinado?- Siempre tan halagador y tan observador, pienso mientras me rio tímidamente.
- Si necesitaba un cambio.-Miro hacia la derecha y veo a Aitor al fondo mirándome, y pienso que sería bueno tener a Sergio cerca de mí, así además de distraerme y no mirar a Aitor, se me ocurre pedirle que nos acompañe en la comida.
- ¿Por qué no vienes con nosotros?, vamos a ir a comer a un restaurante cerca así conoces a mi amiga y compañera Laura.
- Lo siento. No puedo, he quedado a comer con un amigo. Pero mañana si podré. Quedamos en eso ¿vale?
-Vale- Le dedico una sonrisa y voy directa a buscar a Laura. Seguro que estará con Juan esperándome.
Voy a la 3 planta. Seguro están allí y efectivamente. Aitor Juan y Laura se encuentran allí.
-¿Cris dónde estabas?-Dice Laura enfadada. Ella y su impaciencia. Siempre se enfada cuando espera a alguien, pero cuando ella tarda hay que aguantarnos.
-Estaba hablando con Sergio. Mañana comemos con él. Así lo conoces.-Veo que se le quita el enfado a Laura y me sonríe.
-Perfecto. Tengo ganas de conocer a Sergio.- Dice riéndose.
-Cuando queráis nos vamos, no vamos a estar aquí hablando de ese todo el santo día.-Dice Aitor de mala gana
-Tranquilo- Lo calma Juan- Sergio es un buen tío. Deberías conocerlo.- En ese momento me rio.
-No te preocupes si ya lo conoce ¿verdad señor Rodríguez?- Me mira con mala cara
-¿Señor Rodríguez? Dicen Juan y Laura a la vez.
-Sí, ahora le ha dado por hablarme así.-Dice Aitor- Se cree más profesional
-No es creerme más profesional, simplemente lo soy.
-Bueno lo que tengáis es cosa vuestra.-Dice Juan finalmente. Sabe que como sigamos acabamos peleándonos.- Vamos a comer que solamente tenemos 1 hora.
-¿1 hora?-Le pregunto extrañada. Normalmente entramos a las 5 de la tarde, y ahora mismo son las 2.
-Sí, Laura y yo tenemos que hablar con los obreros. – Mierda, eso significa que tenemos que quedarnos este y yo a solas. No quiero, no sé qué hacer desde las 3 hasta las 5.
-¿Puedo ir con vosotros?- Les pregunto en forma de ruego.
-No- me responde Aitor de forma triunfante- Recuerda que tenemos que preparar los contratos con los socios de Eric. Esta tarde vienen a por ellos, me han llamado hace 1 hora y los quiero hechos.- Juan y Laura me miran con cara de circunstancias.
-Pues no pasa nada- Dice Juan.- Podéis ir los dos y así tardáis menos.
Aitor cambia la cara. ¡Toma ya! Digo en mis adentros. Le está muy bien, si me quiere joder que pringue el también. Ya me han alegrado el día
Laura y Juan comen rápidamente. La comida ha tardado en llegar y deben irse ya. Cuando salen nos dejan a Aitor y a mi solos. Aún no hemos acabado de comer. No decimos nada, y ni siquiera quiero mirarlo.
-¿Has acabado? Ahora vuelvo.-Dice Aitor mientras se levanta y va hacia la barra.
Mientras cojo el bolso y saco el monedero para pagar la cuenta. Voy hacia donde está Aitor
-No hace falta, ya he pagado yo.
-No tenías porque. Toma, le doy el billete y lo rechaza.
-Ya te he dicho que he pagado yo, vámonos, tenemos cosas que hacer.
Vamos a la oficina sin decirnos nada. No quiero hablarle, bastante incómodo es tener que verlo en la oficina, como también tener que trabajar con él y hacer horas extra. Desde lo del beso no hemos dicho nada. Yo he seguido en mi línea. Sin hablarle y cuando le he hablado ha sido formal y refiriéndome a el con señor Rodríguez.
Cuando voy hacia mi despacho Aitor me coge del brazo, me vuelvo y dice
-Está todo preparado en mi despacho, asique vamos para mi despacho y lo hacemos allí.
Mierda, porque me hace esto, desde que me besó no paro de pensar en volverlo a besar. Maldito y mil veces maldito. Y encima estaba con la rubia oxigenada, en la pizzería. Que piensa que puede estar con varias a la vez. Odio a esos tíos que están con varias. Ni que las mujeres fuésemos juguetes.
Me dirijo a su despacho y empezamos a trabajar. De vez en cuando nos dirigimos las miradas. Pero no nos hablamos. Seguimos igual. La tensión se palpa en el aire. Es el primer día y estamos así no me quiero ver dentro de 1 mes. Que pesadilla, ¡por dios!
Se escucha abrirse la puerta. Me giro y entra Laura y Juan.
-Que calladitos,-Dice Juan mirándonos- nos ve las caras y se calla.
-Cris me ayudas, tengo un problema con el programa.-Me levanto y la miro, me ha dado la vida, quería salir de allí lo antes posible.
-Claro vamos-Me paro y miro a Aitor, el cual me asiente.- Solamente quedan vuestras firmas, ya he acabado. Si necesitáis algo estaré abajo.- Ambos asienten.
Laura y yo salimos de su oficina.
-No entiendo porque te cae tan mal Cris, es un buen chico. Y simpático
-Será para ti. No lo soporto
-No lo soportas o no quieres estar cerca de él porque te gusta- Vaya, más directa imposible. Es lo malo de tener a tu mejor amiga, viviendo contigo, trabajando contigo. No se le escapa ni una.
- No me gusta- Le digo, no me he dado cuenta que me he puesto colorada hasta que Laura me mira con esa cara de “te he pillado”
-Si claro, eso se lo dices a Juan que te puede creer pero ¿a mí?
-Bueno vale es muy guapo, que le hago además besa tan bien, pero es un idiota no quiero a un tío que está con varias. Lo sabes.
-Si tú lo dices. Además estas soltera, puedes jugar un poco ¿no crees? Llevas mucho tiempo sin salir, y sin disfrutar. Este fin de semana salimos creo que te mereces un homenaje.
Pienso lo que ella dice, no he pensado en eso. No en el homenaje, que para Laura es liarte y varias cosas más con un chico. Si no en estar soltera. No me siento soltera, tengo muy presente a Carlos. Una parte de mí quiere volver con el. Menos mal que estoy lejos, muy lejos y el no sabe donde estoy. Si no creo que volvería con él. Espero que el tiempo lo cure todo.
-Laura no quiero estar con nadie ahora mismo. Hace solo 3 semanas que no estoy con Carlos y no me voy a tirar al primer tío que pase delante de mí.
-Eres tonta, definitivamente tonta, ¿Cómo puedes seguir pensando en Carlos aún?
-¿Cómo? Porque lo quiero, porque aunque me haya hecho tanto daño lo quiero.-Mis ojos empiezan a humedecerse- Ahora vengo, se me ha olvidado una cosa arriba.
-No vas a por nada y te vas a venir ahora mismo conmigo. Te mereces a un tío de verdad no a un gilipollas como Carlos.
Vamos al ordenador con el problema y veo a Sergio al fondo. Momento perfecto para presentarle a Laura.
-Laura ven, te voy a presentar a Sergio.
Vamos hacia su mesa.
-Sergio te presento a mi amiga Laura. Laura este es Sergio- Veo que ambos se miran, y se dedican una sonrisa. Sergio se levanta y se dan dos besos en la cara.
-Encantado de conocerte.-Dice Sergio mirando a Laura, algo noto es su mirada, le gusta.- No sabía que eran amigas.
-Si- dice Laura, con una sonrisa, la típica de coqueteo que lanza cuando le gusta alguien.
Me suena el móvil en ese momento y veo que es Juan.
-Dime Juan.
-Puedes subir. Tenemos un problema con la impresora.
Vaya siempre me llaman para ver los problemas de los ordenadores. Me gusta la informática pero eso no quiere decir que me tengan que utilizar como la informática de la oficina. Con dos hombres allí arriba licenciados y no pueden arreglar una simple impresora.
-Laura ahora vengo, tengo que subir arriba me reclaman.- Le digo a Laura mientras habla con Sergio
-Vale, ahora te veo.- No me mira, sigue hablando con Sergio.
Subo para arriba y entro en el despacho de Aitor. Los miro con mala cara.
-Que le pasa a la impresora.
-No imprime.-Dicen los dos a la vez.
Voy hacia la impresora y está encendida, voy hacia el ordenador y le doy a imprimir. No imprime. ¿Qué le pasa? Cuando miro todo y veo que está correcto. Pero me doy cuenta que no están conectadas impresora y ordenador miro detrás de la impresora y veo le cable desenchufado. Me acacho y lo enchufo, cuando miro hacia atrás veo que me están mirando el culo. ¿Pero es que todos los tíos son idiotas o qué? Me levanto, me coloco bien mi falda nueva de tubo.
-De verdad no podíais haber mirado que estén los cables enchufados.- Le digo de mala gana- Ser licenciados y no reconocer si una impresora está enchufada.
- Pero que simpatía tienes Cris,- Dice Juan
- Si, la misma que la tuya.
-Bueno ya quédate, y ayudas a Aitor a organizar estos documentos. Yo me voy. Hasta luego
Esto es increíble, encima me deja con este otra vez a solas.
-Te vas a quedar de pié todo el día o me vas a ayudar.- Me dice Aitor riéndose.
No le digo nada solo lo miro con cara de odio.
Cuando acabamos de Organizarlo todo Suena el teléfono. Aitor lo coge
-Sí, buenas tardes señor Kleinman,- Si, está todo listo solo falta firmar unos documentos y ya podemos empezar. Si, no se preocupe. Iremos para allá. No pasa nada. Hasta luego.
Miro a Aitor esperando que me cuente en que ha quedado con Eric.
-El señor Kleinman, vendrá dentro de una hora, tenemos que ir a su oficina. Dice que se retrasará unos minutos.
Varios minutos no, mejor dicho varias horas, llevamos aquí en la sala de espera más de 1 hora. Ya me he leído todas las revistas de economía que hay encima de la mesa de espera. Si fuese al menos de belleza o diseño. Aitor aburrido dice.
-Vale me rindo,-Dice Aitor- no sé si estás así hoy por que llevas esperando una hora o porque estás aquí conmigo.
Sigo mirando a la revista.
-Bueno, puede que sea por ambas- Le contesto
-Mírame,- Dice Aitor. Alzo la vista y miro hacia el.
-No es tan difícil ¿no?- Dice con esa voz tan masculina, sonriéndome.
-Pues sí, lo es. ¿Por qué no simplemente te dedicas a hacer tu trabajo y dejar de jugar conmigo?- No me puedo creer lo que acabo de decir.
-¿Jugar contigo? Nunca he jugado contigo gatita.
-Pues no lo parece. Y ya te he dicho que no me digas gatita. Alguien nos puede oír. La sala de espera estaba totalmente vacía. Por lo que lo que he dicho es una tontería. Aitor se da cuenta y dice
-Quien, ¿las aburridas revistas que hay encima de la mesa? No seas niña.
Me acaba de decir ¿niña?, por estas cosas son las que no puedo con los egocéntricos.
¿Por qué no dejas de decirme más tonterías y te dedicas a darle por culo a tus muñecas de silicona?- Mientras lo voy diciendo me estoy arrepintiendo. Me mira y se ríe
-A sí que esa es la razón por la que estás evitándome y mirándome así- Se ríe-¿Celosa?
-Celosa ¿yo?- Le digo señalándome a mi misma y continuo-, de un arrogante, sin tacto, completamente incapaz de pillar una indirecta, golfo, mentiroso e imbécil.
La estoy liando, y mucho estoy insultando a mi jefe, y compañero. Y encima le estoy dando a entender que me gusta. Golfo ha sobrado.
-Exacto.- Dice con voz triunfadora, se vé que va a responder cuando aparece Eric, junto con una mujer del brazo. Salvada.
-Lo siento por la tardanza, os presento a mi mujer Teresa. Estos son Cristina Santos y Aitor Rodríguez, directores de ASGRA. – Teresa es una mujer alta, muy guapa, y se ve simpática.
Hemos tenido un atasco. Vayamos a firmar esos papeles, os he robado demasiado tiempo.
-No se preocupe, señor Kleinman. Estábamos entretenidos con las revistas.- Mira hacia mí. No he podido resistir y he empezado a reírme.
-Llámeme Eric, me hacen sentirme viejo y solo tengo 34 años.- Aitor asiente.
Nos dirigimos a la oficina y Eric, firma todo.
-Pues ya está.- Dice Eric- mañana les mandaré toda la documentación de las empresas para que empiecen a gestionarla. Un placer
Ya se nos ha pasado prácticamente el día. Son las 8 y 30 de la tarde. Tenemos aún que ir a la oficina y soltar los contratos. Seguramente no haya nadie allí. Y efectivamente, cuando llegamos no había nadie. Subimos y dejamos la documentación en el archivo provisional. Aitor desaparece y me deja a mí con la carpeta. Maldición, soy muy baja para colocar la carpeta en el archivo. Voy a por una silla, a falta de escaleras buenas son las sillas, el inconveniente de ser bajita. Me subo en ella, y cuando voy a colocarla el tacón se me dobla, y casi caigo. Unas manos me sostienen, y tiene que ser precisamente en el culo. Cuando me incorporo de la silla y bajo de ella miro a Aitor con mala cara.
-¿No tenías otro sitio donde poner tus manos para cogerme?- Le digo colorada y a la vez enfadada
Aitor se ríe. – ¿Me peleas porque dejo que no te caigas? Mira si eres rara gatita.- Esto es el colmo.
-Cuantas veces te tengo que decir que no me digas gatita, no me vuelvas a tocar en tu vida.- Aitor se acerca mucho a mí y me arrincona en la pared.
En ese momento no puedo pensar. Está a milímetros de mi cara, mirándome a los ojos. Tengo ganas de besarle, mis hormonas están revolucionadas en este instante. Y no puedo calmarlas.
-¿Estás segura que no quieres que me acerque a ti? – Dice cada vez acercado su cara a la mía.
Me va a besar, me va a besar dice subconsciente. En ese instante reacciono. No, yo puedo, no puedo dejar llevarme por mis hormonas.
-Segura, si no te importa te puedes quitar, quiero ir a mi casa.-Digo lo mas recta posible que puedo estar
-Tú te lo pierdes.- Me guiña el ojo y se marcha.
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Aquí os dejo otro capítulo. Espero que os guste.
Gracias por leerme y votar =).