Mi peor pesadilla

31. Accidente.

-¿Que has dicho?- dice Em sorprendida y enfadada a la vez.-No estarás hablando enserio. ¿Verdad?

-Sí, si hablo enserio. ¡Dime!- le respondo desesperada- ¿qué hago yo con un bebé a los veinticinco años?, soltera y sin un padre... No puedo. Mi hijo no se merece esto.

Y así era, no quería que mi bebe naciera sin una figura paterna. No estaba preparada. Siempre he tomado precauciones, me he labrado un futuro sola. Siempre he sido medianamente formal y en mis planes no estaba un bebe hasta que no me casara. Un hijo debe tener una familia, dos figuras, dos referentes... y yo… simplemente no podía. Todo esto había sido como un jarro de agua fría. No estaba preparada. No podía.

Me decía a mí misma una y otra vez.

-Tu bebe tendrá un padre. Tendrá una tía, unos abuelos. Nos tendrá a todos. No puedes quitarle la vida a ese bebe solo porque no te atreves a afrentar la vida. Eres egoísta Cris.

-Tú que sabrás si soy egoísta o no.-estoy alterada y llorando pero me da igual. Nadie sabe lo que es esto ni lo que siento-¿Estás en mi maldita situación? ¿No verdad? ¡Pues no opines! No puedes decir que tiene un padre cuando no es verdad. Estoy sola. Además es mío y de nadie más, abortaré te guste o no.

Em viene hacia mi totalmente enfadada.

-¿Sabes qué? que si se lo que estar en tu maldita situación porque yo estuve embarazada. Aborte y me arrepiento cada segundo de mi vida, aborté por idiota, por miedo y por ingenua… ¿Te crees que quiero que estés como yo el resto de tu vida? ¿Sin permitirte estar con nadie y estar sola porque hasta te das asco y te has defraudado a ti misma como persona? - Me estaba dejando sin palabras…  Em estaba totalmente roja, con lágrimas en los ojos…- Tú sabrás pero yo no te pienso apoyar en esto.- Se da la vuelta y se marcha dando un portazo.

Me siento fatal, no sabía nada de eso… Pensaba que ella quería estar sola, ya que en todo el tiempo que llevo conociéndola, solamente ha estado con unos chicos y corriendo los ha dejado. Siempre había supuesto que era porque no le gustaba, pero no que fuese por ese motivo. Aún así y todo lo que me había dicho no iba a cambiar de opinión.

Suena mi móvil. Intento cogerlo pero un pinchazo en el suero que me han puesto hace que me paralice,- ¿Seré torpe?- Digo yo sola, Pulso el botón para llamar a la enfermera, ya que del tirón se ha movido la aguja y estoy sangrando.

¿Ahora qué hago? Estoy sola, han pasado varios minutos y no viene nadie. Estoy empezando a desesperarme ¿Qué si me da un ataque? ¿Me quedo en el sitio porque las enfermeras tardan la misma vida en venir?

La puerta se abre y aparece la misma enfermera que acompañaba al doctor.

-Enfermera, estoy sangrando mire.- Le enseño el brazo.

-¿No ha escuchado al doctor?-La enfermera se acerca a mí y me coloca bien la aguja. Mira el suero y lo quita.- No puede hacer movimientos bruscos.

-Sí, pero mi móvil no paraba de sonar… ¿Me lo puede pasar?

-Claro.- Me tiende el móvil, sonríe y se va.

Tengo varias llamadas de Juan y Laura, seguro ya se han enterado o algo, decido llamarles. A estas horas lo más seguro que estén juntos, es la hora de comer.

-Cris, ¿Cómo estás? Me ha llamado Em que estabas en el hospital. ¿Qué ha pasado?

-Nada, solo un simple dolor de barriga. Lo que me temía.- Miento, creo que es mejor que nadie se entere, no estoy preparada para decírselo a nadie. No me siento cómoda.- Un simple dolor de tripa.